RESEÑA DE SMALLVILLE: CONTINUITY #12

SMALLVILLE: CONTINUITY

PARTE 12/12 (14/10/2014)

Guión: Bryan Q. Miller

Dibujo: IG Guara, Julio Ferreira

Reseña de Javier Olivares Tolosa

RESUMEN

Mientras Lois y Clark están en el Daily Planet, Chloe da a luz a su bebé en el hospital. Ollie y ella disfrutan del precioso momento mientras hablan del mundo que dejan a su hijo. Un mundo en el que hay villanos pero también un equipo de superhéroes para combatirlos. Chloe solo lamenta que ninguno de ellos tenga familia para compartir ese momento, pero Oliver le dice que tienen la mejor familia que puede tenerse. Y afuera les esperan todos sus amigos de la Liga de la Justicia. Cuando Clark coge al pequeño, se emociona al pensar que entre tantas veces que han perdido a alguien, ahora hay alguien genuinamente nuevo en el grupo. Y Chloe le dice que se llamará como alguien a quien les gustaría que aspirara a ser. Su nombre será... Jonathan.

Más tarde, Lois y Clark disfrutan de un baño en su apartamento y hablan sobre haber salvado toda la existencia. La reportera tiene un arrebato y decide que quiere tirarse en paracaídas, y Clark la lleva volando por encima de las nubes y la deja caer para que cumpla su deseo.

Pero mientras Lois cae en su paracaídas, Clark recibe una llamada de Watchower para "Boy-Scout". Un tsunami amenaza la India, y él vuela como un rayo hacia allí. Y al tiempo que vuela, le dice a Tess que ya va siendo hora de cambiar su nombre en clave "Boy-Scout", porque "esto es un trabajo para... SUPERMAN".

FIN

CRÍTICA

Se acabó señores. Termina aquí esta temporada 11 de Smallville que comenzó hace 2 años y medio, y que ha sido una auténtica montaña rusa de altibajos, con más bajos que "altis", pero que ahí ha estado semana a semana rellenando el hueco que la serie dejó en nuestros frikis corazoncitos. Y es que se le pueden decir muchas cosas a Smallville, pero durante los 10 años que duró la serie y pese a todos los episodios de relleno que tuvo (que fueron muchos más de los aceptables), cuando llegó el momento final y vimos aquel flashforward de Clark siete años en el futuro abriéndose la camisa y mostrando la S de su pecho a ritmo de John Williams, todos nos emocionamos un poco. Despedíamos algo que nos había acompañado durante una década, y eso siempre deja un vacío y una sensación de que lo echaremos de menos.

No ha ocurrido tanto con esta innecesariamente alargada temporada 11 en formato cómic, pero aun así reconozco que me ha dado cosilla terminarla. Si la serie de TV tuvo altibajos, esta colección digital no ha sido menos. Nos ha dejado grandes momentos, nos ha permitido conocer a grandes artistas que en el futuro llegarán muy lejos y que prácticamente se han dado a conocer aquí (y sí, estamos hablando de Jorge Jiménez, ¿de quién si no?), pero en su mayor parte ha sido muy plana. ¿Era necesario tener una undécima temporada en cómic? Pues no, claro que no. Pero el dinero manda, y Smallville seguía dando resultados cuando la serie abandonó la parrilla del CW. Y ahora que probablemente ya no dé como querían en su nuevo formato cómic digital, llega su cancelación. Que podría haber llegado en cualquier otro momento, pero ha sido tras un correcto arco argumental con crisis de por medio y que ha permitido cerrar de forma bien atada casi todo lo que ha sido esta temporada.

La mayor parte del número la ocupa el nacimiento del bebé Queen-Sullivan, un momento emotivo y alegre que arranca una buscada lagrimilla cuando descubrimos que el bebé se llamara Jonathan en honor al padre de Clark. Y el resto del cuaderno es un epílogo en el que el boy-scout decide que a partir de ahora lo llamen Superman. Un acertado final, ya que en el último episodio de Smallville vimos a Clark convertirse en Superman por primera vez, y durante esta temporada hemos visto cómo ese Superman se afianzaba, luchaba grandes batallas, y cómo personajes amigos y enemigos tomaban su puesto en el universo del Hombre de Acero. Es, como quien dice, que hemos visto a Superman quitarse la "L" de prácticas y terminar siendo absolutamente Superman. No está mal, si lo miramos así.

Quedan lagunas y puntos flojos, claro. El personaje de Lex Luthor es para mí el mayor fracaso de esta colección. No ha quedado evidenciada esa maldad que la serie solo llegó a explotar en sus instantes finales, y aquí tampoco llegamos a verla. Además, la relación con Otis no es que haya contribuido a hacer de Lex un personaje oscuro, retorcido y maquiavélico, sino más bien todo lo contrario, y las tramas protagonizadas por Luthor se han quedado en un quiero y no puedo.

Pero en definitiva, quizá esta temporada haya sido fiel al espíritu de Smallville. Con 14 arcos argumentales completos, seguir la colección ha sido un acto de fe que muchas veces (y los que habéis seguido todas mis reseñas lo sabréis) casi me cuesta la paciencia. Con sus innumerables rellenos, su inconstante dibujo y sus tramas alargadas, también ha tenido momentazos con los que hemos disfrutado como niños, igual que cuando veíamos la serie. Y por ese motivo, igual que a la ficción televisiva, echaremos de menos esta cita semanal con la historia de cómo aquel chico de Kansas se convirtió en...

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