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lunes, 30 de julio de 2018

LA HISTORIA DEL SNYDER CUT DE JUSTICE LEAGUE


Cuando un film de la magnitud que debería haber tenido Justice League no sale como se esperaba, es lógico que todo el mundo busque responsables. Hablamos de un blockbuster en el que el estudio invertía mucho dinero y muchas expectativas de futuro, y que lejos de haber sido el éxito que se pretendía, se hizo conocida por ciertos aspectos que nada tuvieron que ver con el propio film, con su historia o sus personajes. Como la marcha de Zack Snyder, los reshots de Joss Whedon, y sobre todo el tan comentado bigote de Superman borrado digitalmente y que dejó al personaje con un aspecto extrañísimo y desconcertante a ojos de cualquiera, supiera o no que en esa mancha borrosa que le dejaron a Henry por boca, había habido un bigote. La cuestión es que algo se notaba perturbador y molesto. 

Obviamente, para la mayor parte del público estos aspectos son desconocidos, y su opinión del film no fue contaminada por los detalles del despido/abandono de Snyder, la incorporación a última hora de Whedon y todo el culebrón que nosotros conocemos de los reshots y el bigote de Cavill. Pero aun sin ese conocimiento, la película no funcionó para el público general, y lo que debería haber sido la gran película de los héroes de DC Comics, se quedó como un film lleno de parches y con una recaudación tibia. 

Snyder y Whedon

Todo el mundo sabe la causa, al menos la que nos hicieron saber, de por qué el director Zack Snyder (hasta aquel momento, maestro de ceremonias del universo DC en el cine) no terminó la postproducción de la película. Su hija, Autumn, se suicidó, y el director emitió un comunicado avisando de que dejaba la fase final de la película en manos de Joss Whedon (de quien hablaba maravillas y decía confiar ciegamente) para estar donde se le necesitaba, que era con su familia. Todo el mundo lo entendió y lamentó la pérdida personal del director, que debía estar sintiendo un dolor que solo alguien que sea padre puede llegar a imaginar. Pero el fantasma de la duda empezaba a planear sobre Justice League, que pocos meses antes de su estreno, se quedaba huérfana de padre. 

Pero muy pronto, empezó a dar la sensación de que la tragedia familiar de Snyder había sido una excusa para que el director abandonara el barco de forma elegante y por la puerta grande, pero que en realidad enmascaraba los verdaderos motivos de su partida. Los mentideros de internet e incluso medios de comunicación reputados, se hicieron eco de que el primer montaje sin terminar de la Justice League que Zack mostró a los ejecutivos de Warner, les había parecido… desastroso e imposible de estrenar. Se hablaba de que todo iba en la misma línea que Batman v Superman, con el mismo tono, incluso más dramático y extremo. En Warner, según cuentan, había comenzado a cundir el pánico ante un producto del que esperaban que fuera el mayor éxito de su franquicia de superhéroes y que conectara con el público como no había logrado la anterior, y que, a tenor de aquella versión burda e inacabada, iba a ser todavía menos aceptada. Había que hacer algo, así que invitaron a Zack a marcharse y, al mismo tiempo, invitaron a Joss Whedon (conocido por un estilo mucho más ligero y divertido) a retocar la película a su antojo, algo para lo que iba a necesitar realizar no pocos reshots. Se convocó a los actores, cada uno desperdigado por el mundo y enfrascado en sus diferentes proyectos. Algunos, incluso acusaban notables cambios físicos y habían cogido kilos de más. Otros, como ya es tristemente célebre, lucían poblados bigotes por exigencias de sus nuevos trabajos. Y todo esto se notó, y mucho, en el montaje que llegó a los cines, que cambiaba constantemente de look y que en una misma escena mostraba personajes con grandes cambios físicos, de vestuario y de localización, dando la impresión (completamente acertada) de que la película se había terminado a la carrera para enviar a los cines cualquier cosa y que saliera el sol por Antequera.


Ben Affleck en los reshots, y en el rodaje original...


Y Cavill en el rodaje de Snyder y en los reshots de Whedon, donde le borrarían mediante CGI el bigote que lucía en Misión Imposible: Fallout. Las diferencias son más que evidentes y no pasaban desapercibidas en el montaje, ya que originales y reshots se intercalaban creando una sensación muy extraña.

Y así, sin saberlo, estaba naciendo la leyenda del Zack Snyder’s Cut… 

El director despechado

Antes de continuar, hay ciertas cosas que, siempre desde el punto de vista de quien os escribe esto, han refrendado el hecho de que Snyder no se fue “de buen rollo” con Warner por el fallecimiento de su hija. Para empezar, el director jamás participó en ningún acto promocional del film, algo que puede entenderse si había decidido apartarse del ojo público, pero que dejaba a su película desangelada, ya que Joss Whedon tampoco participó en absolutamente ningún acto promocional. Parecía que la película no tuviera quien la hubiera dirigido o que ninguno de ellos quisiera asumir la autoría, y eso mismo se trasladó al resultado final del film.  

