En mis treinta años de vida, habré visto Superman: The Movie más veces de las que puedo contar y recordar. Pero ninguna como la del pasado viernes 30 de septiembre, una fecha que para mí ya forma parte de ese puñado de días inolvidables que seguro mi memoria, caprichosa en lo que decide olvidar y recordar, no olvidará jamás.
Todos sabéis que el cine Urgel proyectaba este jueves y viernes, dentro de su ciclo Phenomena: The Ultimate Cinematic Experience, dos películas míticas: 007: la espía que me amó, y Superman: The Movie. En compañía de mi mujer, Miriam, el viernes por la mañana nos dirigimos a Barcelona para ver la sesión numerada de esa noche en compañía de dos grandes amigos y superfans, Mariano Bayona Estradera y Juan Carlos Hernández Bosquet. Se unió a nosotros otro amigo de Juan Carlos, Javi, y a las 8 de la tarde estábamos en nuestros estupendos sitios de la inmensa sala del Urgel, con capacidad para 1800 personas y aproximadamente a media ocupación, quizá un poco más. (Sigue leyendo con clic en LEER ENTRADA COMPLETA)
Todos sabéis que el cine Urgel proyectaba este jueves y viernes, dentro de su ciclo Phenomena: The Ultimate Cinematic Experience, dos películas míticas: 007: la espía que me amó, y Superman: The Movie. En compañía de mi mujer, Miriam, el viernes por la mañana nos dirigimos a Barcelona para ver la sesión numerada de esa noche en compañía de dos grandes amigos y superfans, Mariano Bayona Estradera y Juan Carlos Hernández Bosquet. Se unió a nosotros otro amigo de Juan Carlos, Javi, y a las 8 de la tarde estábamos en nuestros estupendos sitios de la inmensa sala del Urgel, con capacidad para 1800 personas y aproximadamente a media ocupación, quizá un poco más. (Sigue leyendo con clic en LEER ENTRADA COMPLETA)
El organizador de Phenomena, Nacho Cerdá, presentó el evento y al invitado de honor, Pierre Spengler, uno de los productores de Superman, con quien después de las películas habría un coloquio de lo más insulso, como luego comentaré. Tras las presentaciones, las luces de la sala se apagaron y comenzaron los anuncios de la época, de productos como la desaparecida gaseosa Chaparrita, la intro de Movierecord (que fue largamente aplaudida) y un tráiler divertidísimo (de puro retro) de la peli Fantomas vuelve. Todo era un auténtico back to the seventies, el ambiente no era el de una proyección cinematográfica sino el de una fiesta en el que los presentes íbamos a divertirnos, a aplaudir, a reírnos y a ver películas que ya habíamos visto mil veces, pero de una forma absolutamente diferente y emocionante.
No entraré mucho en detalles de la película de Bond, James Bond, en este caso con protagonismo de un maduro Roger Moore. Muy divertida, aunque absolutamente desfasada con criterio actual. Quizá lo mejor sea cómo todos aplaudimos y reímos ante las mil sobradeces del chulopiscinas de 007, ante el desfile de mujerones que Bond no dejaba de ligarse, ante su reloj-fax que imprimía etiquetas de la DYMO, o ante el divertido personaje villano y mudo de Tiburón, un auténtico Frankenstein que, según mi amigo Mariano me explicó después, hacía su primera aparición aquí y después se convertiría en habitual enemigo del agente británico en varias películas hasta que al final se harían incluso amigos. A mí me recordó al Non de Superman II. No sé quién copiaría a quién.
Un breve descanso de 15 minutos en el que engullimos un bocata y templamos los nervios, y de nuevo estábamos los cinco (y toda la sala) en nuestras butacas, dispuestos a ver lo que habíamos ido a ver. Con todos mis respetos, James, pero es que no íbamos a verte a ti. Nacho Cerdá presentó la película y dijo que iba a proyectarse una versión jamás vista en cines, que después resultó ser una copia única de la peli en 35mm con el montaje de la versión extendida del DVD y Blu-ray. De nuevo las luces se apagaron. Más anuncios de los setenta que apenas recuerdo (unos caramelos de café) y un tráiler de Viaje alucinante, con frases absolutamente inadmisibles hoy en día como "una aventura en la que cinco hombre y una preciosa mujer..." (las asociaciones feministas hubieran quemado la película actualmente). Y entonces, comenzó:
No entraré mucho en detalles de la película de Bond, James Bond, en este caso con protagonismo de un maduro Roger Moore. Muy divertida, aunque absolutamente desfasada con criterio actual. Quizá lo mejor sea cómo todos aplaudimos y reímos ante las mil sobradeces del chulopiscinas de 007, ante el desfile de mujerones que Bond no dejaba de ligarse, ante su reloj-fax que imprimía etiquetas de la DYMO, o ante el divertido personaje villano y mudo de Tiburón, un auténtico Frankenstein que, según mi amigo Mariano me explicó después, hacía su primera aparición aquí y después se convertiría en habitual enemigo del agente británico en varias películas hasta que al final se harían incluso amigos. A mí me recordó al Non de Superman II. No sé quién copiaría a quién.
