lunes, 3 de diciembre de 2012

EXPOCOMIC 2012 SEGÚN NACHO JORDÁN

En los próximos días publicaré una crónica de nuestro amigo y colaborador Iskánder López de Expocómic Madrid 2012, en la que nos contará (e ilustrará en imágenes) su experiencia en el certamen, al que ha acudido todos los días como enviado de la web La Fortaleza de la Soledad. Pero antes quiero compartir con vosotros también una crónica mucho más personal de otro amigo y colaborador, Nacho Jordán, que nos va a contar la que es, a grandes rasgos, su opinión del Expocomic de este año. Y es muy interesante porque lo hace desde una perspectiva más social, relacionándolo con algunos de los últimos (y desgraciados) acontecimientos ocurridos en Madrid y analizando cómo han afectado a la edición de este año. Os dejo con su crónica.

EXPOCÓMIC 2012 (por Nacho Jordán)


Por todos es conocida la espantosa tragedia del Madrid Arena, de la cual se pueden contar cinco chicas muertas y algún politicucho que ha perdido su cargo. Aunque algunos (y “alguna”, los lectores ya me entienden) de los más que posibles responsables siguen aferrados como lapas a sus puestos. Nadie podía imaginar que uno de los dañados de forma colateral por la catástrofe sería el propio Salón Internacional del Cómic de Madrid. Esta decimoquinta edición se iba a celebrar, como el pasado año, en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo. Pero sin ninguna explicación, hace pocos días en la web del Salón apareció anunciado su cambio de ubicación al Matadero de Madrid.

Para quienes conocemos Madrid y su Casa de Campo, o simplemente recordamos la pasada edición, sabemos que el Palacio de Cristal está situado puerta con puerta junto al Madrid Arena, así que es fácil deducir que, mientras duren las investigaciones, y con toda el área precintada por las autoridades policiales y judiciales, el sitio en cuestión no se puede utilizar. Sin embargo, parece extrañísimo que el Salón no se pudiera trasladar a alguno de los otros pabellones que se encuentran en el recinto ferial de la Casa de Campo. De hecho, la mayoría de los años, entre ellos el primero hace tres lustros, se celebró en el Pabellón de Convenciones. Sin duda algún despistado de última hora se presentó en la Casa de Campo, y para esos habría sido más cómodo acercarse a otro pabellón en unos minutos a pie que trasladarse a la otra punta de Madrid.

El Matadero, denominado así por su antiguo uso hace un montón de años, es un recinto municipal que agrupa varias edificaciones dedicadas a diferentes usos culturales. Así que, suponemos que por falta de espacio, se utilizaron distintos edificios para las diferentes actividades del Salón. Si vemos el no muy claro plano que facilitó la organización, comprobamos con asombro que hasta cinco de las exposiciones se encontraban en ubicaciones externas a la zona comercial. Y lo peor que la misma taquilla también estaba en otro sitio. Te acercabas al pabellón donde estaban las tiendas, y tenías que deshacer el camino andado porque las entradas no las vendían allí. Es de suponer que en las próximas ediciones todo volverá a la normalidad.


Al menos para el que escribe estas líneas y para la mayoría de sus amigos y conocidos, el auténtico aliciente de Expocómic se encuentra en la ya mencionada zona comercial. Al igual que en Barcelona, algunas editoriales aprovechan para presentar sus novedades, pero lo que realmente busca el aficionado son los puestos de segunda mano. En este año las cosas han cambiado poco con respecto al anterior salvo la falta de espacio. Todos los stands estaban más juntos y comprimidos que la pasada edición, donde tenías la impresión de que el enorme pabellón se quedaba grande. La mayoría de las tiendas son las ya conocidas de otros años, con alguna baja pero también con dos ó tres nuevas e interesantes incorporaciones. Centrándonos en el género superheroico, que es el que interesa de verdad a los que escribimos y leemos esta web, ECC debutaba en la capital en un stand en el que se exhibían sus nuevos lanzamientos, y donde lo que más llamaba la atención eran las precuelas de Watchmen. En cuanto a lo referente a cómic antiguo, era muy fácil encontrar cosas de editoriales que ya no publican superhéroes, como Planeta, Zinco, Fórum o Norma, e incluso Vértice o Bruguera, pero si lo que buscabas eran números de Novaro o ejemplares originales americanos, la cosa entraba en la frontera de lo imposible. En algún puesto los había, pero además de ser muy pocos los precios eran bastante elevados. En realidad todo es cuestión de suerte y de cómo se encuentren surtidas en ese momento las tiendas de segunda mano, pues ha habido años en los que se agotaba el dinero sin poder comprar todo lo que querías y en cambio otros en los mismos puestos no encontrabas nada de lo que buscabas. Al principio de la crisis daba la impresión de que algunos coleccionistas se habían visto obligados a desprenderse de material valioso, pero después de varios años de hecatombe económica, esta sensación se ha diluido.

Mención aparte merecen los autores invitados, las famosas sesiones de firmas. Entre el buen montón de trabajadores de la industria comiquera, sobre todo españoles aunque también había extranjeros, los más interesantes para los amantes de nuestro género favorito serían Salvador Larroca, Agustín Padilla, el veterano Herb Trimpe, David López, y, sobre todo, Jesús Merino.

En resumidas cuentas, más de lo mismo. Si exceptuamos la desastrosa ubicación, que con toda probabilidad será solucionada el año que viene, esta ha sido una entrega más de Expocómic, con los defectos y virtudes de otras ediciones y posiblemente de las próximas.

Un artículo de Nacho Jordán para www.supermanjaviolivares.net

2 comentarios:

  1. Jesús Merino al final no pudo acudir ningún día por motivos personales. Hombre, se podían conseguir números atrasados.

    En "Supervazquez" conseguí "Superman Kal" (el de la Edad Media) en perfecto estado por 3 euros que estaba buscándolo desde hace tiempo y nada.

    Eso sip, el ayuntamiento manda narices y con esta tragedia demuestra su incompetencia.

    Iskander López

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    1. Deseando que me mandes tu crónica para tener un segundo punto de vista. Ten en cuenta que Nacho alude a un material antiguo más antiguo (Bruguera, Novaro, por ejemplo).

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