Todo el mundo sabe que la Fortaleza de la Soledad es una especie de segunda residencia para Superman que suele emplear como base de operaciones, generalmente ubicada en el inhóspito Ártico y construida en el hielo. Los más veteranos lectores la recordaréis también como el lugar en el que el Hombre de Acero almacena recuerdos de sus aventuras, rinde homenaje a su planeta natal y trabaja tranquilo en sus superexperimentos. Y otros (los de la Era Donner) la tendréis como un solitario palacio de cristales kryptonianos en el que viven las conciencias de los padres biológicos de Superman. Pero ¿qué es realmente la Fortaleza de la Soledad? ¿Cuál es su origen e historia?
Corría el año 1942 cuando, en el Superman #17, Jerry Siegel y Joe Sikela presentaban por primera vez una suerte de ciudadela secreta situada en una montaña a las afueras de Metropolis, y que Superman decía en la propia historia que acababa de construirse pero que aún no estaba terminada del todo. A todos los efectos, aquella guarida excavada en la roca era como un cuartel general para nuestro héroe.
Durante algunos años, las referencias a esta ciudadela secreta o retiro de montaña del Hombre de Acero continuaron. Hasta que en Superman #58 (Mayo-Junio 1949) se la nombraba por primera vez como Fortaleza de la Soledad (un nombre y concepto que se tomó prestado de las historias de Doc Savage de los años 30, personaje que ya poseía una apartada residencia ártica con una finalidad muy similar a la que tendría la de Superman) y se ubicaba su localización en un paraje polar. Pero entonces ¿qué fue de aquella primera ciudadela en la montaña del Superman #17? ¿Acaso Superman la puso en alquiler? Nunca se mencionó, pero la Fortaleza de la Soledad cobró auténtico protagonismo casi una década después, a partir del Action Comics #241 (Junio 1958), en una historia titulada The Super-Key to Fort Superman. En aquella historia la Fortaleza ya era todo un lugar de recogimiento para Superman donde descansar cuando no había ninguna superhazaña a la vista, y contaba con habitaciones en honor a sus amigos Lois, Jimmy y hasta Batman, otra para el reportero Clark Kent, y un sistema de seguridad de lo más pintoresco: una llave gigante tan pesada que solo Superman (o alguien con una fuerza equivalente) era capaz de levantar y emplear en la enorme cerradura del portón. Como curiosidad, aquella enorme llave dorada en forma de flecha colgaba fuera de la Fortaleza cuando no estaba en uso, y a modo de camuflaje podía pasar por una señal para marcar el camino de las aeronaves que recorrieran la zona. Aunque a Superman se le fastidió el invento cuando un helicóptero siguió la dirección que indicaba la flecha y acabó ante la misma puerta de la Fortaleza, con lo que el Hombre de Acero tuvo que diseñar un rayo camuflador para mantener la llave y la ubicación de la Fortaleza a salvo de curiosos (bendita Edad de Plata, en la que todo valía…).
Aquella Fortaleza de la Edad de Plata tenía también
todo tipo de recuerdos de las aventuras de Superman, como un gigantesco supermuseo de sus hazañas. Por ejemplo, en sus tres plantas sin ascensores ni escaleras (obviamente diseñadas para alguien que podía volar) se encontraba un
zoológico interplanetario de animales en peligro de extinción,
un gimnasio equipado para que Superman pudiera entrenarse,
un superlaboratorio, tecnología y armamento alienígena,
el proyector de la zona fantasma,
un superordenador que ocupaba una habitación entera,
los robots Superman, trofeos, e incluso
el diario secreto de Superman: un enorme cuaderno con hojas de acero que Kal-El escribía –en su lengua natal, kryptonés– con su visión calorífica y con sus propios dedos. No faltaba tampoco un
apartamento adosado a la Fortaleza y construido especialmente para cuando la prima Kara, Supergirl, venía de visita. Y dando la bienvenida al enorme castillo, podían encontrarse estatuas gigantes de Jor-El y Lara sosteniendo el globo terráqueo de Krypton.
No obstante, la residencia permanente de Superman continuaba siendo el apartamento de Clark Kent en Metropolis, y la Fortaleza solo hacía las veces de base de operaciones. Incluso, como se sabría más tarde, antes de su localización definitiva en el Ártico Superman había establecido varias Fortalezas en el espacio y hasta construyó una bajo el Mar de los Sargazos, en una zona que es considerada como parte del temido Triángulo de las Bermudas.
