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lunes, 8 de julio de 2019

EL SÓTANO DEL PLANET: PODCAST 108 - LAS MUERTES DE SUPEMAN

En ocasiones se hace difícil grabar un Podcast de Superman cuando las noticias y los biorítmos no acompañan. No cabe duda que no son buenos tiempos para Superman. Después de su 75 aniversario donde todo parecía ir muy bien encaminado con grandes proyectos por delante, parece que nos toca un nuevo ciclo de silencios, esperas impacientes y de refugio. Pero el Sótano lleva más de 10 años dando guerra y nada ni nadie nos va a detener.

Con ese propósito os ofrecemos un Podcast muy trabajado y sin fecha de caducidad, en el que os vamos a detallar todas las muertes que el último hijo de Krypton ha sufrido en sus más de 80 años de historia, tanto en las viñetas como en todos los medios importantes por los que el personaje se ha prodigado.

Tocaremos grandes sagas de las series regulares como "¿Qué le pasó al Hombre del Mañana?" escrita por el gran Alan Moore o la icónica muerte de Superman a manos de Doomsday durante el evento que narraba La Muerte, El Funeral, El Reinado de los Superhombres y el Regreso del Hombre de Acero. Pero no dejamos de lado grandes sagas ElseWorld como Superman: Kal, Red Son (Hijo Rojo) o Superman: All Star. Y como colofón final os daremos nuestra opinión sobre la muerte de Superman en Batman V Superman: Dawn Of Justice.

Os dejamos 4 horas de programa que os permitirán no sólo saber la distintas muertes de Superman sino también profundizar en la historia del personaje, siempre con el toque Sótano que nos caracteriza.

Este Podcast se ha grabado en varias sesiones espaciadas en el tiempo entre Febrero y Julio de 2019 por los miembros del Sótano del Planet: Antonio Monfort, Pako Garrido, Javier Olivares y Juan Carlos Hernández.

El Sótano del Planet lo podéis escuchar de diversas maneras. Os dejamos a continuación todas las vías:

- Os podéis suscribir al Podcast en iTunes a través del siguiente enlace (pinchad en el icono):



- Podéis descargar este capítulo con la máxima calidad de audio posible a partir del siguiente enlace (pinchad en el icono):


- Y cómo no, desde el Portal Ivoox donde también podéis dejar vuestros comentarios, un "Me Gusta" y Suscribiros (pinchad en el icono):


Y recuerda que también puedes escucharlo desde aquí mismo, en el reproductor situado al final de esta página o en la sidebar, mientras repasas la actualidad de Superman como cada día. O incluso en el reproductor que tenéis a continuación:


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martes, 25 de junio de 2019

SUPERMAN YEAR ONE #1

SUPERMAN YEAR ONE #1 (Agosto 2018)

Guión: Frank Miller
Dibujo: John Romita Jr. 
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN


Un niño es enviado a la Tierra desde un planeta al borde de la desaparición. En nuestro planeta, es recogido por Jonathan y Martha Kent, una pareja de granjeros del medio oeste americano que le adoptarán como su hijo. El pequeño Clark, como deciden llamarle, pronto descubrirá que sus capacidades están muy por encima de las del resto de los humanos y tendrá que decidir como utilizar sus habilidades al tiempo que intenta llevar una vida lo más normal posible. Pero el verdadero reto vendrá cuando tenga que abandonar Smallville, el pueblo donde ha crecido a salvo y resguardado del resto del mundo y averiguar cómo mostrar sus increíbles poderes a la humanidad.

COMENTARIO

El origen de Superman es una de las historias más hermosas y trascendentales de la cultura popular moderna. La historia acerca de dónde vino y de cómo llegó a ser lo que es quizá sea la más relevante de todas las que se pueden contar con el personaje y la que tiene la altura de mito contemporáneo. Por eso, aunque mil veces contada, seguirá contándose una y otra vez mientras alguien recuerde las aventuras del último hijo de Krypton.

Que una de estas revisiones vaya a venir de la mano de uno de los autores más importantes que el comic book estadounidense ha tenido en la era moderna, debería ser merecedor de que se parasen las rotativas y de que toda la atención fuera a parar a este proyecto. Pero no nos engañemos. Frank Miller ya no es lo que era. Hace tiempo que dejo de ser el autor rompedor que nos sorprendió a todos. Ni siquiera su incomparable habilidad para la narrativa del género negro es ya la que era. O dicho de otro modo. Hace mucho que una obra de Frank Miller no pega un golpe sobre la mesa y cambia las reglas del juego tal y como nos tenía acostumbrados en sus años mozos. 

Miller es también un autor indisolublemente asociado con Batman y por tanto, no está exenta de cierto morbo la idea de que ahora nos vaya a ofrecer su visión personal sobre Superman, un personaje que hasta ahora había tocado solo como contrapunto del hombre murciélago.

Que la obra que nos ocupa se llame Superman: Year One es toda una declaración de intenciones por parte del editor. Un grito que dice, “eh, Miller va a hacer aquí la obra maestra que hizo con Batman” y vaya usted a saber, igual funciona en cuanto a ventas, pero leído el comic no hace sino tirar piedras a su propio tejado.


La visión de Superman que Miller nos presenta aquí está bien escrita. Goza de una prosa sólida y contundente que ayuda a hacer creíbles a unos personajes no excesivamente bien cimentados cuyas voces son lo mejor de una historia donde el autor no se moja. Se queda en las zonas comunes de tantas y tantas otras versiones del origen del hijo de Krypton sin aportar una verdadera personalidad o voz al relato más allá de cuatro detalles superficiales que invitan al estupor del lector (el bebé Kal-El manipulando mentalmente a Jonathan o el joven Clark queriendo unirse a los marines por citar dos) pero no llegan a significar nada verdaderamente rompedor o distinto. 

Volver a abordar una historia mil veces vista y mil veces contada debería implicar hacerlo con una voz nueva, no puedes cambiar el contenido pero sí el continente, no el qué sino el cómo, pero Miller no se molesta en tal cosa. Volvemos a tener una infancia de Clark apresurada para desembocar en una adolescencia más apresurada aún que sirve para sacarle de Smallville cuanto antes. Como si llegar a Superman lo más rápido posible fuera lo importante en vez de disfrutar precisamente con lo que aquí debería importar: el camino.

De todos modos y pese a que como decíamos Miller no rompe ningún plato ni entusiasma lo más mínimo, su guión no es el problema. Ni de lejos. No cuando a los lápices tenemos a quien tenemos.

