domingo, 14 de julio de 2013

RESEÑA DE ACTION COMICS #22

ACTION COMICS #22

Guión: Scott Lobdell
Dibujo: Tyler Kirkham
Reseña de Antonio Monfort Gasulla

RESUMEN

En órbita sobre la Tierra, Hector Hammond contempla como los operarios de H.I.V.E., organización con la que ahora mantiene una alianza, ultiman los preparativos de una estación espacial capaz de barrer ciudades enteras del mapa. Sin embargo, hasta allí mismo se teletransporta Straith, autodenominado primer caballero de Pax Galáctica, quien no tiene ninguna contemplación con el arma de Hammond destruyéndola con gran facilidad con poco más de un golpe.

Por su lado, Clark Kent y Cat Grant acuden a la fiesta de un gran estreno cinematográfico con vistas a promocionar su nueva web de noticias y cotilleos de sociedad, www.clarkcatropolis.com. Mientras la reportera se pelea por arrancar una entrevista a alguna de las estrellas, Clark descubre para su sorpresa que Harlan Quint, la estrella de la película, es en realidad una especie de androide propulsado por algo llamado infinitium, una extraña sustancia que en esta dimensión solo existe, y en cantidades microscópicas, precisamente en la Fortaleza de la Soledad.


Sin embargo, apenas tiene tiempo de averiguar nada más ya que es convocado por Hammond para que acuda a la órbita de la Tierra.


Allí, el villano le revela los restos de lo que había sido su arma y le dice que el atacante está aún en la Luna. Superman cree que la destrucción del arma ha sido más bien un favor al planeta, pero acude a hablar con Straith, quien concentrado en sus propias meditaciones no se toma muy bien la llegada del Hombre de Acero.


Empieza entonces una violenta e igualada pelea que solo se verá interrumpida con la aparición del resto de Pax Galáctica capitaneados por la hermosa Lourdes. Ésta afirma que deben trabajar juntos para detener una amenaza nunca vista, El Lexus, y que se está abriendo camino hacia la tierra.

CRÍTICA

Vamos a decir que Scott Lobdell es un guionista peculiar, por no emplear alguna palabra peor. Si en el Superman #21 nos brindaba una historia de planteamiento que involucraba a H.I.V.E. en una posible relación de éstos con Hector Hammond y algunas tramas periodísticas de Clark Kent, aquí se salta a la torera varios capítulos de esa trama (incluso tienen la desfachatez de citar que hay que leer antes los números 22 a 24 de Superman, que por si alguien lo duda, ¡¡aún no se han publicado!!) y nos encontramos con un Hammond que trabaja al alimón con H.I.V.E.  que ha tenido tiempo de construir una superarma, trasunto de la estrella de la muerte… lo que entre otras cosas quita todo el interés a los próximos números de la serie hermana, ya que tenemos claro cómo va a acabar el argumento que apuntaban en el Superman #21. Ya es malo que los guionistas de las distintas series de nuestro héroe no se coordinen, pero que no lo hagan cuando se trata del mismo guionista, ya es el colmo. Lo cierto es que igual no toda la culpa es de Lobdell, da la sensación de que al hombre le han encasquetado el marrón de improvisar alguna trama para rellenar el hueco dejado por la espantada de Diggle en Action, hasta que el nuevo equipo Pak/Kuder se haga cargo, y esto es lo que el figura se ha sacado de la manga. Es lo que hay. Otra medalla que colgar a la coordinación editorial en DC, y van…

Al margen de todo este lío, la trama no se escapa al topicazo de “la pelea del mes” y deja a Superman como un poco idiota, por seguir casi a rajatabla los mandatos de Hammond, pero apunta algunos rasgos interesantes. Lobdell sigue abriendo frentes aquí y allí (¿Alguien sabe qué demonios es el infinitium y por qué Superman lo tiene en la Fortaleza de la Soledad?) y por supuesto tenemos la historia en torno a Pax Galáctica y sus extraños miembros, que por cierto recuerdan un tanto a los “guardianes de la galaxia” que Marvel se está esforzando tanto en promocionar. En cualquier caso, pica la curiosidad para ver qué ocurrirá en próximos números, que ya es algo, pero da miedo de que en una trama forzosamente corta (el nuevo equipo empieza en el número 25) haya tiempo para cerrar todo este circo como dios manda.

En cuanto al arte de Tyler Kirkham, pues nos da una de cal y otra de arena. Tiene una composición de página bastante espectacular, aunque a costa de abusar de la página completa o de viñetas enormes, dibuja bien la maquinaria y la tecnología y sus criaturas son resultonas (el propio Hammond, Straith, Lourdes…) pero sus caras y sus posturas dejan bastante que desear en muchas ocasiones y le restan espectacularidad y calidad al acabado final. Un personaje como Superman en su serie titular por excelencia, se merece algo mejor, pero eso en DC no parece importarles mucho.

En definitiva, un cómic que no pasa de regular, pero entretenido y que nos deja con intriga. No acerca de saber qué es el Lexus, sino de saber si toda la etapa Lobdell en los títulos de Superman, acabará teniendo algún sentido o se convertirá en un nuevo cúmulo de despropósitos desgraciadamente tan habituales en los títulos de la casa.

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