Pero después de un tiempo, cuando el film se estrenó y comenzaron las críticas y las bromas, Snyder rompió su silencio de meses y comenzó a prodigarse en su red social favorita, la exclusiva Vero, en la que fue compartiendo no pocas fotografías del rodaje o de los protagonistas de Justice League (y en la que también ha estado dando numerosas explicaciones y detalles sobre Batman v Superman), acompañadas de textos en los que casi siempre podía leerse entre líneas una puya a la película. Aquellos posts destilaban resquemor, se notaba que Snyder estaba dolido y que no perdía oportunidad de soltar un pequeño ataque contra todo lo que había rodeado Justice League. Como alguien a quien le has quitado su juguete para dárselo a otro y solo ha podido ver, desde el rincón, como el juguete acababa hecho trizas.


Como ejemplo, en esta foto el director comenta que tiene que afeitarse "esa cosa", refiriéndose a su bigote...


Un usuario le dice que podría quitárselo con CGI...


Y Snyder replica: "Todos sabemos que eso no funciona". Boom. 

La cuestión es que el juguete en cuestión, jamás debió de ser tal cosa. Zack Snyder recibió por parte de Warner un control creativo sobre Justice League que superaba, con creces, a lo que debería haber tenido después de una Batman v Superman que tampoco fue lo esperado por el estudio y que dividió público y crítica entre los que la amaban y los que la odiaban. Justice League jamás debió haber sido el lienzo en blanco para que Snyder pintara, en escala de grises, su particular visión de los superhéroes de DC, y la implicación del estudio debería haber pasado por colocar asesores expertos en estos personajes, por controlar el rumbo y la ejecución de sus propiedades más allá de las individualidades, y no solo por cargarse al capitán y tratar de dar un precipitado giro de timón a pocas millas del puerto. Siempre mantendré que la culpa de todo lo que ha ocurrido fue de Warner, y no de Snyder ni de Whedon. Tal vez lo más sensato habría sido posponer la película hasta tener un producto bien terminado, con un CGI más pulido y un montaje más coherente. Pero había que cumplir plazos, y jugaron al “podemos hacerlo bien, o hacerlo ya”. Y eligieron el “ya”. El resultado ya lo conocemos todos. Los héroes más grandes de DC, no pudieron levantar el vuelo como deberían, y el estudio se replanteó estrategias (si es que tenía alguna) y objetivos, virando hacia unas películas más complacientes para el gran público, con mucha menos grandilocuencia y sello de autor, como queda reflejado en los tráilers de las próximas películas. 

En busca del corte perdido

Pero la historia siempre nos ha enseñado que, ante las grandes tragedias, el ser humano siempre busca el consuelo de lo intangible. Encomendarse a poderes más altos y abrazar la fe es algo tan antiguo como el hombre, que desde sus albores ha adorado el Sol o la lluvia y ha ido adaptando sus creencias hasta nuestros días. Y en todo este asunto de la Justice League, apareció, como de la nada, un nuevo Santo Grial que buscar: el Zack Snyder’s Cut.


Además, publicaciones de Snyder en Vero como la de un corte en su dedo, seguidas de otra foto de Superman, motivaban a sus seguidores a ver conexiones y mensajes subliminales sobre la llegada del Snyder Cut. 

Aquel montaje que Snyder mostró a los mandamases de Warner y que presuntamente hizo que la Justice League fuese derruida y vuelta a construir, se ha convertido en un objeto de culto, en una de esas cosas que nadie ha visto pero que, por alguna extraña razón, ya se considera la solución a todos los males que trajo consigo la versión cinematográfica. El movimiento en redes ya tiene hasta un nombre y un hashtag, #ReleaseTheSnyderCut, y defiende a ultranza no solo la existencia de esta versión “pura” del director, sino la creencia de que ésta sería absolutamente superior a la vista en cines. Un punto de vista respetable, ya que la fe no entiende de razón, pero lo malo es que los “snyderlovers”, alimentados desde Vero por Zack Snyder y sus acólitos y por sus constantes y ambiguos comentarios, acompañan sus peticiones del Snyder Cut de constantes desprecios y ataques a todo ser viviente que ose a decir que la versión de cines le gustó, o que no predique que Zack Snyder es el nuevo mesías, así como de un odio profundo hacia Joss Whedon y “su” Justice League. Un total y absoluto “con nosotros o contra nosotros”. Así de delicada está la cosa, sobre todo en este punto de la historia en el que, cuando esperaban que el ansiado corte de Snyder fuera anunciado en la última San Diego Comic Con, se han encontrado con que tal anuncio no ha llegado, con que no hay planes de lanzarlo, y con que el propio Henry Cavill (Superman) ha declarado que, aunque existiera, de lo cual no sabe nada, no ve qué podría aportar sacar esta versión a nivel económico, que a la postre es lo que realmente importa a una productora como Warner Bros.

Los simpatizantes del #ReleaseTheSnyderCut buscan también comparar lo ocurrido en Justice League con Snyder y Whedon, con lo ocurrido hace 38 años con Superman II, que fue terminada por Richard Lester después de que Richard Donner fuera despedido por los productores Alexander e Ilya Salkind. Superman II sí tuvo en 2006 un Richard Donner’s Cut que cambiaba sustancialmente el film y que se aproximaba a la visión que Donner tuvo en su momento para la película, pero que, en palabras del propio director, tampoco era exactamente “su” película, sino la versión más parecida que podía montarse con el material rodado (un 75% del film fue rodado por Donner simultáneamente a Superman The Movie) y con las limitaciones que ello conllevaba. Con todo y con eso, el montaje del director de Superman II tardó 26 años en ver la luz, y hablamos de un Superman que tiene estatus de película de culto. No es el caso de Justice League, claro.


