RESEÑA DE SUPERMAN UNCHAINED #9

SUPERMAN UNCHAINED #9 (Enero 2015)

Guión: Scott Snyder

Dibujo: Jim Lee

Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Mientras la tecnología de la Tierra empieza a fallar a causa de la energía emitida por el cristal alienígena, Superman se dispone a enfrentarse a la armada alienígena que se acerca a la Tierra, armado con el dispositivo solar creado por Lex Luthor y que convertirá el cuerpo del kryptoniano en una bomba. Uno de sus peores miedos es ahora una realidad, y no es otro que verse a sí mismo convertido en un arma de potencia inimaginable.

De este modo, Superman parte a enfrentarse a la masiva flota alienígena. Los recursos de estos son inagotables y pronto queda claro que ni siquiera Superman podrá con ellos a menos que utilice el dispositivo de Luthor, pero cuando se dispone a hacerlo, es Wraith quien aparece y se lo quita de las manos. Es Wraith quien asumirá por tanto el sacrificio de acabar con los invasores, su propia gente, para salvar la Tierra y terminar por tanto con la amenaza que sin saberlo trajo a nuestro mundo.

CRÍTICA

Decepción. No me viene a la mente otra palabra para describir este último número de “Superman Unchained” que se ha quedado en poco menos que un epílogo de la historia o en uno de esos breves bloques de cierre en apariencia imprescindibles, pero que a la postre resultan ser irrelevantes y que los programas de televisión emiten tras una larguísima pausa de publicidad.

Si al comentar el número anterior decíamos que pese a que parte del clímax parecía darse en dicho capítulo, aun faltaban cosas por decir y tramas por cerrar, ahora podemos decir que nada de eso ha cambiado. La aparición de la flota alienígena ni es una sorpresa, ni es un argumento que tenga tiempo de desarrollarse y ya puestos ni siquiera sirve para darnos páginas espectaculares de Superman luchando contra ellos. Muy triste. El sacrificio de Wraith que vemos aquí no es sino un “Deux ex Machina” como un templo cerrando de un plumazo el asunto de la invasión y la presencia del propio personaje. Más allá de eso ni siquiera sabemos qué piensa Wraith de que sea su gente la culpable de esta invasión, ni tiene demasiado sentido que se sacrifique él en lugar de nuestro héroe que a la postre acaba quedando como un perfecto pagafantas fuera de lugar. Lo dicho, muy triste.

“Superman Unchained” ha sido realmente el paradigma de lo que son los cómics del personaje hoy en día. Nos ha presentado un Superman, impetuoso y casi irascible, que a menudo parece más un adolescente con problemas de control de la ira que un ideal para los que le rodean o un referente moral. Todo eso ha desaparecido, como también han desaparecido los secundarios de toda la vida. Por lo visto NADIE, Scott Snyder tampoco, no tiene ni idea de qué escribir o qué decir en torno a Lois Lane, Jimmy Olsen, Perry White… todos sobran en la historia convertidos en caricaturas y desplazados por otros personajes que hacen más que de secundarios, de réplicas para que el protagonista, Superman, que no Clark Kent, pueda hablar y más o menos hacer avanzar la historia. Todo ello, eso sí, aderezado con arte impresionante de nuestro protagonista destrozando cosas a diestro y siniestro con ojos enrojecidos y expresión de odio furibundo.

Es sorprendente y tremendamente triste a la vez que NADIE (otra vez) parezca entender que Superman debería ser mucho más que todo eso, o al menos, otra cosa. Entender que en él, lo de menos es que pueda aplastar tanques sino que lo suyo es ser más bien la mano tendida que te ayuda a levantarte cuando las cosas han ido mal.

La más que errática publicación de esta serie / miniserie también dice mucho de la importancia que hoy en día se da al personaje en su propia casa. Se anuncia a bombo y platillo, coincidiendo con el estreno de la película que el guionista más “hot” de la casa y ese monstruo de los lápices que es Jim Lee van a encargarse de una nueva serie de Superman. BIEN. Todos cantamos aleluyas intentando olvidar que Jim Lee no ha terminado un cómic a tiempo desde sus tiempos en X-Men. Luego resulta que la serie, espectacular visualmente, va pintando una historia que no acaba de arrancar. Luego vienen los retrasos y pasan meses. La serie se convierte en miniserie. Por lo visto, alguien en DC piensa que Superman no da para más. Y por si fuera poco entre un número y otro ya nos hemos hecho viejos. Para nueve números se han tirado la friolera de año y medio. Cuando sale el último ya estamos en un punto en el que a nadie le importa lo que ocurra en esta cabecera o que se acabe o no. Por enésima vez, triste. Muy triste.

En definitiva, “Superman Unchained”, la gran esperanza blanca de los cómics del Hombre de Acero en nuestros días, se nos ha quedado en una bonita colección de Pin ups, y en una historia quizá entretenida pero irregular, cuyos puntos fuertes no llegan a desarrollarse y que no tiene, ni de lejos, mimbres para pasar a la historia del personaje como parecía estar llamada a hacerlo. Habrá que seguir esperando que aparezca alguien que sepa cómo escribir al personaje y que cuando surja le dejen al menos trabajar en paz. Lástima que como dicen algunos, eso no va a pasar mañana.

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