Así, esta Fortaleza ártica aparecida oficialmente en 1958 perduró en los cómics hasta el fin del universo DC pre-
Crisis en las tierras infinitas (1985-1986), momento en que todo fue reinventado. De hecho,
la Fortaleza fue el escenario protagonista de la última aventura clásica (y para muchos la mejor) de Superman,
Whatever Happened to the Man of Tomorrow?, una historia tan formidable que no quiero pasar rápidamente por ella, así que otro día le dedicaremos un post aparte.
Y no, no nos olvidamos de la Fortaleza más archiconocida por todos los fans de Superman, que es la
versión cinematográfica mostrada en Superman: The Movie, Superman II, Superman IV y Superman Returns (en la tercera entrega no aparecía). Aquella versión, cuyo aspecto le debemos al diseñador de producción John Barry, se mostraba como una estructura formada a base de cristales que crecían de forma “inteligente” a partir de un único cristal verde introducido por Jor-El en la nave de Kal-El. De este modo,
a partir de esa semilla de cristal arrojada al hielo del Polo Norte por el joven Clark, la Fortaleza crecía ante él y se convertía en el último reducto de la arquitectura y tecnología de Krypton. Aunque mucho más sobria y sin tanta parafernalia como la versión del cómic, la Fortaleza de las películas
también albergaba una consola de cristales kryptonianos que almacenaban todo el conocimiento de Krypton sobre su propia cultura y sobre el universo conocido; las
conciencias holográficas de Jor-El, Lara y otros kryptonianos; y una
cámara de sol rojo en la que Superman podía perder sus poderes para siempre (usada en
Superman II), de un modo similar a la kryptonita dorada de los cómics. En
Superman Returns (2006) se dio, además, una mayor explicación sobre la tecnología de cristales de Krypton, que supuestamente
pueden absorber las propiedades de los minerales que tocan y crecer formando estructuras al contacto con el agua, además de almacenar datos como un disco duro ilimitado.
Esta versión cinematográfica es la misma que se vería también en la serie de TV
Smallville a partir del último episodio de la cuarta temporada, solo que el cristal empleado en su construcción no venía junto a Clark en la nave, sino que
era el objeto resultante de unir tres piedras kryptonianas que estaban dispersas por la Tierra y cuya búsqueda fue el eje argumental de esa temporada. Pero la aparición de la Fortaleza en el hielo y su aspecto fue exacta a la de las películas, y ésta también albergaba la inteligencia artificial de Jor-El. Como novedad,
podía accederse directamente a esta Fortaleza desde la cueva Kawatchi situada en Smallville, empleando la llave octogonal de la nave de Clark para abrir un portal que las comunicaba.
Tras la
Crisis y la revisión de John Byrne en
la miniserie Man of Steel, no volvió a haber Fortaleza en los cómics hasta 1989.
La nueva Fortaleza presentaba un diseño mucho más tecnológico acorde con el nuevo Krypton mostrado en los cómics. Tras una batalla entre Superman, Lex Luthor y Dominus, la Fortaleza
terminó atrapada en la zona fantasma, aunque Acero (John Henry Irons) la empleó como modelo para crear una nueva y mucho más segura, ubicada en un espacio extradimensional en los Andes. Pero después de que Wonder Woman irrumpiera en ella durante la saga
Por el mañana (2004-2005), la Fortaleza se autodestruyó y
Superman creó una nueva en un antiguo templo en la frontera entre Ecuador y Perú, en un contraste total con la ártica Fortaleza anterior (el propio Superman comenta que su nueva Fortaleza se alza
"en medio de vida y no de hielo").
Pero ya en 2006, durante la saga Up, up, and away!, Superman recuperó una piedra solar kryptoniana y creó una nueva Fortaleza de aspecto donneriano (de nuevo cristales y ubicación ártica), que ha aparecido en los cómics en sagas más recientes como Último Hijo, Nuevo Krypton o en el origen de Geoff Johns y Gary Frank en Superman: Secret Origin, manteniéndose hasta el final del Universo DC. Y es que parece que el alienígena diseño creado por John Barry para las películas es el favorito del público.
Y ya en el Nuevo Universo DC, tal y como hemos visto en
los primeros números de Action Comics,
la nave de Brainiac reprogramada parece hacer las veces de una nueva Fortaleza de la Soledad espacial para Superman.
Y a falta de ver con qué nos sorprenden en
Man of Steel
(ya que, según
las imágenes de la Comic Con, parece que sí habrá
Fortaleza y que también estará en un paraje helado), esta es toda la
historia del pisito de soltero de Superman.
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