Pero aun poniéndonos en el supuesto de que pudiera montarse un Snyder Cut, ¿qué razón tendría Warner para lanzarlo ahora, cuando lo que intenta desesperadamente es construir su universo de superhéroes y que funcione? ¿En serio alguien cree que sería buena idea lanzar una versión en formato doméstico que desacredite la anterior y que para muchos sería como el reconocimiento, por parte de Warner, de que se equivocaron en todo? O más importante aún: ¿les compensaría la inversión económica de terminar esta versión inacabada, con el beneficio que pudieran obtener de ella? La respuesta a esto último es un rotundo NO. Económicamente, lanzar el Snyder Cut no transformaría la Justice League en el superéxito que debió ser y no fue. Así que, como mucho, queda esperar unos cuantos años a que, cuando el actual DCEU sea un recuerdo, tal vez Warner considere que es buen momento para resucitar al muerto y trate de recomponer ese Snyder Cut a ver si todavía le pueden sacar unas monedas a la hucha. Aunque lo más probable es que, para ese entonces, ya nadie tenga el más mínimo interés en verlo. Algo que jamás les ocurrirá a films como los de Superman de Reeve, en los cuales toda escena nueva es un regalo. 

Y si existiera, ¿qué?

Pero lo más importante de todo no es la existencia o no del corte de Snyder, sino que la gran pregunta en todo este asunto, es: ¿de verdad sería la maravilla que sus defensores creen? La respuesta a esto no puede ser un sí o un no, porque sencillamente, nadie de nosotros la ha visto. Lo que más podría parecérsele, murió en aquella sala en la que Snyder se la proyectó a los ejecutivos de Warner Bros, y por eso es tan fácil decidir amarla u odiarla. Porque así es la fe, uno decide lo que quiere creer, aunque no lo vea. Ahora mismo es imposible posicionarse en si habría sido mejor o peor película que la versión estrenada en cines. Por mi parte, lo que sí creo es que habría sido una película con mejor factura, al estar empezada y terminada por el mismo director, y que habría sido muy coherente con el tono de Batman v Superman, y no habría acusado esa falta de tono propio que tuvo el producto final que llegó al cine. Ahora bien, ¿habría sido eso bueno, o malo? Nunca lo sabremos. Para muchos, habría sido fantástico ver una continuación directa de Batman v Superman con el mismo tono. Para otros, casi habrá sido mejor la versión Snyder/Whedon. Pero lo cierto es que jamás sabremos lo que podría haber sido a nivel comercial o a nivel crítica y público.


Aunque seguro que nos habríamos evitado esto...

De todos modos, nada de lo que os he contado está escrito en mármol. No tengo la verdad absoluta ni pretendo tenerla. Y no por el hecho de no creer en la existencia de una versión pura de Justice League de Zack Snyder, soy detractor de la misma. No odio a Zack Snyder, ni le pongo velas a Joss Whedon, ni viceversa. Y, demonios, si algún día llegara a salir a la luz el Snyder Cut, me lo compraré, lo veré, y lo juzgaré por mí mismo. Pero creo que flaco favor nos hacemos los fans al pretender boicotear un universo cinematográfico que apenas ha comenzado, solo por afinidad con un director y con un producto que ni siquiera sabemos si existe. Yo, al menos, elijo mirar hacia adelante y disfrutar de un futuro que, aunque incierto, se me antoja optimista, y dejar el pasado en el pasado, habiendo aprendido de sus errores para no repetirlos. Esa, es mi elección. No tiene porqué ser la tuya.

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jueves, 26 de julio de 2018

RESEÑA DE INJUSTICE 2, NÚMS. 63-66

INJUSTICE 2 NÚMS. 63-66

Guión: Tom Taylor
Dibujo: Bruno Redondo, Juan Albarrán, Daniel Sampere, Xermánico
Reseña de Javi Olivares


RESUMEN

Armado con su anillo de poder, Lobo se alza como un duro oponente para los Red Lantern, despachando de una patada a Dex-Starr, y golpeando duro al mismísimo Atrocitus con cuestionables (y obscenas) creaciones de energía. Sinestro le salva la vida a Hal en el fragor de la batalla. Y mientras, Booster y Blue Beatle se dirigen a por Starro, para intentar detener su avance hacia la Tierra. 


La batalla la están perdiendo claramente los Green Lanterns, y Hal decide dar un paso adelante y liderar como solo él puede. Pero aun así, los Lanterns caen como moscas ante las fuerzas de los Red Lanterns y las esporas de Starro. Soranik, infectada con una de las esporas, mata a Sinestro atravesándole el pecho. Todo parece perdido para los Lanterns y los Titans, y para más inri, aparecen de los nada nuevos luchadores en el tablero de juego: unos robots que provienen de una nave en forma de calavera.