Un breve descanso de 15 minutos en el que engullimos un bocata y templamos los nervios, y de nuevo estábamos los cinco (y toda la sala) en nuestras butacas, dispuestos a ver lo que habíamos ido a ver. Con todos mis respetos, James, pero es que no íbamos a verte a ti. Nacho Cerdá presentó la película y dijo que iba a proyectarse una versión jamás vista en cines, que después resultó ser una copia única de la peli en 35mm con el montaje de la versión extendida del DVD y Blu-ray. De nuevo las luces se apagaron. Más anuncios de los setenta que apenas recuerdo (unos caramelos de café) y un tráiler de Viaje alucinante, con frases absolutamente inadmisibles hoy en día como "una aventura en la que cinco hombre y una preciosa mujer..." (las asociaciones feministas hubieran quemado la película actualmente). Y entonces, comenzó:
Cómo describir con palabras lo que sentí en ese momento. Como decía al comienzo de esta crónica, he visto Superman un montón de veces. Pero jamás en un cine. Y desde luego, no en ese ambiente. Ya lo habéis visto. Cientos de personas gritando, silbando y aplaudiendo durante todos los créditos, con las apariciones de los personajes, con el legendario rescate del helicóptero, con los rescates y mejores momentos de la película. Algo inconcebible en una película cualquiera, pero precisamente lo que se pretende en las sesiones de Phenomena, esa participación de un público absolutamente entregado y volcado. Uno de los asistentes, al final de los créditos iniciales, gritó "¡tengo la gallina de piel!", una broma sobre la emoción del momentazo que estábamos viviendo y que se ha convertido en lema del fin de semana. Porque era verdad, la emoción estaba en el ambiente. Eso sí, la calidad audiovisual de la película no era la mejor del mundo, aunque muy superior a la Superman II que nos pusieron en la ya -por suerte- cancelada Mostra de Valencia, pero sí que al principio se veía demasiado oscura. Otro defecto de la proyección era el sonido, demasiado estridente y alto en algunos efectos, confundiendo el surround con el estruendo. Pero ni con todo esto era posible empañar la sensación de ver Superman en el cine con 1000 fans más.
A la 01:30, comenzó el coloquio con el productor Pierre Spengler, al que nos quedamos más o menos 100 personas. Nacho Cerdá abrió el turno de preguntas, y se formularon, quizá, unas 30. 25 me parecieron insustanciales, con todo respeto a sus formulantes. Pero se trataba de preguntas casi con respuesta implícita en el enunciado, la mayoría basadas en lo que todos hemos visto en los documentales making off. Incluso hubo quien formuló preguntas totalmente erradas, como por ejemplo qué opinión le merecía a Spengler el nuevo Superman al que habían quitado la capa, cuando aquí todos sabemos que Henry Cavill sí que la lleva. Yo preferí no preguntar nada, pero Mariano sí que hizo un par de preguntas que él mismo explica en su propia crónica de la noche. Aunque quizá lo más destacado del coloquio fue escuchar a Spengler (en su perfecto castellano) negándose a opinar sobre el director's cut de Superman II de Richard Donner (dando a entender que le parecía nefasto) y hablando continuamente sobre cuánto se pasaron de presupuesto, razón por la que acabaron prescindiendo de Donner con media Superman II rodada. Pese a todo, en un comprensible alarde de pelotismo, la gente aplaudía a rabiar a Spengler. Como curiosidad, un chico llamado Sergio, seguidor de nuestras páginas, nos reconoció a Mariano y a mí y nos saludamos en la puerta de los cines hasta que nos fuimos cada uno con nuestros grupos.
Del resto del fin de semana en Barcelona no es necesario hablar, primero porque Mariano Bayona ya ha hecho una crónica con la que comparto palabra por palabra, y segundo porque quien tiene que saber mi opinión, ya la sabe y poco tiene que ver con Superman. Solo agradecer desde aquí, una vez más, a mis amigos y anfitriones de excepción Juan Carlos Hernández, su mujer Roser, sus fantásticos hijos Adrià y Lara (sí, Lara, seguro que os imagináis por quién va el nombre) y a Mariano Bayona por hacernos pasar a Miriam y a mí un fin de semana inolvidable en el que Superman solo ha sido un pretexto para que cinco amigos lo pasaran de miedo. Nos faltó Alberto Díaz Otero, nuestro cuarto mosquetero, pero no pudo acompañarnos y hacer aún más redondo el finde. Pero como decía ese espectador anónimo en el cine Urgel, yo todavía tengo la "gallina de piel".