John Romita Jr. Ha sido uno de los grandes, sin lugar a dudas. Pero también ha demostrado ser uno de esos dibujantes, ocurre demasiado a menudo, a los que el paso del tiempo no les sienta bien. Su trazo pasa de personal a acomodaticio y de expresivo a esquemático y el resultado evoluciona desde una obra con estilo propio a un esperpento considerable. 

Quizá ese estilo propio/esperpento pueda servir para una obra muy personal como Kick Ass o para un personaje al que le une una relación tan personal como Spider-Man, pero sacado de ahí, la cosa no funciona. Que Romita Jr. Y Superman no se llevan bien debería haber quedado claro cuando estuvimos sufriéndole durante su paso por la serie regular del personaje, en una etapa que quedará en los anales de la ignominia. Pero que no se diga que DC no tropieza las veces que haga falta con la misma piedra; aquí estamos con Romita pintando bebes Kal-El cabezones, piernas dignas de Reed Richards haciendo estiramientos y rostros femeninos de clara inspiración picassiana. A tope. Que no se diga. Por lo visto, haber encargado este proyecto a Clay Mann, Francis Manapul, Ivan Reis, Jorge Jimenez o a alguno de los estupendos dibujantes que hoy forman la plantilla de DC Comics y que habrían compensado el poco más que correcto guión de Miller hasta dar un producto digno no era una buena idea. Puestos a darle el guión a un viejo dinosaurio como Miller, ya le damos el dibujo a otro. Y así estamos con una obra que debería haberse titulado Superman: Jurassic Glory.

En fin. La fiesta acaba de empezar y no huele que vaya a ir a mejor, pero por faltar, falta lo suyo que esto solo es el primer número. Iremos viendo hacia dónde van los tiros y que momentazos nos quedan por presenciar antes de acabar este “year one”.

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jueves, 9 de mayo de 2019

EL SUPERMAN DE BRIAN MICHAEL BENDIS: ¿ESTÁ SIENDO LO QUE ESPERÁBAMOS?

Bendis is coming. Así rezaban hace casi un año las promociones que anunciaban la llegada de Brian Michael Bendis a los títulos de Superman, con ciertas reminiscencias de la llegada de Jack “King” Kirby a DC en los setenta. Las comparaciones son odiosas y que juzgue cada uno hasta que punto una llegada y la otra eran equivalentes, pero sea como sea, Bendis había sido el arquitecto del universo Marvel en la década de los dos mil y pese a contar también con una abundante y nutrida escuadra de detractores, su llegada a DC abría un panorama de posibilidades para muchos lectores.


Razón de más para la intriga, cuando se anunció que el guionista de Cleveland iba a tener control completo no de una, sino de las dos series dedicadas al hombre de acero, una de ellas con nueva numeración, e incluso la dedicada a Supergirl iba a cambiar considerablemente de rumbo con esta nueva etapa. Por si todo esto no fuera suficiente punto y aparte, se anuncia que al estilo de las Crisis de 1986, las series regulares sufrirían un parón en el que serían sustituidas por una miniserie de seis números titulada, no por casualidad, Man of Steel. Desde estos anuncios hemos visto dicha miniserie y diez números de cada una de las series regulares del hijo de Krypton. La pregunta que toca hacerse es ¿ha estado Bendis a la altura de sus expectativas?

Man of Steel

Pese a llevar el mismo nombre que la miniserie con que John Byrne arrancó su etapa allá por los ochenta, esta Man of Steel tenía poco que ver con aquella. En primer lugar, aquí no había ningún reinicio ni se nos recontaba por enésima vez el origen del personaje. No cabe duda de que efectivamente era un punto y aparte, pero Bendis tenía cuidado de coger los elementos pre existentes en la actual continuidad de Superman y trabajar con ellos… o eliminarlos de forma más o menos eficaz. Al fin y al cabo, no se trataba de elementos cualesquiera. Hablamos nada menos que de un Superman casado y de un retoño de unos doce años. Peter Tomasi había hecho de esta “Superfamily” el pilar fundamental de su recorrido al frente del personaje, pero el enfoque de Bendis pasaba por algo totalmente distinto. Un volver a una concepción más clásica y reconocible de Superman.

Al empezar la historia, los lectores nos encontramos con un Superman que actúa en solitario. Lois y Jon no están con él. El misterio de su desaparición va a arrastrarse durante los seis episodios. La ausencia de la familia permite a Bendis escribir un Superman muy puro. Brillante, heroico y enmarcado en su entorno más icónico del Daily Planet con personajes como Perry White o Jimmy Olsen haciendo exactamente lo que se espera de ellos. Incluso estando ausente, Lois Lane tiene cierto peso, Si bien, no será sobre estos personajes sobre los que Bendis construirá su etapa. Por un lado nos presenta a Robinson Goode, una periodista del Daily Planet que recuerda bastante a Lois en ciertos aspectos y que parece dispuesta a hacerse demasiadas preguntas en torno a Clark y Superman. Por otro, Melody Moore, nueva jefa del departamento de bomberos de Metropolis que si no fuera porque jugamos con un Superman casado sería el típico interés romántico del protagonista.

Pero de todas las nuevas incorporaciones ninguna tuvo más peso que Rogol Zaar, una verdadera bestia parda que por alguna razón aún oculta odia a los kryptonianos y parece estar detrás de la mismísima destrucción de Krypton. El bueno de Rogol había estado a sus cosas la mar de tranquilo después de la destrucción del planeta, pero al enterarse que la Tierra albergaba aún kryptonianos, se pone las pilas y acude raudo a ajustar cuentas con la Tierra.


Bendis juega a la ambigüedad. Parece establecer que Rogol Zaar fue el culpable de la destrucción de krypton pero deja suficiente sombra de duda como para desentenderse de la idea cuando sea necesario. El enfrentamiento con Rogol Zaar va a ocupar gran parte de las viñetas de esta miniserie y establecerá todos los acontecimientos posteriores en las diferentes series del personaje. En ese sentido, Man of Steel fue mucho más un primer episodio que una historia independiente y disfrutable por si sola. Se benefició de su extraordinario plantel de dibujantes que la dotaron, pese a su variedad, de una espectacularidad visual inigualable. Sin embargo, su historia supo a poco. Era solo el arranque de algo y ese algo aún está por descubrir exactamente que es. Lo prometía todo, pero cumplía lo justo. Una verdadera antesala de lo que vendría en el futuro.