Con el liderazgo de Hal Jordan, los Lanterns consiguen repeler a las hordas de Atrocitus, que se retiran satisfechos, habiendo diezmado a los Corps y casi destruido Oa y a los Guardianes. Luchando contra los robots de Brainiac, Superboy y Cassie pierden sus respiradores y son invitados por el propietario de la nave a entrar o morir. Dentro, son atrapados por la entidad conocida como Brainiac, que al reconocer el símbolo de la S en el pecho de Conner como procedente de Krypton, deduce que hay un kryptoniano en la Tierra y se dirige hacia allí, no sin antes echar de la nave a Conner y Cassie para que mueran en el espacio. 


Pero para sorpresa de los dos jóvenes, son recogidos por la Legión de Superhéroes, en la que también está el Booster Gold de otra línea temporal, que dice que todavía tiene una tarea en este tiempo. 


Jamie y Booster intentan detener a Starro en su camino a la Tierra, pero parece imparable. Jamie pregunta al escarabajo cómo debe detenerla, y la respuesta es que el escarabajo debe separarse de Jamie y agarrarse a Starro para hacerlo explotar, pero la separación causará que Jamie quede desprotegido y muera. El muchacho realiza el sacrificio, pero Booster no está dispuesto a dejarlo morir y le da su respirador, obligando a Skeets a que se lo lleve a lugar seguro y quedándose para morir. Pero no morirá solo. El Booster Gold de la otra línea temporal le ha llevado a su amigo Blue Beatle para que le acompañe en ese inevitable momento. 


Jamie despierta a salvo con los Lanterns y Lobo. Han ganado la batalla, pero el precio ha sido altísimo. 

COMENTARIO

No cabe duda de que los superhéroes del cómic vienen teniendo un enorme impacto en todas las industrias, desde el merchandising con ropa y juguete de superhéroes, las series de TV, el cine (en el que son actualmente grandes protagonistas) y por supuesto los videojuegos, como en el caso de Injustice. Aunque muchos habrán olvidado a estas alturas que, esta fantástica historia que estamos leyendo, tiene su origen en una saga de videojuegos. Y es que este impacto mediático de los héroes del cómic alcanza hoy por hoy todos los ámbitos del entretenimiento, incluso hasta el punto de que la industria de los casinos en internet ha agregado progresivamente juegos de superhéroes en su catálogo, convirtiéndose, además, en algunas de las más populares. 

Y a la vista de cómo está funcionando esta segunda parte de Injustice en cómic, es bien seguro que tendremos historia para rato. Este último arco argumental que acabamos de reseñar, es una nueva muestra de que esta colección se encuentra en una forma fenomenal, perfectamente orquestada por su guionista Tom Taylor con un pequeño plantel de artistas habituales que encajan maravillosamente entre sí.

La batalla de Oa entre Lanterns verdes y rojos nos ha dejado momentos fantásticos, épicos, dramáticos y divertidos. En una misma historia hemos visto a Hal Jordan redimirse y recuperar el liderazgo de los Green Lanterns después de trabajar codo con codo con su archienemigo Sinestro. Hemos visto a Sinestro morir a manos de su hija en una suerte de justicia poética. Hemos asistido al épico y heroico sacrificio de Booster Gold para salvar a Jamie después de que el muchacho intentara dar su propia vida para detener a Starro, demostrando que no hay héroes pequeños, sino pequeños grandes héroes. Y sobre todo, hemos visto la aparición del gran villano de esta colección que todavía no habíamos visto: Brainiac. Y ahora, ya sabe dónde está el kryptoniano y se dirige a la Tierra, por lo que entendemos que la colección se va aproximando a donde comienza el videojuego. 

Todo esto con un dibujo de primer nivel, una narrativa episódica muy cinematográfica, y cliffhangers constantes que te hacen devorar el número siguiente. Y es que Injustice 2 es una colección diferente, un enfoque distinto pero ya conocido de estos personajes que todos conocemos desde hace años. Esa es la clave para que, tanto tiempo después del primer videojuego del que este cómic digital iba a ser simple precuela, todavía estemos aquí atentos a todo lo que nos cuentan. Y lo que nos queda.

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domingo, 22 de julio de 2018

EL SÓTANO DEL PLANET: PODCAST 99 - SEGUIMIENTO SDCC 2018 CON TRAILER DE AQUAMAN Y SHAZAM

Como es tradición en El Sótano del Planet a finales de Julio toca podcast de seguimiento de la San Diego Comic Com (SDCC) con ese toque tan Sotaner que tanto os gusta. En esta ocasión nos ha fallado el gran Alberto (ADO) lo que nos ha hecho esforzarnos sobremanera para estar al nivel.

En cualquier caso, aquí tenéis el seguimiento que realizamos ayer día 21-7-2018 durante el Panel de la Warner Bros, donde nos ofrecieron los Trailers de Shazam y Aquaman que son las dos próximas películas del Universo DCEU/DC Films dentro de lo que han llamado en la misma SDCC "Worlds Of DC".

Si queréis saber que nos han parecido los dos trailers y como reaccionamos con ellos, no os perdáis este Podcast de casi 3 horas de duración.

