domingo, 12 de mayo de 2013

RESEÑA DE SUPERBOY #18

SUPERBOY #18 (Mayo 2013)

Guión: Scott Lobdell y Tom de Falco
Diálogos: Tony Lee
Dibujo: R.B. Silva/ Iban Coello
Tinta: Rob Lean/ Denis Frietas
Reseña de Antonio Monfort Gasulla

RESUMEN

Superboy se encuentra devolviendo el dinero que robó de una cámara acorazada (véase número 11 de la serie) y pensando seriamente en entregarse por sus delitos. Los recientes acontecimientos de su vida, entre ellos el enfrentamiento con H'El, le han hecho ver que sus actos tienen consecuencias, y que su actitud frente al mundo debe cambiar.

Sin embargo, cuando todavía está en el banco, un humanoide monstruoso que parece estar hecho de plasma caliente y que (apropiadamente) proclama llamarse Plasmus, derrite uno de los muros del recinto de seguridad dispuesto a llevarse el dinero.


Superboy intenta evitarlo, y su enfrentamiento pronto alcanza las calles de Manhattan, no muy lejos de donde un mentalista llamado Dr. Psycho se dedica a desplumar a mujeres ricas engañándolas con sus poderes mentales. La tremenda energía telekinética que desprenden los poderes de Superboy llama inmediatamente la atención del psíquico, quien enseguida intenta apoderarse del cuerpo y las habilidades del clon de Superman. Sin embargo la mente de éste resulta ser confusa para Psycho, que se ve desconcertado por los recuerdos y el origen artificial de su nueva victima. A todo esto, Superboy tiene serios problemas para detener a Plasmus y los golpes físicos hacen que la tarea de apoderarse del joven sea aún más difícil para el intruso, que se ve expulsado del cuerpo del héroe y debe abordar un nuevo intento para controlarlo. Extrañamente, en este segundo intento, no son los recuerdos y sensaciones de Superboy lo que ve en su interior sino que el mentalista es interceptado por lo que parece una representación mental de Lex Luthor (con su armadura de combate), quien afirma haber estado esperándole y que ya es el momento de que conozca su verdadero origen.


CRÍTICA

Llama la atención que un número como este, cuya trama es escasa por no decir nula, tenga nada menos que dos guionistas y otro más solo para los diálogos. El tal Tony Lee debe ser primo de alguien importante en DC o si no, no se explica que le hayan pagado por escribir semejantes diálogos. O eso, o el caos en la dirección editorial de la compañía es tan galopante como para que TRES guionistas lleguen a acreditarse en un cómic tan confuso y desorientado como este. 

Por sacar algo positivo, hay que decir que el número es un nuevo comienzo para el personaje. Todo un punto y aparte en la serie que permite retomarla después de los acontecimientos de la saga H'El (que no parece haber repercutido mucho que digamos). Superboy está madurando y empieza a afrontar las consecuencias de sus desconcertantes actos en números anteriores. El problema es que en pleno acto de contrición se encuentra con un monstruo de plasma y un telépata aprovechado. Lógico. ¿A quién no le ha pasado eso alguna vez? En cualquier caso, el encuentro sirve para tener un buen puñado de paneles de acción y presentarnos al Dr. Psycho, un villano que en el viejo universo solía amargarle el día a Wonder Woman (fue creado por el propio William Moulton Marston) y que aquí hace su debut en el universo del New 52. Poco más. La historia se queda como una antesala de los siguientes números que se supone que son los que nos desvelarán cosas ¿interesantes? acerca del origen de Superboy y (suponemos) nos contaran como acaba el lío con Psycho y con Plasmus.

Reseñar que el dibujo es lo más salvable de este cómic. Como suele ser una tónica bastante habitual en el New 52, la parte gráfica supera a la argumental y tanto Silva como Coello, cumplen con solvencia a la hora de plasmar el escaso guión del cómic  Veremos si los siguientes números encarrilan de una vez esta serie imposible, pero visto el tono hasta ahora, mucho tendrían que cambiar las cosas para hacer de esta colección algo aprovechable.

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