Superman

Una de las primeras sorpresas que nos llevamos los lectores de la etapa Bendis tras la miniserie inicial, fue que Action Comics y Superman no irían coordinadas. Nada de volver al esquema de los noventa de una serie quincenal con cabeceras y autores distintos pero que contaban la misma historia. En el planteamiento de Bendis, Superman se llevará la acción superheroica a lo grande, y Action la parte más urbana y personal del personaje. En cierto modo, se imita la estructura de los tiempos de Byrne, cuando Superman estaba a cargo del canadiense y Adventures of Superman a cargo de Marv Wolfman y Jerry Ordway. La decisión no deja de ser sorprendente porque se pierde la posibilidad de coordinar las series como si fuesen una sola, y a efectos prácticos, es como si se tratase de dos series con dos autores diferentes.

Puestos a valorar cada una en su medida, Superman da lo que promete. O al menos eso parece al principio. El dibujo de Iván Reis es insuperable y llena las páginas de una calidad y una espectacularidad que, de nuevo, compensan que la historia avance a un ritmo asombrosamente lento. Bendis tiene muy claro el concepto de Superman. Es un héroe protector, optimista, que siempre ve el lado bueno de todo el mundo y pese a su inmenso poder siempre optará por intentar arreglar las cosas sin violencia en primera instancia. La caracterización del personaje es perfecta y se refuerza con diálogos y un entorno perfectamente reconocible. Si bien, esta serie va a carecer casi por completo del componente humano del personaje. Aquí no hay Planet, ni problemas del mundo real. Esta es la serie de los problemas llegados del espacio y monstruos de la zona fantasma. Sea como fuere, el problema viene cuando esperamos que en el comic haya una trama que nos arrastre, que utilice esa caracterización para contarnos una historia que nos atrape y nos asombre. Bendis no tiene prisa, y se escuda en la acción y situaciones periféricas para no avanzar o avanzar lo mínimo en cada episodio. Con todo, este primer arco de Superman números #1 al #6 (que podría ser una especie de capítulo 2 de esa novela que parece estar escribiendo) cumple bastante bien, entretiene e introduce un elemento interesante como Zod, en un papel desacostumbrado.

¿Por dónde viene el problema entonces? En primer lugar, que la historia no nos revela nada acerca de Rogol Zaar y sus motivaciones. Esa gran incógnita que está en el centro de toda esta etapa no se revela ni en los primeros números de Man of Steel ni en este segundo ciclo, ni ya puestos, en el tercero (números #7 al #10) con lo que uno no puede quitarse la sensación de que está leyendo una historia que ni avanza ni parece ir a ninguna parte. Peor aún es la resolución de este primer arco de la zona fantasma. Ver luchar juntos a Superman y Zod es espectacular y prometedor, pero Bendis arranca a nuestro protagonista antes de que podamos llegar a una conclusión satisfactoria.

Sin habernos dado tiempo asumir el no final del primer arco, Bendis nos embarca en otro que no deja de ser también un paréntesis. Un planteamiento para restablecer al personaje de Jon con sus nuevas condiciones. Algo que hay que reconocer al ex arquitecto de la casa de las ideas, es que no se ha limitado a quitar de en medio a Lois y a Jon, sino que les ha “reconstruido” en un formato que él considera utilizable. Así, mientras que en Action vemos como ser replantea la relación de Lois y Clark, aquí veremos a esta nueva versión del retoño de ambos convenientemente crecido y casi emancipado para los planes de Bendis. Sorprende también, que dado el éxito de la serie de los Superhijos,  DC haya dejado hacer estos cambios con el personaje, pero al fin y al cabo, hay guionistas y guionistas y el que nos ocupa no es uno al que la editorial ate en corto. La historia del joven Jon está bien contada y hasta puede ser interesante, pero de nuevo nos aleja del foco de acción principal y nos tiene varios meses “esperando” a ver dónde quiere llegar la historia.

Action Comics

Por lo que respecta a Action Comics se ha llevado, como decíamos antes, la parte más personal y humana del personaje. Retoma desde las páginas de Man of Steel a los personajes de Mandy Moore y Robinson Goode y establece con ellas una serie de tramas de intriga que implican bajos fondos, políticos corruptos, trabajo periodístico y  todo ello con escasa, que no nula, aparición de metahumanos. Algo así como los capítulos de la primera temporada de Lois y Clark, la serie de los noventa, pero tomándose las cosas en serio y acercando la serie al género negro.

Quizá la mayor sorpresa en Action fue el regreso/reincorporación de Lois Lane en un punto bastante temprano de la serie. Parecía que Bendis se había contentado con deshacerse de la superfamilia pero en vez de eso, recupera con celeridad y de modo completamente inesperado a Lois y redefine el matrimonio de los protagonistas como una especie de relación estable y permanente pero atípica y que no necesariamente implica la convivencia de la pareja. ¿Extraño? ¿Coherente dadas las circunstancias? Quién sabe, pero lo que sí algo es, es funcional y ayuda a que Lois sea parte de las tramas de la serie sin que necesariamente deba estar en todas ellas.

El escenario creado por Bendis es sólido y da la impresión de que la Metrópolis en la que vive Clark Kent es creíble o al menos, maneja una especie de verismo fantástico que permite tramas complejas y bien asentadas. De nuevo, el problema es la escasísima información que revela cada número. Las tramas avanzan con cuenta gotas y dan la sensación de no cerrarse nunca, más aun cuando la saga Leviathan se cruza en medio de lo establecido y aplasta con su trama de espionaje y misterio el resto de los argumentos en curso. Leviathan parece ser una saga de altos vuelos e incluso con repercusión en el universo DC fuera de las series de Superman, pero tras cuatro episodios con ella, lo único que sabemos es que algo está atacando a las organizaciones secretas que existen en esta realidad y poco más.



Action por tanto tiene un guión sólido, bien estructurado pero narrativamente inconcluyente. Las pistas que va dejando Bendis, los personajes que va sembrando siguen sin dar frutos. La serie se disfruta especialmente cuando se puede hacer una lectura encadenando bastantes números, pero tras diez números y por sorprendente que pueda parecer, aun es pronto para saber si realmente estamos ante una buena historia o simplemente ante un juego de humo y espejos.

Supergirl

No, no nos hemos equivocado. Sabemos que las aventuras de Supergirl no están escritas por Brian Michael Bendis, pero para sorpresa de propios y extraños, algunas de sus últimas entregas están revelando más acerca de Rogol Zaar y todo lo que le envuelve de lo que las series de Bendis lo han hecho en todas sus entregas.

