RESEÑA DE INJUSTICE: GODS AMONG US #33

INJUSTICE: GODS AMONG US #33

Guión: Tom Taylor

Dibujo: Bruno Redondo

Reseña de Javier Olivares Tolosa

Kal-El ha sobrevivido a la explosión nuclear del Capitán Atom, aunque el impacto le ha dañado. Furioso, regresa a la Tierra donde encuentra a Wonder Woman viva, aunque inconsciente, en un cráter. El Hombre de Acero llama a la Atalaya para pedir evacuación para Diana, e inmediatamente llega Flash, que se la lleva. Kal-El se queda para asegurarse que sus padres están bien.

Kal-El atraviesa la pared de la Fortaleza y encuentra a Oliver con Jonathan y Martha. Le ordena a Arrow que se aleje de sus padres. Oliver intenta decirle que él no sabía para qué iban allí, pero Kal no parece dispuesto a razonar. Green Arrow piensa una maniobra de distracción para poder coger una de las superpíldoras, y dispara una flecha a Kal-El, que accidentalmente rebota en su hombro... con tan mala suerte que se clava en el hombro de Jonathan. Todo termina ahí. El kryptoniano golpea a Oliver lanzándolo por los aires y haciéndolo atravesar una pared de la Fortaleza.

Oliver está malherido por el golpe, pero aún así dispara otra flecha que pasa muy cerca del hombro de Kal pero sale de la Fortaleza. No era su intención darle, sino lanzar la flecha lo más lejos posible, ya que le ha colocado el localizador que le puso Batman... y una de las píldoras del superhombre. Kal-El levanta su puño contra Arrow mientras grita de rabia. Cuando afuera, en la nieve, Canario Negro encuentra la flecha y la píldora, sabe que la misión ha sido un éxito... pero que su marido ha muerto.

Y en la Fortaleza, desoyendo a sus padres que le suplican que pare, Kal-El mata cruelmente a Oliver Queen a golpes con sus propias manos. Cubierto de sangre y con la vida escapándose de su cuerpo machacado, lo último que ven los ojos de Oliver es al kryptoniano con las manos ensangrentadas y los ojos rojos. Pero no le importa, porque los últimos pensamientos de Ollie están con Dinah, y muere pensando que ha sido un hombre afortunado.

CRÍTICA

Lo que acabo de reseñaros arriba es sin lugar a duda el cómic más cruel que he leído en muchos años. Tan solo recuerdo otro cómic que, en su momento, me causara un impacto similar: Superman: Kal, aquella historia en la que la nave de Superman caía en la Edad Media y, en un momento de la historia, el Barón Luthor asesinaba a golpes a Lois Lane la misma noche que se había casado con el joven Kal. La brutalidad de aquella escena, la forma en la que Lex salía de la estancia cubierto de sangre, la impotencia de saber a Lois muerta de forma tan injusta y a manos de un personaje tan cruel y despreciable... te hacían sentir deseos de que Luthor muriera de forma horrible en aquel cómic. Y hoy he sentido esos mismos deseos de que Superman muera en Injustice, y pronto. 

De hecho, si os fijáis, he revisado mi reseña cuidadosamente para no referirme al asesino sanguinario y despiadado que la protagoniza como "Superman". Porque lo que hemos visto aquí no es Superman. Quizá sea la versión bizarra y trastornada de alguien proveniente de Krypton, con grandes poderes y que lleva una S en el pecho, pero no, este tipo no es mi Superman. Hasta ahora, todas las acciones de Superman en Injustice han tratado de obedecer a su convencimiento de que hacía lo correcto. De que, después de la tragedia sin precedentes ocurrida con Metropolis, con Lois y con el hijo de ambos, el mundo necesitaba protección a toda costa. Pero lo que ha hecho Kal-El ahora, no tiene ninguna justificación. Ha matado a un hombre que era su amigo, y lo ha hecho con una crueldad y frialdad que convierten al personaje en más que un supervillano, casi en un demonio. No se justifica porque lo hayan intentado matar a él. Ni por el accidente con la flecha. Jamás pensé que vería a Superman con las manos manchadas de sangre inocente y los ojos llenos de ira asesina. 

Ya decía el dibujante Bruno Redondo en la entrevista que le hice, que esto es el mayor Elseworld jamás hecho, y eso aporta una posibilidad de explorar cosas que de otra forma son impensables. Pues bueno, aquí está mi límite. Tolero que Superman cometa errores, que pueda tener que tomar una decisión de vida o muerte en un momento dado, siempre con consecuencias para él, claro. Pero se ha convertido en todo lo opuesto a lo que siempre ha sido. Donde era luz, ahora es la oscuridad más absoluta. Donde había inspiración y confianza, ahora hay terror. Donde preservaba toda vida, ahora las arrebata. ¿Esto es Superman? No. Pero ¿es una gran historia? Sí. Aunque eso no significa que ver a Superman en esta actitud no me duela. 

Por último, felicitar a Tom y a Bruno por su trabajo en este número en particular, porque que la historia sea terrible no significa que no sea brillante en todos los sentidos. La secuencia de la muerte de Green Arrow es de las que no se olvidan. Las expresiones de Superman, los diálogos de un Arrow moribundo, la aceptación de Canario Negro de que ha perdido a su marido... Buf, fantástico. Trágico, poderoso, impactante. Qué extraña sensación la de que este cómic me haya fascinado y asqueado al mismo tiempo, pero seguro que me entendéis.

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