RESEÑA DE SUPERBOY #22

SUPERBOY #22 (Septiembre 2013)

Guión: Justin Jordan

Dibujo: Gui Balbi

Reseña de Antonio Monfort Gasulla

RESUMEN

Mientras la enviada del futuro Jocelyn Lure intenta entrar en el abandonado apartamento de Superboy en Nueva York, el Joven de Acero se hace pasar por un estudiante de secundaria en un instituto de Queens donde últimamente han abundado los casos de estudiantes con importantes crisis nerviosas. Aunque las autoridades culpan a las drogas, según el Doctor Psycho puede deberse a la presencia de un psíquico y ser por tanto el próximo objetivo de H.I.V.E.

Kon adopta la identidad de Conner Kent, pero sus intentos de socializar no son muy exitosos. Aún peor es su intento de acudir a las clases, pero en todo el proceso consigue entablar una cierta amistad con Eliza Ellis, una joven marginada que pronto revelará ser mucho más de lo que Conner espera.

CRÍTICA

Los aficionados a la mitología de Superman tendríamos que alegrarnos. Según parece, que una serie lleve el título de Superboy y el protagonista se pasee arriba y abajo con el famoso símbolo de la S son razones más que suficientes para que dicha serie venda algo y siga en el mercado. No encuentro otra explicación para que esta colección no haya sido cancelada, aunque solo fuera como un gesto de piedad hacia sus lectores.

Nuestro Chico de Acero se ha hecho mayor y ya va al instituto y todo. Los malvados conspiradores de H.I.V.E. piensan dar su próximo golpe en una de estas sacrosantas instituciones pero, afortunadamente, nuestro héroe, por muy clon que sea, tiene pinta de adolescente y no tiene problema en infiltrarse cual avezado espía en una escuela de secundaria de Queens (¿A alguien le suena el sitio?). No sabemos si Justin Jordan nos va a presentar una aventura pasajera, le ha dado una extraña inspiración arácnida, o está intentando imitar la mucho más brillante etapa de Superboy cuando éste iba al instituto de Smallville y tenía auténticas razones para llamarse Conner Kent, más allá de los arrebatos creativos del Doctor Psycho. De momento nos ha servido un repaso a todos los estereotipos que tanto traumatizan a los americanos en su paso por las High Schools (léase matones, chicas populares, parias, profesores pelmazos…) aportando bien poco a la trama ( si es que se le puede llamar así) de su enfrentamiento con H.I.V.E. y oliendo a que Superboy se pasará una temporada rondando por clase, aunque con los bandazos que da esta serie cualquiera sabe.

En cuanto al apartado gráfico registra aquí uno de sus mínimos más acusados. El amigo Balbi nos regala unas caras que compiten en detalle con los emoticonos del Whatsapp y unas cabezas, cuerpos y manos donde prima la desproporción más absoluta. Destacable, eso sí, la portada de Ken Lashley, de lejos lo mejor del cómic.

Por si todo lo anterior fuera poco, premio especial se merece la coordinación entre las distintas series de la compañía. Por una parte ni el propio Superboy, ni el Dr. Psycho, ni ya puestos Justin Jordan parecen haberse enterado de que Scott Lobdell lleva unos meses mareando la perdiz con H.I.V.E. en las series del Hombre de Acero, como tampoco se explica (de momento) por qué en Justice League han detectado a Psycho en Khandaq, cuando aquí sigue en Nueva York. Pero amigos, esto es el New 52, ¿Quién necesita coordinación? Además Psycho lleva un turbante, signo inequívoco de que ha estado o estará alguna vez en un país de Oriente Medio. ¿Qué más queremos? Tampoco nos lo van a dar todo mascado, ¿no?

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