Con la llegada de la nueva etapa, veíamos a Supergirl ayudar a Superman a enfrentarse a Rogol Zaar en Man of Steel y penar más que su propio primo por la destrucción de la ciudad embotellada de Kandor. Al acabar la miniserie, Supergirl partía en busca de respuestas acerca de la destrucción de Krypton y la verdadera identidad de Rogol Zaar al espacio. La acompañaría el perro Krypto y juntos se embarcaron en una serie de aventuras espaciales que les llevarían a cruzarse con los Green Lanterns primero, con algún que otro trasunto de la legión de superhéroes (su nuevo compañero de aventuras es Z`ndr, un coluano no por casualidad reminiscente de Brainiac 5), los Omega Men y  unas cuantas de las razas habituales en el espacio del universo DC.

Las aventuras de Supergirl y Krypto en el espacio son resultonas, escritas por Marc Andreyko y dibujadas con solvencia por gente como Kevin Maguire o Eduardo Pansica, pero no estaríamos hablando de ellas si no fuese porque en sus últimas entregas hasta el momento nos han revelado el origen del círculo, la organización de personajes alienígenas para los que trabajaba Rogol Zaar y ha explorado con algo más de detalle cómo fue supuestamente la destrucción de Krypton.

¿Por qué revelaciones aparentemente importantes se hacen en una colección secundaria? ¿Son acaso directrices marcadas por Bendis? ¿Hay un plan al final de todos estos ciclos trazados en cada una de las series? De momento solo vemos piezas inconexas a lo largo del recorrido sin saber muy bien si encajan o a donde pretenden llevarnos.

Conclusiones

Tras diez meses con las series de Superman bajo la batuta de Brian Michael Bendis no podemos sino decir que la sensación es agridulce. Por una parte es evidente que las series han tenido un empujón notable de calidad. Las tramas son más sólidas, los diálogos y la caracterización de los personajes son más que correctos y los artistas que dibujan estas páginas son sin duda de primerísima línea. Incluso los de Supergirl. Sin embargo, Bendis y su ritmo lento trufado de comics en los que apenas pasa nada es capaz de acabar con la paciencia del más pintado y no deja de levantar sospechas de que, quizá, detrás de su etapa no haya un plan maestro sino una especie de lenta e incierta huida hacia adelante. Las series no sorprenden y pasan desapercibidas con facilidad, hasta el punto de que sus ventas siguen estando en una insulsa e inmerecida zona media del top 100 de ventas. O dicho de otro modo, ni para bien ni para mal Bendis ha sido el pelotazo que esperábamos hace diez meses, en sus series no hay polémicas, no hay fans enfadados ni tampoco entusiasmados. Lo que hay son toneladas de indiferencia y esa no es una buena receta para ninguna serie y menos para las de Superman que necesitaban y necesitan un revulsivo potente.


Como ha demostrado y sigue demostrando Tom King en Batman, una serie puede desarrollarse lentamente y aun así, ofrecer arcos cortos apasionantes, que gustarán más o gustarán menos, pero ante los que es difícil quedarse indiferente. Por desgracia, ese no es el caso de las series de Superman.
Es posible que el ciclo de Bendis avance y las historias se vayan cerrando con interés a partir de todo lo que está construyendo. Es una posibilidad que sin duda no podemos descartar y que ojalá, se vaya concretando. Puede que sea así y dentro de otros diez meses podamos hablar de un panorama más halagüeño (siempre y cuando las ventas aguanten mínimamente y DC no decida dar otro golpe de timón a todo esto). Pero de momento seguimos navegando en la niebla sin saber nada de lo que viene por delante ni muy seguros de donde estamos ahora mismo.

Antonio Monfort

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martes, 8 de enero de 2019

RESEÑA DE SUPERMAN #6

SUPERMAN #6  (Febrero 2019) 

Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Ivan Reis
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

En la zona fantasma, Superman y Zod se enfrentan mano a mano contra Rogol Zaar en una lucha despiadada y sin cuartel, pero cuando parece que el destructor de Kandor está a punto de caer, Superman es arrastrado fuera de la zona y devuelto a la Tierra por los esfuerzos combinados del Átomo, Adam Strange y la gente de Star Labs.

El hombre de acero pide volver a la zona para continuar batalla junto a Zod, pero el paso del planeta por la zona fantasma ha provocado un sinfín de catástrofes naturales que requieren de su atención inmediata o un sinfín de vidas terrestres llegarán a su fin. Superman elige salvar esas vidas pero a cambio, Zod es estrepitosamente derrotado por Rogol Zaar, convencido además de que Kal-El le ha traicionado en el último segundo.


COMENTARIO

Si nos tomamos este número seis del Superman de Bendis como final de una especie de segundo acto o cierre de algún tipo de saga, no queda más remedio que decir que Bendis nos la ha jugado pero bien. Todas las promesas a las que apuntaba el número cinco se han pinchado aquí como un globo, dejando en nada todo lo ocurrido los últimos números en la zona fantasma para abrir otro frente, (el de John Kent) y tirar por otro lado. Al menos de momento.


Y es que seguro que más pronto que tarde volveremos a saber de Zod y Rogol Zaar y de cómo les va en la zona fantasma, pero de momento Bendis nos ha dejado plantados, sin resolución ni avance en la trama que veníamos arrastrando desde hacía seis meses y eso, como lectores, sinceramente no entusiasma.


El dibujo de la serie es aún más espectacular si cabe que en las entregas anteriores, con unas impresionantes páginas dobles que son directamente dignas de enmarcar,  pero el guión empieza a necesitar desesperadamente entregar algo sólido y que nos permita poder decir que tenemos una gran historia entre manos. La  miniserie de presentación Man of Steel resultó ser solo un primer acto, un primer episodio de algo que se atisbaba mucho mayor en desarrollo, ahora, estos seis números también dejan claro que solo son otra pequeña pieza dentro de un mosaico más grande, pero con doce números acumulados de espera… uno empieza a temer que igual no hay mosaico y que se nos está vendiendo una cortina de humo detrás de otra.

Parece que Bendis no lleva bien lo de separar los argumentos de Action Comics y de Superman. En Action, el entorno y el desarrollo de Clark Kent, su relación con Lois… están siendo manejados brillantemente, pero la serie carece de grandeza y épica superheroica. En esta que nos ocupa ocurre justo lo contrario. De modo que si juntásemos las dos tendríamos una gran historia de Superman, pero con cada una de ellas por separado el invento se nos queda corto y no acaba de cumplir.

