RESEÑA DE INJUSTICE: GODS AMONG US #35

INJUSTICE: GODS AMONG US #35

Guión: Tom Taylor

Dibujo: Tom Derenick

Reseña de Javier Olivares Tolosa

En la cueva, Batman comienza a analizar la píldora del superhombre en su ordenador. Apenas ha comenzado (lleva un 1%), los monitores reciben la transmisión de alguien que avisa al murciélago de que Superman está en camino y que se marche. Batman dice que no puede, que debe analizar la pastilla. Y que Superman no está en camino: ya ha llegado.

Mientras que la píldora continúa su análisis automático, Batman trata de ganar tiempo. Intenta convencer a Superman de que delira, le dice que en realidad no quiere matarlo porque si quisiera ya lo habría hecho desde el espacio con su visión calorífica. Batman le dice a Clark que ya ha visto esa conducta en otros maleantes: Superman quiere ser detenido, derrotado, pero Batman le dice que no luchará contra él, que no lo matará porque él no es así. Le dice que ha fallado a todo el mundo y a Lois... Mientras, el proceso de análisis de la píldora continúa...

Superman dice que todo lo está haciendo por Lois y Batman trata de ocultarse para terminar lanzando un ataque sónico contra Superman. La píldora está analizada y Batman intenta cogerla para tomársela y poder luchar contra Superman para salvar su vida... Pero Superman lo impide. El Hombre de Acero le dice a Bruce que no va a matarlo, pero que no puede permitir que esté en una posición en la que represente un peligro para él o su causa. Así que, levantando a Batman por encima de la cabeza, Superman le parte la espalda contra su rodilla.

CRÍTICA

Más que alabar este número (que podría, como casi todas las semanas de Injustice), lo que me gustaría es comentar un aspecto importante. Y es que en los últimos 3 números hemos visto una deshumanización tan terrible por parte del Hombre de Acero, que en este número ya ni me impresiona ver cómo coge a Batman y lo quiebra como a una ramita igual que hiciera Bane hace años. Después de haberlo visto matar a Green Arrow a puñetazos delante de sus propios padres, ¿qué puede uno esperar de este monstruo que una vez fue Superman? Como ya hemos dicho muchas veces, el personaje está perdido. Llegados a este punto no hay redención posible para Superman, y todas las líneas posibles se han cruzado. Porque haber matado al Joker después de la tragedia de Lois, el bebé nonato y toda Metropolis, hubiera podido llegar a ser inteligible, pero desde entonces el personaje ha entrado en una espiral de perdición que solo puede compararse con la de un animal salvaje que haya probado la sangre humana. Solo hay una solución para él, y no es buena. 

Esto me hace pensar que el Superman representado en esta colección ya es, de base, un personaje más frágil de lo que estamos acostumbrados a ver. En otras situaciones límite que se han dado en otros cómics, Superman siempre ha encontrado la forma de sobreponerse a su ira. En Injustice, después del asesinato del Joker, parece que ha abierto la caja de Pandora y que la poca maldad contenida en él se haya extendido como un virus. El resultado ya lo veis, en los últimos números Superman ya tiene las manos manchadas con la sangre de dos de sus mejores amigos. Y no ha sido un arrebato, sino actos absolutamente calculados. 

Resumiendo, un gran número, como ya es costumbre, en el que solo flojea un poco, muy poco, el dibujo en algunas viñetas. Pero Injustice sigue mostrando la otra cara de la moneda de forma fantástica. Nunca habíamos visto a este Superman ni esta tesitura en el UDC, y resulta de lo más interesante explorarla.

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