Podcast grabado por parte del equipo del Sótano del Planet en el que participaron Antonio Monfort, Alejandro Benito, Pako Garrido, Juan Carlos Hernández y Javi Olivares.

El Sótano del Planet lo podéis escuchar de diversas maneras. Os dejamos a continuación todas las vías:

- Os podéis suscribir al Podcast en iTunes a través del siguiente enlace (pinchad en el icono):



- Podéis descargar este capítulo con la máxima calidad de audio posible a partir del siguiente enlace (pinchad en el icono):


- Y cómo no, desde el Portal Ivoox donde también podéis dejar vuestros comentarios, un "Me Gusta" y Suscribiros (pinchad en el icono):


Y recuerda que también puedes escucharlo desde aquí mismo, en el reproductor situado al final de esta página o en la sidebar, mientras repasas la actualidad de Superman como cada día. O incluso en el reproductor que tenéis a continuación:


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jueves, 12 de julio de 2018

RESEÑA DE SUPERMAN #1 (2018)

SUPERMAN #1 (Septiembre 2018)

Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Ivan Reis
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

La reciente batalla con Rogol Zaar ha hecho que la fortaleza de la soledad de Superman haya quedado destruida. Con ella, se han perdido muchas cosas, pero especialmente el dispositivo que permitía al hombre del mañana estar en contacto con su familia ausente. Ahora, Superman debe rastrear por el cosmos a su mujer y a su hijo, mientras atiende a sus asuntos en la Tierra, como la búsqueda del pirómano de Metrópolis o las peticiones del Detective Marciano de que tome un papel más activo en el liderazgo de la humanidad. Pero es un universo muy grande y encontrar a Lois y Jon no será fácil. Por si fuera poco y además de todo lo anterior, de pronto, todo el planeta Tierra queda atrapado en la zona fantasma…


COMENTARIO

El número uno de esta nueva etapa de Superman a cargo del sin par Brian Michael Bendis, no es sino el arranque del segundo episodio de esta novela del hombre de acero que el autor está desarrollando desde que empezó a regir los destinos del hijo de Krypton. Bendis no se ha dedicado a buscar excusas para aparcar el anterior status quo del personaje y arrancar uno nuevo. Todo lo contrario. Como buen artesano ha utilizado lo que tenía a su disposición, para empezar una historia donde Jon y Lois tienen espacio y aun sin estar presentes, son el motor de un argumento, un Mcguffin, que va a  justificar las acciones de Superman en el futuro inminente. Pero si bien las nuevas tramas mantienen la intriga y se van tejiendo eficazmente para atrapar al lector, donde Bendis vuelve a destacar y donde está sencillamente magistral es en la caracterización de los personajes. Muy especialmente de nuestro protagonista. Demasiado a menudo, las historias de Superman son argumentos donde este interviene en historias de terceros y estos acaban teniendo más espacio que el propio hombre de acero en la trama. Sin embargo, Bendis nos ofrece una historia donde Clark Kent es el eje de la acción, su centro y su núcleo duro. Esta historia va de lo que preocupa a Superman, de cómo se siente, de cómo piensa y de cómo es. Y el concepto que Bendis tiene del chico de los Kent es sencillamente perfecto. Este es el Superman que queremos ver, que queremos leer, este es el comic que podríamos enseñar a alguien que no sepa nada del personaje y poder decirle, “mira, esto es Superman”. Por tanto con una caracterización así, cualquier viaje, por despacio que vaya, es un absoluto goce para los sentidos.


Pero es que eso no es todo, ni tampoco es lo mejor. Si el guión es mucho más que suficiente para que los fans de Superman hinchemos el pecho y suspiremos de entusiasmo, el dibujo es, sorprendentemente, aun mejor.


Quizá, y en teoría, se pueda dibujar mejor que Ivan Reis, pero esa sería una teoría hoy por hoy imposible de demostrar. Perfección es la única palabra con la que se puede describir un dibujo como este. Cada viñeta es un poster, o debería serlo. Cada batalla, cada salvamento, es un espectáculo. Pero, ay amigos, cuando hay que ponerse emocionales también funciona mejor que nadie. Reis no solo sabe transmitir grandeza, transmite sentimiento, cercanía, alegría, pena… no hay nada humano o alienígena que no sepa reflejar perfectamente este autor que esperemos y deseemos se quede por aquí mucho, mucho tiempo, ya que por mucho que sea, será poco. Porque lo sublime, siempre sabe a algo breve.


Por tanto ¿qué podemos concluir? Pues que a los fans de Superman nos ha tocado la lotería. Que estos comics, del uno al diez, son un doce, o un veinte y que seguramente estemos asistiendo a cómo se forja la versión de Superman para el siglo XXI.