Por tanto, no queda sino embarcarnos en otro compás de espera. Esperar más números, más historia, a ver si por fin empezamos a cerrar tramas y con ello ver las cosas desde otra perspectiva. Una que nos cuente de que va esto y nos convenza de que no nos están tomando el pelo. Afortunadamente, mientras siga Ivan Reis a los lápices cualquier espera se hace estupendamente llevadera. Nos agarraremos a eso.

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jueves, 22 de noviembre de 2018

RESEÑA DE SUPERMAN #5

SUPERMAN #5 (Enero 2019)
Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Ivan Reis
Reseña de Antonio Monfort


RESUMEN

Mientras Superman sigue atrapado con Rogol Zaar en la zona fantasma en una especie de enfrentamiento eterno, el general Zod tiene extrañas visiones donde su sueño de un nuevo Krypton floreciente se ve hecho añicos por una poderosa y desconocida presencia.

Sabiendo que la Tierra está implicada de algún modo en dichas visiones y que va a necesitar a Kal-El para conseguir su deseado renacer de Krypton, el general acude a la Tierra para ver como esta sale de su encierro en la zona fantasma. El ex militar no tarda en darse cuenta de que la clave de todo cuanto ha visto está al otro lado del portal y se apresura a llegar hasta allí, donde no tendrá tantas maneras como Superman a la hora de enfrentarse con Rogol Zaar.


COMENTARIO

Es buena señal cuando uno tiene la sensación de que un cómic acaba antes de tiempo o se hace corto. Con Bendis ocurre mucho. Sus detractores dirán que es porque no cuenta nada o casi nada en un solo número y quizá en ocasiones no les falte razón, pero sinceramente, creo que en este caso, el cómic que nos ocupa se hace corto por buenas razones.


La saga de la zona fantasma ha pisado el acelerador y parece estar al borde de contarnos cosas acerca de Rogol Zaar por fin. Las sorpresas empiezan a revelarse y el hecho de que solo quede un número para cerrar saga, hace que la espera de grandes momentos se vea seguramente recompensada. Venga lo que venga en el episodio seis, la irrupción en la trama del general Zod ha hecho que suban todas las apuestas. En una historia que tiene a Krypton como eje de todo, no podía faltar la presencia del otro gran kryptoniano por excelencia. Zod era una pieza demasiado jugosa como para no usarla y Bendis la usa aquí para acelerar la historia e introducir elementos nuevos en una trama donde todo parecía dicho. Nuestro general llega además no como villano absoluto sino como improbable aliado del hombre de acero en un cambio de roles que  Bendis justifica perfectamente y sin traicionar la esencia del personaje. Todo lo contrario. Este es un Zod puro, mezcla de Terence Stamp y Michael Shannon y reconocible al instante hayas o no leído algo de Superman en tu vida.

Por tanto, tenemos la historia en un punto trepidante cuya única nube en el horizonte es la posibilidad de que no se cierre correctamente la trama en el siguiente número, donde todo apunta que va a concluir el segundo capítulo de esta novela en viñetas que Bendis está escribiendo con Superman antes de arrancar con el tercero y el anunciado y sorprendente regreso de Jon Kent.

Por lo que respecta al dibujo, ¿qué podemos decir de Iván Reis que no hayamos dicho ya?. Pues que su perfección sigue perfeccionándose aún más si cabe y hasta se las apaña para homenajear al gran Reeve en alguna viñeta. Si a eso le sumamos las estupendas tintas de Prado y Albert y los colores de Sinclair pues difícilmente se puede pedir una plasmación mejor de una historia de este tipo. Y es que Superman, en los comics, vuela más alto de lo que ha volado en años.


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viernes, 2 de noviembre de 2018

RESEÑA DE ACTION COMICS #1004

ACTION COMICS #1004 
(Diciembre 2018)

Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Ryan Sook con tinta de Wade von Grawbadger y color de Brad Anderson
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN


Superman acaba de descubrir que Lois Lane está de nuevo en la Tierra. Ha vuelto sola, su hijo Jon sigue en el espacio con su abuelo y, según su madre, está seguro y exactamente donde necesita estar. 

La periodista, convencida de que su hijo ya no le necesita y su marido tampoco, está dispuesta a recuperar el tiempo perdido como escritora, aunque ello pase por revisar la relación que tiene con Clark y qué clase de matrimonio son exactamente.

COMENTARIO

Brian Michael Bendis nos ha colado un gol. Su decisión de “quitar de en medio” a Lois y Jon en “Man of Steel” fue una de las más polémicas y también más necesarias para mostrar la clase de Superman, clásico y sin ataduras que quería para su etapa. Cabía esperar que la familia de nuestro héroe por tanto, no volviera medianamente pronto, y si lo hacía lo hiciera a lo grande en alguna saga épica considerable.

Pero no.


Bendis ha hecho lo que menos cabía esperar y es que Clark, literalmente, se encuentre con Lois por la calle. Así tal cual. Pero esta Lois no es exactamente la misma Lois madre y esposa que nos tenían acostumbrados Peter Tomasi y Dan Jurgens. No. Esta Lois vuelve guerrera, o mejor aun, periodista, escritora, siendo la mujer independiente que nunca debió dejar de ser. El planteamiento de Bendis para ella es arriesgado, diferente, porque en cierto modo está deshaciendo el matrimonio de los personajes, al menos, tal y como lo habíamos conocido los últimos años y está escribiendo una nueva clase de relación para Lois y Clark que no es una ruptura, ni un divorcio, pero sí es una relación atípica propia de dos personajes absolutamente atípicos y cuya farsa de normalidad solo podía mantenerse hasta cierto punto.

Estamos, por tanto, en territorio desconocido. Bendis se ha impuesto (conscientemente o no) el reto de redefinir lo que puede ser un superhéroe casado y cómo debería funcionar su relación. Rompiendo todo lo anterior a base de no romper nada. Toda una cuadratura del círculo en la que solo el tiempo nos dirá si consigue su objetivo. Que haya hecho esta apuesta aquí en Action, podría además tomarse como una declaración de intenciones, primero para conseguir que lo que aquí ocurra sea relevante y esta serie se quite el sambenito de serie secundaria donde nada de lo que ocurre importa a largo plazo, pero también porque es aquí en Action donde exploramos el universo personal de Superman, donde vemos cómo vive, cómo siente Clark Kent y cómo es ese universo de Metropolis donde habita. Meter a Lois en este escenario es encajar una pieza imprescindible y necesaria para completar este paisaje, pero también abre un buen número de posibilidades de futuro que se antojan francamente interesantes.

