lunes, 11 de noviembre de 2013

RESEÑA DE ACTION COMICS ANNUAL #2

ACTION COMICS ANNUAL #2 (Septiembre 2013)

Guión: Scott Lobdell
Dibujo: Kenneth Rocafort y Dan Jurgens
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Tras ser arrastrado desde la Tierra hasta los confines del espacio, Superman contempla cómo un sistema estelar entero es arrasado por una extraña energía cronal que deshace y transforma todo cuanto encuentra a su paso. 

Sorprendido por la presencia en el sistema de un misterioso portal, el Hombre de Acero penetra en su interior y encuentra a su prima Kara y el clon que todo el mundo ha dado en llamar Superboy. Ante los tres aparece el Oráculo, la entidad cósmica que solo se muestra cuando la realidad misma corre peligro. Inmediatamente, Superman le exige que les diga cómo detener la energía cronal, a lo que la entidad se limita a señalar un planeta. Es Krypton, pero un Krypton treinta años atrás en el pasado y que ahora se revela misteriosamente ante ellos.

Supergirl está convencida de que la aparición solo puede explicarse por la intervención de H'El, quien parece que finalmente consiguió su objetivo de salvar su planeta natal. Una conclusión que Superman no está seguro de aceptar. Antes de que puedan llegar a ningún acuerdo, las defensas del planeta les disparan y todos son teleportados a Agoron, una de las inhóspitas y salvajes lunas de Krypton.


Allí, el Oráculo toma posesión de Superboy y les explica que H'El sobrevivió a su aparente derrota en la Tierra y volvió al pasado, donde averiguó que no era un verdadero kryptoniano, sino un experimento biológico de Jor-El. Entonces, sintiéndose distinto a todos, se propuso gobernar el planeta y comenzó a modificar la historia, creando múltiples realidades para conseguir en alguna de ellas salvarlo de su destrucción. Sin embargo, esas modificaciones en el tiempo estan amenazando ahora el tejido mismo de la existencia.


Sin que el Oráculo haya concluido su historia, Kara interrumpe la conexión del ente con Superboy para evitar que esta le consuma por completo. Entonces, junto a ellos, aparece Faora, la lugarteniente del general Zod, quien les propone una tregua y les revela que se ha convertido en una agente del Oráculo. Faora, cambiada por su contacto con la entidad cósmica, les muestra los estragos que H'El está provocando, no solo en el tejido del tiempo, sino a la propia sociedad de Krypton a los que ha convertido en esclavos.

Superboy no está dispuesto a aceptar lo que ven sus ojos y ataca a los guardias de H'El revelando su posición. Los guardas le repelen con facilidad, pero Faora les mantiene a raya para permitir que los llegados de la Tierra huyan. Según ella, no pueden malgastar sus poderes en una lucha tan trivial y les revela que el Oráculo les ha conseguido tres portales a distintas épocas clave de Krypton donde tendrán que detener a H'El y devolver la corriente temporal a su curso original.

Así, Supergirl acaba en las zonas salvajes del planeta durante los tiempos de la Gran Guerra. Superman llegará a la casa de El meses antes del fin de Krypton, donde encontrará a su madre Lara. Y Superboy tendrá que asegurarse de que una inocente Kara Zor-El escape a tiempo de Argo City. Pero sus tareas no serán sencillas. Sus poderes se desvanecen bajo el sol rojo de Krypton y, por si fuera poco, H'El ha descubierto su presencia en el planeta y no se detendrá ante nada para acabar con ellos.

CRÍTICA

El primer número de la saga “Retorno a Krypton” brilla en el apartado gráfico con un dibujo en estado de gracia por parte de un Kenneth Rocafort que parece haber nacido para dibujar a este Krypton y a esta encarnación de los personajes. Sus paisajes son impresionantes y traen ante el lector la belleza evocadora de un Krypton de ensueño, bucólico, como corresponde a un planeta que es más una utopía y un recuerdo que no un hogar. Sus figuras gozan de la misma belleza, aunque pecan de diferenciarse más bien poco en los rostros (Superman y Superboy se distinguen por el tamaño, poco más). También su narrativa es eficaz a pesar de sus psicodélicas viñetas, marca de la casa pero que no ayudan precisamente a seguir el hilo de la trama. Jurgens no se queda a la zaga, aunque de nuevo le toca bailar con la más fea y adaptar sus lápices al estilo de su compañero, cosa que consigue brillantemente sin renunciar del todo a su estilo y sin rebajar la calidad en conjunto del cuaderno.