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viernes, 6 de julio de 2018

SUPERGIRL: RESEÑA DEL FINAL DE LA 3ª TEMPORADA (EP. 17-23)

SUPERGIRL, TEMPORADA 3
EPISODIOS 17-23 (FINAL)

Director: Varios
Guión: Varios
Reparto: Melissa Benoist (Kara/Supergirl), Mehcad Brooks (James Olsen), David Harewood (Hank Henshaw / Martian Manhunter), Jeremy Jordan (Winn Schott), Chyler Leigh (Alex Danvers), Katie McGrath (Lena Luthor), Odette Annable (Samanta Arias/Reign), Emma Tremblay (Ruby Arias), Chris Wood (Mon-El), con Carl Lumbly como M'yrnn J'onzz


REVIEW Y COMENTARIO

Se me antoja harto complicado reseñar la Tercera Temporada de Supergirl, ya que servidor fue defensor a ultranza de la Primera, que si bien contaba como lastre principal con unos villanos que para nada estuvieron a la altura, la interpretación de Melissa Benoist como Supergirl y unas partes ‘emotivas’ que funcionaban muy bien consiguieron que el balance final fuese positivo.

Pero llegamos posteriormente a una Segunda Temporada absolutamente infumable tras el cambio de cadena a la CW, de la que, si me apuran, tan sólo fueron rescatables dos episodios que nos traían a un recién llegado ‘Jouclin’ como Superman, pero que convirtió a Supergirl en una ‘tineyer’ por momentos absolutamente ridícula y todo ellos girando a través de un bar de extraterrestres que ríete tú de Cheers.

Y con estas premisas, llegamos al final de una Tercera Temporada, la cual tengo que reconocer que cuenta con un comienzo bastante prometedor en lo referido al tono de la misma, muy alejado del de la Segunda, con una Supergirl más madura, mas creíble. Pero la cosa se tuerce pronto debido a una trama (la de las ‘Word Killers’) que empieza a hacer aguas rápidamente, toda ella aderezada por unas partes ‘emotivas’ que, si bien en la Primera Temporada funcionaban, aquí acaban rechinado debido al abuso excesivo de las mismas. Todo ello sin dejar de lado que, trama principal aparte, nos encontramos con que la serie ha derivado en un trampolín para la defensa todas aquellas causas ‘políticamente correctas’ tan en boga hoy día, algunas de ellas explotadas de tal manera que rozan el ridículo, eso por no decir que desacreditan absolutamente la buena intención con las que, seguramente, fueron concebidas. En esta (de momento) última Temporada ya no se trata tanto de una lucha del bien contra el mal, sino de defender a un determinado número de colectivos para con su integración en la sociedad actual.


La trama, a estas alturas seguro que es ya bien conocida por todos, si bien debo reseñar antes que las ‘World Killers’ sobre las que gira (como dice mi amigo Monfort) resultan un miss-casting de manual:

A causa de la partida de Mon-El, Kara se vuelve distante pero más tarde se recupera. Lena compra CatCo y conoce a Morgan Edge, quien rápidamente se revela como una persona cruel y malvada. Alex y Maggie tienen problemas en su relación, lo que causa su separación. J'onn J'onzz recibe mensajes de ayuda de parte de M'gann M'orzz provenientes de Marte, más tarde se reencuentra con su padre, M'yrnn J'onzz, al que acaba trayéndose a la Tierra. Alex conoce a Samantha Arias, quien resulta ser Reign sin saberlo. Kara se encuentra con una nave en la que descubre a Mon-El, más tarde se entera que él a viajado al futuro a través de un agujero de gusano, creó grupo llamado «Legión de Superhéroes» en honor a Supergirl y que ahora está casado con Imra Ardeen, quien también forma parte de la Legión. Supergirl se enfrenta a Reign, la villana más poderosa que ha combatido hasta ahora’.

Por lo que que a mi entender son las sub-tramas las que ‘caracterizan’ a esta Temporada, siendo algunas de ellas las siguientes:

  • Un Marciano (el padre del Detective Marciano) con Alzheimer, algo cuanto menos desconcertante a nivel de guión. En lo personal dicho personaje se vuelve bastante insoportable y servidor no recordaba algo tan odiable desde el niño de la serie ‘The Strain’ de Guillermo Del Toro. Sobra decir que los personajes que rodean en el circulo mas próximo de este personaje sufren por tal afección durante gran parte de la Temporada
  • La hermana adoptiva de Kara, Alex, gay habiendo perdido a su novia, el amor de su vida, por su falta de acuerdo a la hora de querer ser madres, algo que Alex desea con todas sus fuerzas y su ex-pareja, pues no tanto. Y con el miedo añadido de su riesgo laboral diario al trabajar en una súper-organización secreta del gobierno (DEO), en la que todo dios puede entrar como en las oficinas de Hacienda. Esta sub-trama sirve, como antes señalaba, de focalizar un problema de un colectivo muy especifico, a la hora de valorar la adopción o no de hijos y su repercusión en el mercado laboral.
  • Un personaje como el de Samantha Arias (la villana ‘Reign’) preocupada en su faceta humana como madre soltera de llevar un equilibrio entre su trabajo (de muy alto nivel, eso sí) y el cuidado de su hija. Al igual que en la anterior sub-trama nos encontramos de nuevo en poner el foco en un problema muy actual, a la hora de equilibrar vida familiar y laboral sin la figura paterna.
  • Resulta chocante, y si se me permite, absolutamente ridículo por buenista y políticamente correcto, una subtrama que trata la de una organización ultrasecreta (la DEO) preocupada por lo que pensará una sociedad como la actual con la utilización de armas para combatir las amenazas extraterrestres, por lo que decide dejar de utilizarlas. Pero realmente, preocupada ¿por quién? ¡Si se supone es secreta! Sobra decir que resulta ridículo el hecho de  combatir de esta guisa tales amenazas, la mayoría de los casos letales, porque salvo Supergirl y el Detective Marciano (y un Mon-El y Señora que van y vienen), ningún empleado cuenta con poderes, por lo que a la postre, discurso buenista aparte, la cosa está cogida con pinzas.
  • Utilización, en exceso a mi parecer, de la cuota racial por parte de un Jimmy Olsen, al manifestarse durante varios capítulos que su alter-ego (Guardián) no se quita el casco porque quiera preservar su identidad, ni porque quiera proteger con tal acción a los suyos (lo que viene siendo lo que vienen haciendo los superhéroes per se) sino porque (agárrense los machos) es negro, como si este hecho ya jugase en contra a la hora de utilizar sus habilidades para el bien y de no ser aceptado por ello. Todo ello aderezado de un monólogo lacrimógeno por parte del actor a su novia (Lena Luthor) contando una epopeya durante la niñez que narra una vivencia sobre el racismo ejercido contra ellos. Sea como fuere, finalmente, ‘Guardián’ revela al mundo su identidad. 
Saliéndonos un poco de lo anterior y fijándonos un poco mas en lo que viene siendo la producción, ver una ciudad kryptoniana (Argo) que parece amueblada por IKEA, un Winn que arregla absolutamente todo con un iPad y un Brainiac que parece un pitufo (azul, claro está), que cambia de color según la toma, pues la verdad es que no ayuda a la hora de ‘conectar’ con la serie y que le otorgue un mínimo de credibilidad (ya no de seriedad) por muy digna que Melisa Benoist interprete a la kryptoniana. Y esto resulta ser la cara y la cruz de esta serie: que regala momentos impagables de vergüenza ajena, que acaban enganchando, y más si uno tiene amigos para ir comentándolos según se visiona la misma, por lo que uno finalmente valora es la finalización de la misma, pues en lo personal (supongo que muchos se sentirán identificados y otros muchos no) aporta esa dosis de basura infecta con la que muchos frikis convivimos día a día.


Pero para no machacar en exceso la serie con todo lo anteriormente expuesto (trama principal y sub-tramas impregnadas de este discurso políticamente correcto, potenciado en exceso a mi entender algunas veces) pienso que no todo es malo en Supergirl, ya que en realidad los personajes nos regalan buenas interpretaciones, en especial (cómo no) Melissa Benoist, Mon-El y el Detective Marciano. 

Y ahora, solo toca esperar por la cuarta temporada que estará inspirada en el elseworld ‘SUPERMAN: RED SON’, después de los acontecimientos del final de la Temporada 3. Servidor, está deseando que llegue.


Alberto Díaz (ADO)

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RESEÑA DE THE MAN OF STEEL #6

THE MAN OF STEEL #6 (Mayo-Julio 2018)

"FINAL"

Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Jason Fabok
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Mientras intenta apartar a Rogol Zaar del centro de la Tierra e impedir que este destruya el planeta, Superman recuerda la reciente visita de quien dice ser su padre, Jor-El, y de cómo éste le ofreció a su hijo Jon la oportunidad de viajar por el cosmos y aprender a ser consecuente con sus poderes. Pese a su oposición, tanto Jon como Lois aceptaron el reto y decidieron ir con el presunto superviviente de Krypton, dejando a Clark solo en su casa del planeta Tierra.

Ahora, la destrucción de la fortaleza le ha dejado sin comunicador para con su familia y Superman se siente más solo que nunca. Pero la aparición de Rogol Zaar no hace sino abrir un sinfín de incógnitas que de un modo u otro, deberán ser respondidas.


COMENTARIO

Seguramente todos habremos oído alguna vez aquella frase mil veces utilizada de “el final es el principio y el principio es el final”. Pues exactamente eso es lo que nos encontramos con este último episodio de The Man of Steel. No el final de una miniserie sino el arranque de una etapa que se atisba mucho más larga, con un guionista que sigue fiel a sus planes y que hace las veces de planificador maestro, dosificándonos la información para generar intriga. Ahora podemos decir que esto nunca debió de haber sido una miniserie aparte, no es, ni mucho menos, una entidad cerrada y separada, sino lo que antaño hubiera sido una primera saga de una nueva etapa en la historia del personaje. Bendis ha sido fiel a su reputación, al menos, en lo que a narrador lento se refiere. Sus diálogos son brillantes por su naturalidad y la caracterización de sus personajes perfecta, pero van a hacer falta muchos comics para que podamos ver cuál es su plan y valorar si realmente tiene una gran historia que contar del hombre de acero. Por otro lado, si ha traicionado a su leyenda de rompedor de la continuidad y nos ha ofrecido soluciones muy basadas en personajes y situaciones recientemente vistos en las series del hijo de Krypton. Su etapa no ha empezado como un punto y aparte sino como un punto y seguido donde nos damos cuenta que es otro el que escribe pero que sigue en el mismo renglón que el anterior.