En el dibujo, tenemos nuevo cambio de dibujante. Ryan Sook se hace cargo de los lápices y viene con su propio entintador y colorista, pero a diferencia de lo que suele ocurrir en otras ocasiones, estos cambios de dibujante no desentonan, no chafan la estética de la serie. Sook encaja perfectamente con lo que hemos visto en los números precedentes. Es correcto, limpio y narrativamente eficaz. 

Posiblemente gracias a las directrices de un guión muy dirigido y muy marcado, sus puntos fuertes narrativos coinciden bastante con los de los dibujantes anteriores y también lo hacen los tonos del color y por tanto el ambiente que transmite esta saga. Bendis tiene muy bien aprendida la lección de que esto, más pronto o más tarde, tiene que formar parte de un mismo recopilatorio y que por tanto el lector tiene que tener la sensación de estar leyendo una historia en seis episodios antes que seis historias totalmente distintas.


Por tanto, notable empujón el que ha recibido Action en este número 1004 donde no solo mantiene todo lo que lo hacía grande hasta ahora, sino que la aparición de Lois la ha vuelto relevante como no lo había sido hasta ahora. Quedan por delante muchos temas por descubrir, muchas piezas con las que jugar (ese Luthor que está al caer) y la posibilidad de que esta serie vaya recogiendo lo que ha estado sembrando y se vaya volviendo más apasionante en cada entrega.

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jueves, 1 de noviembre de 2018

RESEÑA DE ACTION COMICS #1003

ACTION COMICS #1003 
(Noviembre 2018)

Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Yanick Paquette con color de Nathan Fairbairn
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Robinson Goode ha conseguido por fin la kryptonita que llevaba tiempo buscando y, aunque el objetivo que persigue con ella sigue siendo un misterio, su paso por el Daily Planet provoca el derrumbe de Clark Kent que sus compañeros toman por un amago de ataque al corazón. 

Al salir del edificio, la periodista es interceptada por Batman, quien le quita la kryptonita, actuando de acuerdo con el hombre de acero. Con la amenaza fuera de escena, Superman se pone a investigar y llega hasta el local donde Goode consiguió el extraño mineral, pero una vez más, una misteriosa nube roja ha acabado con los criminales, antes de que él pudiera hacer nada.

COMENTARIO

El Action Comics #1003 puede leerse de dos maneras. La primera, encuadrado dentro de esta gran etapa que el amigo Michael Bendis va tejiendo pasito a pasito en sus andanzas por los comics de Superman. Si tomamos esa opción, posiblemente este comic aporte poco. Tenemos la nariz pegada al cuadro y tenemos que alejarnos mucho para ver la figura completa. O dicho de otro modo, los planes de Bendis son a largo plazo y tres episodios son nada y menos. Todo son misterios, indicios de piezas mayores que aun tenemos por descubrir y que de momento, no nos revelan prácticamente nada. Toca esperar y confiar en que más pronto o más tarde todo cobrará sentido.


Otra forma de abordar el cómic es tomándolo como una aventura unitaria, descartando los elementos seriales y disfrutando de lo que aportan sus páginas sin esperar nada más allá. En esta segunda opción, el Action 1003 se disfruta más. Se aspira a menos, pero el cómic funciona. Funciona ver cómo el Daily Planet, tan protagonista de esta etapa en Action, reacciona ante un Clark Kent que se desploma por culpa de la kryptonita. Funciona el misterio de Robinson Goode, convertida en un trasunto de Lois Lane removiendo los rincones de los bajos fondos de la ciudad para quizá poner en jaque a Superman, y funciona también lo que ya es garantía en un comic de Bendis de Superman: la caracterización de personajes. Bendis entiende estupendamente a Superman y su universo y eso consigue que Superman suene como Superman, que Perry White sea Perry White o que los diálogos con Batman encajen con absoluta naturalidad.


El apartado gráfico sigue funcionando estupendamente bien a pesar de la marcha de Patrick Gleeson. Yanick Paquette consigue que el cambio de estilo no sea nada brusco y sigue con el aspecto costumbrista y detallista que ha caracterizado a la serie en esta etapa. Esto no es acción superheroica a lo grande, no es una superproducción, podríamos decir comparativamente, sino un serial televisivo de bajo presupuesto donde lo que importa es la intriga y las relaciones entre los personajes. El dibujo refleja esa cercanía, ese detalle y ese costumbrismo sin dejarse llevar por facilidades o hacer concesiones de ningún tipo. Ayuda mucho a ese cometido el color de Nathan Fairbairn que imbuye al comic en tonos cálidos, acogedores, nunca estridentes, que nos transmiten esa sensación de entorno reconocible y de armonía entre lo narrado y lo dibujado.


En conclusión, un episodio más dentro del gran mosaico que Bendis parece estar pintando en Action Comics y que aún es pronto para decir si funcionará o no, pero que al menos podemos estar seguros que nos da momentos de auténtico carisma y disfrute dentro del mundo del hombre de acero.

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lunes, 22 de octubre de 2018

RESEÑA DE SUPERMAN #3 Y #4

SUPERMAN NÚMS. 3-4
(Noviembre/Diciembre 2018)
Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Ivan Reis

Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

#3: Un accidente en Star Labs parece ser el responsable de la transición del planeta a la zona fantasma. Pero sea cual sea la causa, ninguna de las mentes vinculadas a la Liga de la Justicia parecen tener una solución para la catástrofe. Superman sigue haciendo lo imposible para contener los efectos del traspaso a nivel de calle, mientras la gran mayoría de superhéroes queda fuera de juego por los efectos nocivos en la atmósfera. Sin embargo, el mayor peligro está aún por llegar. Rogol Zaar se ha aliado con Jax Ur y están dispuestos a asaltar la Tierra para hacerse con un proyector de zona fantasma y escapar de la terrible dimensión.

#4: Superman deberá enfrentarse a Rogol Zaar y a sus ejércitos mientras coordina un plan con lo que queda de la Liga de la Justicia. Si la estratagema surte efecto, el Átomo podrá encoger el planeta para que Flash lo saque de la zona fantasma con el proyector. Pero no será tan sencillo. El velocista escarlata no está en plenitud de facultades y Superman deberá quedar atrás para contener a sus enemigos y asegurar que estos no impidan el retorno del planeta a su dimensión normal. Un sacrificio que Superman está dispuesto a hacer si con ello consigue que el mundo sobreviva.