A la 01:30, comenzó el coloquio con el productor Pierre Spengler, al que nos quedamos más o menos 100 personas. Nacho Cerdá abrió el turno de preguntas, y se formularon, quizá, unas 30. 25 me parecieron insustanciales, con todo respeto a sus formulantes. Pero se trataba de preguntas casi con respuesta implícita en el enunciado, la mayoría basadas en lo que todos hemos visto en los documentales making off. Incluso hubo quien formuló preguntas totalmente erradas, como por ejemplo qué opinión le merecía a Spengler el nuevo Superman al que habían quitado la capa, cuando aquí todos sabemos que Henry Cavill sí que la lleva. Yo preferí no preguntar nada, pero Mariano sí que hizo un par de preguntas que él mismo explica en su propia crónica de la noche. Aunque quizá lo más destacado del coloquio fue escuchar a Spengler (en su perfecto castellano) negándose a opinar sobre el director's cut de Superman II de Richard Donner (dando a entender que le parecía nefasto) y hablando continuamente sobre cuánto se pasaron de presupuesto, razón por la que acabaron prescindiendo de Donner con media Superman II rodada. Pese a todo, en un comprensible alarde de pelotismo, la gente aplaudía a rabiar a Spengler. Como curiosidad, un chico llamado Sergio, seguidor de nuestras páginas, nos reconoció a Mariano y a mí y nos saludamos en la puerta de los cines hasta que nos fuimos cada uno con nuestros grupos.
Del resto del fin de semana en Barcelona no es necesario hablar, primero porque Mariano Bayona ya ha hecho una crónica con la que comparto palabra por palabra, y segundo porque quien tiene que saber mi opinión, ya la sabe y poco tiene que ver con Superman. Solo agradecer desde aquí, una vez más, a mis amigos y anfitriones de excepción Juan Carlos Hernández, su mujer Roser, sus fantásticos hijos Adrià y Lara (sí, Lara, seguro que os imagináis por quién va el nombre) y a Mariano Bayona por hacernos pasar a Miriam y a mí un fin de semana inolvidable en el que Superman solo ha sido un pretexto para que cinco amigos lo pasaran de miedo. Nos faltó Alberto Díaz Otero, nuestro cuarto mosquetero, pero no pudo acompañarnos y hacer aún más redondo el finde. Pero como decía ese espectador anónimo en el cine Urgel, yo todavía tengo la "gallina de piel".
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¡¡Guapos!! Qué alegría me ha dado veros. Estoy segura de que yo también hubiese gritado en esa sala. Un abrazo a todos.
ResponderEliminarHubieras llorado y todo, fijo. Casi lloro yo, jajaja.
ResponderEliminarUn besote!
Que fin de semana amigos!!!!!
ResponderEliminarPara mi, la vez que más he disfrutado viendo una proyección de una película de Superman y en la mejor compañía: Miriam, Mariano, Javier Heredia y Javier Olivares,... (parafraseando a los villanos de STM) "qué más se puede pedir?"
Belén, me pasé media película con los pelos de punta (Gallina de Piel), hubieras llorado fijo.
Superman está más vivi que nunca.
Queeeeeeeeeee palabras te puedo decir... solo ver ese fragmento de vídeo del intro.. me pusiste la piel de gallina, al igual que escucharlos aplaudir. Yo espero verla aquí en México espero que lo hagan como lo hicieron con Back to the Future. Agradezco que publicaras los sentimientos que viviste por que yo igual espero con ansias en serio de sentirlas al ver la peli en cine y es que quieras o no... no es lo mismo verla en DVD que en el cine. Saludos desde León, Guanajuato. México.
ResponderEliminarYa me había medio pasado la fiebre de Superman, pero al leer ambas crónicas, me ha vuelto en un 110%. Un poco inoportuno, jaja, considerando que tengo que hacer unas lecturas para la U y no dejo de tararear el tema de Williams.
ResponderEliminarQué envidia.
javier no es el post adecuado para preguntar pero sino te importa y si lo sabes podrias decir cuando sale la figura de hot toys de superman? gracias y un saludo!
ResponderEliminarPues según pone en la web de sideshow, en noviembre ya!! Iré concretando cuando se sepa mas, que a mi también me interesa. ;)
ResponderEliminarNo hay nada como vivir la película con un público entregado y emocionado con el arranque de las primeras notas de la BSO!!!:)
ResponderEliminarPues al ver las fotos de todos vosotros, estábamos sentados justo al lado de Mariano;)
A la próxima nos firmais unos autografos...:)
Wooow!! espero que acá en México alguna vez se les ocurra pasar Superman the movie en un cine ya que como tú en mis treinta y dos años no se cuantas veces la habré visto pero nunca con la magia que tiene un cine. Saludos y enhorabuena!
ResponderEliminarAhggg que envidia...una inoportuna enfermedad me tiene postrado en cama desde hace tres semanas y me impidió ir al cine urgell a disfrutar de la cinta. Además se da la circunstancia que es el cine donde con 6 años mis padres me llevaron a verla cuando se estrenó.
ResponderEliminarjoeeer qué pasada!!! Es algo que todavía no me perdono el no haber podido ir! Me alegro que la calidad fuera suficiente como para disfrutarle :) enhorabuena!
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