Se le puede reprochar que en seis números nos ha contado muy poco. Que seguimos sin saber quién es Rogol Zaar, ni si destruyó Krypton o no, tampoco sabemos nada acerca de quien ha provocado los incendios en Metropolis, pero de esa y de otras tramas Bendis nos ha sembrado la duda, convirtiendo cada respuesta en nuevas preguntas y obligándonos por mucho que nos mosquee su ritmo a volver el mes que viene a por más.

En el baile de dibujantes esta semana hemos estado de suerte. Jason Fabok es uno de los grandes y aquí, una vez más, vuelve a estar soberbio. La solidez de sus figuras y de sus fondos es intachable, pero además consigue esa expresividad que tan a menudo se escapa a los dibujantes grandilocuentes. Fabok, cuando se lo propone, es espectacular y lo demuestra en las escenas de acción, pero también sabe emocionar en las distancias cortas y transmitir sentimientos con un rostro o una miríada de pequeños detalles que pueblan sus viñetas. Con un lápiz así la tinta le sigue fiel, más aun si como parece, se entinta a sí mismo y el color no hace sino rematar una faena casi perfecta. Todo ajusta como un reloj en un apartado gráfico impecable.


En definitiva, Bendis nos ha hecho comulgar con varias ruedas de molino. Su excusa para eliminar a Jon y a Lois es endeble como mínimo, en seis números nos ha dado la información que otros autores darían en uno y no nos ha respondido a prácticamente nada de lo que nos prometía al arrancar esta serie. Ahora bien, todo esto lo ha hecho tan rematadamente bien, tan en línea de lo que debe ser un comic de Superman y encima acompañado por una plétora de dibujantes que están entre lo mejor de la casa hoy en día, que se lo perdonamos todo. No solo eso, sino que volvemos a por más confiados, o engañados, de que estamos ante el arranque de la mejor etapa de Superman en mucho, mucho tiempo.

NOTA DE JAVIER: Y si te interesa, también puedes ver mi videoreseña de este número en mi canal de YouTube: 



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domingo, 1 de julio de 2018

RESEÑA DE THE MAN OF STEEL #5

THE MAN OF STEEL #5 (Mayo-Julio 2018) 

Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Adam Hughes, Jason Fabok
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN


La batalla contra Rogol Zaar continua mientras Superman se pregunta cómo es posible que nunca haya oído hablar ni de él ni de su especie. Por su lado, Supergirl consigue contactar con la Justice League dispuestos a echar una mano, sin embargo, lo único que pueden hacer es rescatar a un Superman inconsciente parcialmente enterrado en la Luna. La criatura parece haberse retirado por ahora, pero Superman no tarda en atar cabos. Rogol Zaar quiere destruir la Tierra por haber albergado kryptonianos, al igual que, en su momento, parece ser que hizo con Krypton. Y Superman, por supuesto, no está dispuesto a permitírselo...


COMENTARIO

Digan lo que digan sus estupendas portadas, y el marketing que lo precedió, ya no quedan dudas de que este Man of Steel de Bendis es tan solo la primera saga de una etapa nueva para el hombre de acero. Una etapa que se atisba bien escrita, que se atisba (y esperemos sea así) larga y seguramente digna de recordar del personaje, pero al fin y al cabo, el inicio de otra saga más, de una historia más, sin reboots, sin grandes cambios, ni grandes trascendencias. Un back to the basics, con mayúsculas y bien ejecutado, un comic de Superman mucho más que convincente, pero no el antes y el después que se venía anunciando. Con Bendis, por tanto, y al menos por ahora, no han temblado los cimientos de Superman. Antes al contrario. Se han afianzado. Se han solidificado a través de una historia hasta ahora convencional, pero que rezuma Superman por los cuatro costados. Queda la traca final, el último número, ¿pero realmente cabe esperar grandes sorpresas en él, si el propio Bendis se va a quedar a bordo de dos títulos del personaje a partir de ahora? Pues visto lo visto hasta ahora se diría que no. Que estas tramas van para largo y que las sorpresas vendrán dosificadas con cuentagotas y sin apresuramiento ninguno.


En cuanto al dibujo esta semana tenemos a Adam Hughes, pero un Adam Hughes al que el apresuramiento de un proyecto como este desluce considerablemente. Bien es cierto que la plasticidad de sus figuras está ahí, su naturalidad, su expresividad y perfección anatómica… pero la falta de detalle en acabados, fondos y planos medios es apabullante. Tanto que los esfuerzos del color por suplirla no hacen sino matizarla aun más dando un poco la sensación de que el comic lo han pintado antes de acabar de dibujarlo. Pese a esta evidente carencia, el computo general es positivo y sin ser un punto fuerte, el comic es digno de sus predecesores y no desentona en una miniserie cuyo baile de dibujantes no ayuda, pero en la que al menos se nota que la intención ha sido la de hacer algo por todo lo alto.


En fin, ya nos queda solo un número y podríamos apostar a ver cuánto nos dejará Bendis por arreglar en ese o si se guarda un as en la manga que dé un golpe sobre la mesa y rompa las hasta ahora tranquilas aguas de esta miniserie.


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