COMENTARIO

Números con mucha acción y donde la trama avanza lenta, pero segura. A estas alturas ya no cabe duda de que esta va a ser una historia mucho más disfrutable si se lee cuando esté completa, que episodio a episodio de forma mensual. Bendis se toma su tiempo para narrar y llena páginas con escenas de acción espectaculares, diálogos intensos que se desarrollan ocupando páginas enteras, y con todo ello consigue que un solo episodio sepa a nada y menos, pero todos esos elementos reforzarán la historia en conjunto cuando esta esté acabada. O al menos a eso se diría. Bendis sigue teniendo en esta, a veces, exasperante lentitud su mayor punto débil, mientras que sus fortalezas siguen siendo la brillante caracterización de personajes, su buen conocimiento de Superman y su mundo y como es capaz de reflejar todo eso en una sola viñeta si es necesario. Una buena muestra de ello lo encontramos en el delicioso diálogo de Clark y Jon en el número cuatro que además de respondernos la pregunta de por qué Superman no se ha cargado ya a Batman, nos retrata bastante bien la forma de pensar del kryptoniano.


Tampoco deja de ser curioso, que mientras que en ciertos elementos como por ejemplo, todo lo referido a Jax ur, Bendis se molesta en ser fiel a ciertos elementos establecidos de la mitología de Superman, en otros, modifica esta según le conviene. Su visión de la zona fantasma es atípica y mucho menos “fantasmal” de lo que habitualmente suele ser. Más cercana a la zona negativa de los Cuatro Fantásticos y a un auténtico lugar de perdición con demonios, criaturas y bichejos varios desperdigados por ahí. Bien es verdad, que una zona donde todos son fantasmas inmortales e intangibles da un juego escaso, sería un buen tema de debate qué se puede cambiar y qué no según le convenga al guionista en cada historia.


Con el guión, por tanto, aún a medio cocer, el punto fuerte de la saga sigue siendo el arte. Ivan Reis vuelve a marcase todo un tanto con su dibujo espectacular, correcto hasta el extremo y tan expresivo como la situación lo requiera. Sus detalles en la legión de monstruos son inagotables y sus diseños interesantes y aterradores, por no hablar de que las grandes escenas de acción superheroica y épica en escala máxima son un punto fuerte clarísimo en sus posibilidades. Todo ello, encaja perfectamente con la tinta de Joe Prado y si DC no comete el error de apartarles antes de acabar el arco, podríamos tener una de las sagas más memorables del personaje en años. Pero eso sí, paciencia porque el veredicto final de todo esto habrá que darlo cuando llevemos muchos más números que cuatro.


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viernes, 31 de agosto de 2018

RESEÑA DE INJUSTICE 2, NÚMS. 67-72

INJUSTICE 2 NÚMS. 67-62
Guión: Tom Taylor
Dibujo: Bruno Redondo, Juan Albarrán, Daniel Sampere, Rex Lokus, Alejandro Sánchez
Reseña de Javi Olivares

RESUMEN

Mientras que Brainiac continúa su viaje hacia la Tierra en busca del kryptoniano, Batman, motivado por la petición de su fiel Alfred, decide establecer contacto con Ra’s Al Ghul para intentar llegar, entre los dos bandos, a un punto de entendimiento y colaborar para salvar el mundo. 

Así, con Harley Quinn como emisaria de paz, finalmente los dos bandos se reúnen en Atlantis junto con los principales líderes mundiales. Hay tensiones, reproches y hasta estalla una pelea, pero de nuevo es la intervención de Harley la que llama al diálogo y se consigue un mes de cese de hostilidades para que todas las partes puedan entenderse.


A todo esto, uno de los robots de Brainiac, ya en la Tierra, ha conseguido que Gorila Grodd se convierta en aliado de Brainiac. Grodd le ayudará a localizar al kryptoniano, pero antes va a intentar reconquistar la Ciudad Gorila y arrebatarle el trono a Solovar. 

Y es precisamente en Ciudad Gorila donde se va a producir un acontecimiento sin precedentes: el matrimonio entre Killer  Croc y Orca, organizado por sus amigos del Escuadrón Suicida y con Solovar oficiando la ceremonia. 

La boda se lleva a cabo entre la extraña pareja, pero al salir, Orca y Croc se encuentran con otra sorpresa: Ra’s Al Ghul, en lo que él considera un acto de buena fe, desactiva los explosivos que implantó en sus cabezas, liberándolos para que puedan criar a su hijo, una nueva especie. Pero Croc y Orca no pueden reprimir sus instintos de depredadores y, al saberse libres, atacan a Ra’s arrancándole el brazo y van a matarlo… pero son interrumpidos por Grodd y sus soldados. 

Al final, Croc negocia con Grodd para que éste permita vivir a sus compañeros del Escuadrón Suicida, a cambio de entregarles al malherido Ra’s. Orca y él, se marchan…


Los gorilas comandados por Grodd entran en la Ciudad Gorila. Los EEUU descubren lo que está ocurriendo pero, con autorización del presidente Pierce, deciden no intervenir y, si tienen suerte, los gorilas terminarán con Ra’s y matarán dos pájaros de un tiro. Es una decisión difícil, pero Jefferson Pierce piensa en el futuro que quiere dejar a sus hijos y accede a ello.


Y, efectivamente, Grodd y su ejército de simios toman la Ciudad Gorila y derrocan a Solovar. Con la ayuda de Braniac, que ejerce control mental sobre algunos de los miembros del Escuadrón, Grodd vence rápidamente y mata a Solovar, y finalmente extermina a Ra's Al Ghul explotándole la cabeza con sus propias manos.


En la Mansión Wayne, Alfred se despide de Bruce. Ha decidido que es una carga para él, que no es él mismo desde que regresó de entre los muertos con el pozo de Lázaro y que no puede quedarse en ese estado. Las peticiones de Bruce no servirán para hacer cambiar de opinión al mayordomo, que se marcha diciéndole lo mucho que lo ha querido y dejando, por primera vez, a Bruce solo en la mansión.


COMENTARIO

Recta final para Injustice 2, que termina aquí y solo le queda un anual para rematar la historia. Y se nota que los acontecimientos están cogiendo ese rumbo hacia la conclusión, atando cabos y cerrando tramas sin abrir otras nuevas. Es de admirar la maestría con la qu la serie stá adquiriendo en estos últimos compases un efecto "Termópilas", y entrando en un pasadizo en el que todo lo irrelevante se queda fuera, y lo que pasa es lo que tiene trascendencia.