Todo el mérito del apartado gráfico es pisoteado por un guión torpe y tosco que arrastra a los personajes de un lado a otro sin ninguna lógica y sin que tengan nada que hacer en ninguna parte. Algún trauma debe tener Scott Lobdell con el tema de los viajes temporales y las líneas de tiempo alternativas cuando no puede estar más de dos números en una misma serie sin liarla pardísima con la corriente temporal. Aquí no se conforma con seguir el hilo que empezó en el especial de H'El del “Mes de los Villanos” sino que retuerce aún más el argumento, acercando peligrosamente la historia a lo ininteligible y cayendo en los tópicos más sobados del genero (villano que esclaviza, entidad cósmica como motor del argumento, cambiar el tiempo como amenaza de la realidad… y un largo etc). Lobdell parece seguir un esquema habitual en sus guiones que consiste en cargar de información un número (el que nos ocupa) y permitir así que los anteriores o posteriores sean un festival de acción sin contenido. Veremos si aquí se cumple esta máxima, o si al menos esta saga consigue leerse sin que resulte un insulto a la inteligencia. Pedir mucho más sería descabellado.

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6 comentarios:

  1. buff esta saga me la estoy reservando para cuando tenga tiempo porque se ve que es de las de... ( QUE NADIE ME MOLESTE!!) jajaj

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  2. Que dificil es leer a Scott Lobdell, no por complejidad ni nada parecido, sino porque realmente consigue desacertar en cada cosa que escribe. Desde que está en Superman le he perdido bastante el gusto, y eso que tiendo a ser indulgente con los Nuevos 52. Ayudaria mucho que no estuviera... En fin, como siempre, es un placer leer las reseñas del señor Monfort

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  3. ¡WOW! Al Sr. Lobdell le gusta complicar siempre las cosas, primero introduciendo a este enigmático personaje de H'El en el arco "H'El en la Tierra" (que para mi terminó bastante flojo) y continuando esta historia en el "Superman 23.3: H'El #01" cambiando lo que nos había hecho creer en el crossover de la Super-Family (H'El supuestamente era un aprendiz de Jor-El y terminó siendo un experimeto) y que ahora gobierna Kryptón tras haber alterado la realidad... Ufff solo pensar en todo lo que escribe este tipo me da dolor de cabeza... no se si este tipo es un genio incomprendido o es un completo lunático que escribe al azar. Bueno supongo que "tal vez" con estos próximos números se pueda aclarar algunos cabos sueltos que han quedado en las colecciones del Hombre de Acero, como la presencia de Kal-El en Kryptón antes de su destrucción ("Superman #00") y la aparición de Superboy ante Allura en el momento en que Kara fue enviada a la Tierra ("Supergirl #00")... aunque a fin de cuentas, los "Nuevos 52" no se han caracterizado por respetar una continuidad fija así que tal vez me quede con las ganas de saber como f**k llegaron esos personajes ahí y que pito tocan...

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    1. No logré entender tu última frase.

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    2. jejeje ¿te refieres a "como f**k llegaron esos personajes ahí y que pito tocan"? ok te explico, en Venezuela decimos "que pito tocan" a modo de interrogación cuando no sabemos que papel juega alguna persona o algún objeto en cierto contexto (en este caso Superman y Superboy). Lo que quise decir es: tengo ganas de saber como "rayos" llegaron esos personajes ahí y que papel juegan o que rol tienen en todo esto...

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  4. Esto de mezclar a Jurgens con Rocafort no tiene perdón de Dios.En las capturas que habéis puesto no consigo encontrar su estilo,me imagino que en el resto de páginas será igual.Para esto habría sido mejor poner solo a Rocafort de dibujante y a otro tío de entintador.

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