JUSTICE LEAGUE DARK (2017)
Director: Jay Oliva
Guión: Ernie Altbacker basado en una historia suya y de J. M. DeMatteis
Cast de voces en V.O: Matt Ryan, Jason O'Mara, Camilla Luddington, Nicholas Turturro,
Ray Chase
Reseña de Antonio Monfort
RESUMEN
Los miembros de la Liga de la Justicia se ven obligados a detener numerosos crímenes provocados por gente aparentemente normal que afirma ver demonios y otras entidades sobrenaturales. Los héroes están de acuerdo en que algo de naturaleza mágica está detrás de los ataques, todos excepto Batman que permanece escéptico a la intervención de fuerzas no naturales.
Sin embargo, el hombre murciélago no tendrá más remedio que involucrarse con lo mágico cuando sea brevemente poseído por Deadman y éste le dirija a buscar al denostado mago, John Constantine. Para ayudarse en la búsqueda, Batman pide ayuda a Zatanna y ambos junto con el etéreo Deadman irán al encuentro de Constantine. El mago de Newcastle les lleva hasta Richie Simpson, un antiguo amigo ahora moribundo quien a duras penas consiente en dejarles la llamada llave Keshanti, un artefacto que permite el acceso a distintos planos de existencia y con el cual Constantine y Zatanna serán capaces de sondear la mente de uno de los hechizados. Una vez en la memoria de la víctima, descubren que el culpable del hechizo es una sombra que mantiene oculto a un hechicero y que porta un anillo. Este misterioso brujo crea un monstruo con el que Batman y Deadman deberán lidiar en el plano terrenal mientras Constantine y Zatanna hacen lo propio en el más allá.
Derrotada la amenaza, Richie Simpson identifica a Felix Faust como el dueño del anillo. Los héroes, ahora acompañados por Jason Blood, portador del demonio Etrigan, parten en busca de Faust para lo que solicitan ayuda de la cosa del pantano. Este les revela el paradero del brujo, pero se niega a participar en su lucha.
El equipo va a por Faust y consiguen derrotarle, pero resulta que éste no tiene nada que ver con lo ocurrido y que en realidad todo está pergeñado por el propio Ritchie Simpson, quien poseído por el espíritu de viejo hechicero Destino, intentará apoderarse del mundo habiendo reunido las dos partes de la Piedra de los Sueños. Ahora todos los héroes, magos o no, deberán enfrentarse a una de las mayores amenazas que jamás han tenido delante.
CRÍTICA
Las modernas películas de animación de DC Comics siempre son una buena noticia para el aficionado a los cómics y personajes de la casa. La perspectiva de ver a los personajes en movimiento, correctamente animados y viviendo alguna aventura interesante, es siempre más que bienvenida, pero desgraciadamente suele ocurrir que la realidad de estas producciones no siempre está a la altura ni de su original en cómic ni de las expectativas que la adaptación ha generado. Y este es precisamente uno de los casos.
La Liga de la Justicia Oscura fue una de las escasas buenas ideas que surgieron con el New 52. Reunir a algunos de los héroes mágicos de la casa, etiquetarles como liga de la justicia (título que otra cosa no, pero vender, vende) y ponerles a vivir aventuras a medio camino entre el comic de super héroes y la oscura temática adulta propia de la línea Vértigo no era un mal plan. Más aún si de por medio tienes a gente como Peter Milligan y Mikel Janin. Bien es cierto que muchos aficionados a los cómics adultos de DC se llevaron las manos a la cabeza al ver cómo personajes tan complejos como John Constantine se descafeinaban para encajar en el universo DC habitual y apuntar a públicos más generalistas, pero a cambio, el mago de Newcastle podía llegar a un público mucho más numeroso que el propio de sus cómics originales y permitirse una serie de televisión y productos como el que aquí nos ocupa. Un caso de aquellos de ver el vaso medio lleno o medio vacío, vamos.
La película que tenemos entre manos tampoco es precisamente fiel a los cómics de Milligan y sucesores. No tiene ni la oscuridad, ni el punto de transgresión de aquellos por mucha calificación R que le hayan puesto. Coge el concepto básico de esas historias y se monta una narrativa que consiste en conectar el punto A con el punto B sin llegar más allá. O dicho de otro modo: conectar la escena de acción A con la B y con la C porque la trama no es sino una excusa para ir de una escena de acción a otra sin mayor ambición que esa.
Técnicamente, la cinta es mucho menos criticable. La animación, salvando algunas fallas, es fundamentalmente correcta y el diseño de personajes, aunque algo salido de madre, es potente y consigue que la estética del producto sea muy atractiva. El problema, como ya comentábamos, viene del lado del argumento, aburrido y previsible hasta el infinito que consigue dar la sensación de haber visto la película mil veces ya desde el primer visionado. Mención aparte merece la obsesión por plantar a Batman en medio del lío mágico como si este tuviera algo que hacer en semejante berenjenal. Que el murciélago vende y vende mucho lo sabemos todos, pero la sobreexplotación a la que le está sometiendo DC a costa de muchos de sus otros personajes no solo es cansina, sino que a largo plazo es perjudicial para el personaje. Aquí el murciélago roza en ocasiones la autoparodia, con situaciones pensadas para su lucimiento o conseguir este a costa de forzar el argumento cosa mala.
En definitiva, Justice League Dark es un producto digno, posiblemente más buscador de un consumidor ocasional que de uno habitual y desde luego mucho más juvenil de lo que la cacareada y desaprovechada calificación R quiere dar a entender. No arriesga nada y eso lastra el producto final hasta dejarlo en un convencionalismo cómodo y tremendamente aburrido para quien haya visto más de dos películas del género. La magia de DC animada, merecía más.
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