Los números que os resumo hoy tienen contenido de todo tipo, pero personalmente me quedo con la parte dedicada a Killer Croc y Orca. Me he reído como hacía tiempo que no me reía con un cómic, y es que la situación es a la par romántica, divertida a más no poder, y absolutamente surrealista. Puro Kafka protagonizado por unos personajes a los que la palabra pintoresco ni se les aproxima. Pero como Injustice tiene esa habilidad para abofetear al lector y devolverle a la realidad de la colección, cuando parece que estamos en el momento más tierno y feliz en años, Orca y Croc se comen a Ra’s y los gorilas invaden Gorila City, en una secuencia en la que Brainiac está de trasfondo y que concluye con un pequeño problema de jaqueca irresoluble para nuestro amigo Al Ghul. Bueno, quien dice jaqueca, dice que tendrá que limpiar sus sesos del suelo con una bayeta, pero para el caso...

Otro de esos giros de guión ha sido el de Alfred, cuya partida es uno de los momentos más tristes de esta colección y deja a Bruce en una situación completamente nueva sin el apoyo de ese hombre que siempre ha sido su figura paterna. Lo malo es que apenas habrá tiempo para explorar ese impacto emocional en Bruce, ya que quedan solo dos números y un anual para el final de la colección, pero ha sido todo un momentazo el adiós de Alfred, un personaje que en esta colección ha protagonizado algunos de los momentos más impactantes, como aquella paliza que le propinó al mismísimo Superman, o la terrible forma en la que fue asesinado a cuchilladas por orden, cómo no, del kryptoniano.

Otro punto muy interesante es cómo se ha ido integrando paulatinamente al personaje de Brainiac, desde aquella batalla en el espacio entre los Titans y los Green Lanterns contra los Red Lanterns. Brainiac es ya el enemigo en las sombras, la amenaza que se cierne sobre la Tierra y que muy pocos conocen, pero nosotros, desde nuestra omnisciencia como lectores, estamos siguiendo su llegada y cómo va tomando posiciones y sirviéndose de ciertos personajes para sus fines. Supongo que la colección terminará con su llegada a la Tierra, así que veremos en qué acaba todo.

Por comentar el apartado gráfico, en esta reseña de varios números han desfilado varios de los autores habituales de esta serie. Bruno Redondo, Juan Albarrán, Daniel Sampere, y coloristas como Rex Lokus o Alejandro Sánchez (que está en todas partes, como Dios), dan vida al formidable guión de un Tom Taylor en estado de gracia. Y es que Taylor no se ha cansado de sorprendernos tanto con momentos impactantes, como con otros cargados de ternura o drama, y por supuesto con un humor brillante gracias a diálogos fantásticos de personajes como Harley Quinn, sin duda una de las estrellas de esta colección.

Con todo lo expuesto, y a tan poco del final de Injustice 2, ya empieza uno a sentir la sensación de que vamos a echarla en falta. Pocas lecturas hay hoy en día tan frescas, divertidas y emocionantes como esta, que prácticamente se ha convertido en nuestra serie de TV semanal, hecha cómic. Habrá un antes y un después de Injustice, eso está claro. Pero de momento, esperemos a su conclusión en el próximo anual, para darle el adiós que se merece después de tanto tiempo de disfrutar de su historia.

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jueves, 30 de agosto de 2018

RESEÑA DE ACTION COMICS #1002

ACTION COMICS #1002 (Octubre 2018)

Guión: Brian Michael Bendis
Dibujo: Patrick Gleeson (color de Alejandro Sánchez)
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

La investigación acerca de los incendios en Metropolis lleva a Clark a descubrir que el asunto no era sino una forma escogida por criminales para tener tenerle ocupado mientras cometían delitos más graves. Sin embargo, el misterio está lejos de resolverse dado que alguien ha matado al incendiario y quiere que parezca que ha sido cosa del hombre de acero. Pero no es el único misterio que ronda las calles de Metropolis, donde el vigilante conocido como El Guardián ha reaparecido solo para ser brutalmente derrotado por la misteriosa nube roja que parece estar detrás de muchas cosas.

Por su parte, Robinson Goode sigue persiguiendo sus propios y secretos fines, pidiendo a su empleador que le facilite un pedazo de kryptonita. Las sospechas parecen rodear a Clark, que por si todo esto fuera poco, tiene que reencontrarse con una Lois Lane que parece trabajar encubiertamente en la ciudad.


COMENTARIO

La apuesta de Bendis por hacer de Action una serie muy diferenciada de Superman está consiguiendo su objetivo a la perfección. Muy poco tienen que ver la trama y el tono con que se desarrolla esta serie con los de la serie hermana. Sin embargo, esta colección parece tener problemas para conseguir un equilibrio tan brillante como la de aquella. Mientras que en Superman es evidente que prima la acción y la épica, pero no se descuida el nivel emocional de la trama, aquí, las historias son pequeñas, enrevesadas y llenas de personajes secundarios recién aparecidos, que a priori nos importan poco y entre los cuales tenemos un Clark Kent que apenas destaca. Nos falta grandeza, nos falta sentido de la maravilla, que aquí se pierde entre tramas de bajos fondos con elementos fantásticos. No ayuda el ritmo narrativo de Bendis, que sigue fragmentando la narración en un sinfín de pequeñas piezas que hacen difícil de ver el mosaico completo hasta que no se acumulan bastantes números. Si no sabemos qué nos está contando la historia, es difícil interesarse por ella. 

Pese a todo lo dicho, la sensación con el comic es buena. Y es buena porque incluso con esta historia fragmentada y llena de personajes desconocidos, se atisba un plan detrás de ella. Una dirección que nos hace entender que aunque no tenemos el cuadro completo, hay efectivamente algo grande que mostrar y que confiamos será revelado con los sucesivos episodios. Asimismo, la caracterización de personajes sigue siendo muy correcta. Seguimos teniendo muy claro que esto es una historia de Superman, con muchos de sus elementos reconocibles. De hecho, podría decirse que el protagonista de la serie no es Superman, sino su entorno, su ciudad. Esta Metropolis a medio camino entre la realidad y la fantasía, preñada de elementos imposibles pero a la vez mundana y corriente como tantas de nuestras urbes modernas.

El otro punto clave a su favor es el arte, y es que Patrick Gleeson y Alejandro Sánchez siguen dándonos un apartado gráfico fresco, vibrante donde se les nota sueltos y en plena libertad creativa. Este es un Patrick Gleeson distinto al que vimos en la etapa Rebirth, con un estilo más personal y único, cuyos puntos fuertes se ven resaltados por un color espectacular y acabados impecables.


Con todo, a Action quizá le falte algo de punch, y es mejor que la historia empiece pronto a contarnos cosas relevantes, o empezará a darnos todo igual, pero de momento, la serie se percibe sólida y la apuesta en lo gráfico por mantener sin cambios al equipo creativo, se agradece.

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