SMALLVILLE SEASON 11
HOLLOW (PARTE 3/4, 09/08//2013)
Guión: Bryan Q. Miller
Dibujo: Beni Lobel (portada Cat Staggs)
Reseña de Javier Olivares Tolosa
La consciencia de Tess Mercer va a visitar al único ser similar a ella que conoce: Hank Henshaw, o mejor dicho lo que queda de él, que es tan solo su cabeza robótica. Ambos tienen una conversación sobre la obsesión. Tess está obsesionada con la venganza, y Hank dice que sabe muy bien qué es eso, y la furia que él desató contra Superman era algo que ya llevaba dentro antes de su accidente (ver primer episodio, Guardián). Hank, no obstante, le da muy buenos consejos a Tess. Le dice que ella puede salir, moverse, y que tiene una segunda oportunidad para seguir adelante y hacer las cosas bien para ella y para las personas que le importan.
Hamilton y su equipo, en otra parte de las instalaciones de S.T.A.R., escuchan las alarmas de intrusión. Un equipo de hombres de Lex Luthor han irrumpido en el edificio para recuperar la nave (ver número 55), y aunque Otis está preocupado de que usen fuerza letal, Lex da la orden de que entren. Hamilton ordena encriptar todos los ficheros sobre Superman y manda a su equipo a las habitaciones antipánico. Emil se resiste a los soldados de Lex y uno de ellos le pega un tiro en el estómago, mientras Tess lo observa todo desesperada.
Tess trata de llamar a la policía pero alguien ha bloqueado las comunicaciones. Descubre que ha sido Lexcorp y su ira crece. Pero lo primero es ocuparse de Emil, así que Tess se transporta a través de la red eléctrica y carga su consciencia en un enorme robot, dispuesta a ayudar.
CRÍTICA
Interesante número en el que de nuevo Tess vuelve a ser la protagonista. Este arco argumental está permitiendo que exploremos un concepto muy de la ciencia ficción, versando sobre la consciencia de los seres artificiales. O no, según se mire. ¿Es Tess un ser artificial, o debemos seguir considerando humana a la consciencia de una persona sin cuerpo físico? Difícil de discernir.
La parte de la conversación entre Tess y Henshaw está brillantemente escrita, y como concepto es fascinante. Dos consciencias humanas transformadas ahora en seres sin cuerpo físico, pero capaces de comunicarse. Reconozco que Hank me ha dado lástima, porque su existencia es una putada, hablando claro. No puede moverse, pero está plenamente consciente durante todas las horas del día. Si el guión pretendía hacer alguna especie de metáfora sobre la tetraplejia (incluso se nos muestra la estatua del profesor Swann, a quien interpretó Christopher Reeve en la serie y ya sabemos muy bien que él fue un gran abanderado de los tetrapléjicos), lo ha conseguido.
Lo que no me cuadra es la actitud de Emil, demasiado valiente (o estúpida) para lo que el personaje demostró ser. El Hamilton de Smallville no era un luchador, ni era ese su papel tampoco. No veo lógico que en este número se muestre gallito contra un equipo de soldados, provocando así que le peguen un tiro. Pero probablemente Tess necesitaba un revulsivo para ponerse en marcha, así que ¿qué mejor que ver medio muerto al hombre con el que mantuvo su última relación antes de morir?
Buen dibujo, con buen uso de las sombras y la expresión corporal, aunque por ponerle alguna pega no me ha gustado mucho cómo le han salido algunas caras en este número, y la composición de páginas es muy simple. Pero es un número que funciona tanto argumental como visualmente, y tengo ganas de ver cómo termina, dentro de 3 semanas, la historia de Hollow.
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