RESEÑA DE INJUSTICE: GODS AMONG US #26

INJUSTICE: GODS AMONG US #26

Guión: Tom Taylor

Dibujo: Tom Derenick

Reseña de Javier Olivares Tolosa

En la seguridad absoluta de la Fortaleza de la Soledad, Lex Luthor acaba de conseguir elaborar una píldora que conceda a las personas poderes similares a los de Superman, para que el Hombre de Acero pueda construirse un ejército de superhombres que protejan el mundo donde él no llegue. Los padres de Clark, que viven encerrados en la Fortaleza desde que los rescataran de su secuestro por Mirror Master, intentan convencer a Lex de que lo que Clark necesita es hablar con alguien.

Mientras, Superman y Flash discuten sobre lo que Lex está haciendo para Clark. El Hombre de Acero dice que Lex estaba cerca de conseguir crear esa pastilla antes de que ocurriera lo de Metropolis, y que él solo le ha proporcionado mayor tecnología y medios en su Fortaleza. Le propone a Flash jugar al ajedrez a supervelocidad (física y de pensamiento) para seguir charlando, y Kal le dice a Barry que quiere deshacerse de todas las armas del mundo, diciéndole que si sabe cuántas vidas podrían salvar si las destruyeran. Flash se queda anonadado, pero de pronto le pregunta por los cigarrillos, y por cuántas vidas se lleva el tabaco al año. Le dice que lo siguiente que harán será prohibir los cigarrillos, y después encerrar a los que no respeten los límites de velocidad, y luego a los que lleven un perro peligroso sin atar, y luego matar a quien no recicle... Clark se queda callado y va perdiendo partida tras partida, como si estuviera reflexionando sobre las palabras que le está diciendo Barry para tratar de hacerle entender que no tienen derecho a hacer esa clase de cosas.

Los Kent le cuentan a Lex una historia sobre una manta roja que Clark tenía de pequeño, y cómo sufrió cuando la perdió. Y es que pese a sus poderes, Clark no deja de ser un niño asustado. Jonathan le dice a Lex que lo que ha creado con esa píldora no es solo la forma de tener un superejército, sino la forma de detener a Clark si pierde el control por completo y el mundo necesita ser salvado de él. Y solo le pide que, cuando llegue el momento, lo haga sin hacerle daño a su hijo.

CRÍTICA

Sin un solo combate, sin un solo puñetazo, este es un excelente número de Injustice. Plasma a la perfección ese deseo de control absoluto que Clark quiere establecer para el mundo, y vemos que realmente Superman nunca ha perdido la perspectiva de que cree estar haciéndolo para bien. Él solo quiere proteger a las personas. Pero se está equivocando. Y la forma en la que Flash se lo intenta hacer ver, es magnífica. Ok, acabemos con las armas, y luego con el tabaco, y luego con los conductores temerarios, y luego... ¿No os recuerda un poco a esa frase que Luthor le escribía a Superman en Superman Hijo Rojo y que dejaba a Kal completamente desolado al comprender su error? "¿Por qué no encierras todo el mundo en una botella, Superman?" Pues básicamente es el mismo concepto. Superman quiere encerrar al mundo en una fortaleza. Y sí, los barrotes siempre son seguros... pero no olvidemos que privan de la libertad.

La parte de los Kent también aporta ese toque humano a la historia, y además anticipa cómo la "píldora del superhombre" llegará a manos de la resistencia. Lex parece el bueno de esta historia, lo cual es curioso porque aún no se ha explicado en qué momento se hace amigo de Superman.

El dibujo es correcto, aunque no me gusta nada cómo está dibujado el Clark niño ni lo enorme que han hecho a Jonathan Kent, que parece un jugador de rugby. Pero el cómic en general es excepcional. Siempre viene bien un pequeño recordatorio de qué trata esta colección, y expresarlo a través de una conversación en una partida de ajedrez a supervelocidad me ha parecido un gran acierto.

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