RESEÑA DE SUPERMAN: DOOMED #1

SUPERMAN: DOOMED #1

Guión: Scott Lobdell, Greg Pak y Charles Soule

Dibujo: Ken Lashley (boceto de portada: Dan Jurgens y Brett Breeding)

Reseña de Javier Olivares Tolosa

RESUMEN

Doomsday aparece en una isla de las Bahamas y por donde la criatura pasa, todo queda calcinado instantáneamente. El ejército intenta lanzar un ataque contra el monstruo pero sus aviones terminan destruidos y Superman tiene que rescatar a los pilotos, aunque éstos están ya muertos por las quemaduras. El Hombre de Acero va a la isla y el panorama es terrible. Tres mil doscientas personas han perdido la vida igual que los pilotos de los aviones militares y Superman se siente desolado por sus muertes. 

En la Fortaleza, la doctora Veritas le confirma a Superman que la criatura es Juicio Final, y que está utilizando el portal de la zona fantasma para aparecer en diferentes lugares. Veritas le explica que Doomsday ha evolucionado y que en su enfrentamiento anterior éste tan solo era una larva, y ahora ha emergido como una forma de vida superior contra la que Superman solo podría aguantar 10 minutos de combate, y aún así es el único que podría resistir ese tiempo contra el monstruo. El kryptoniano pregunta a la doctora si Doomsday es sintiente porque está pensando en matarlo. La doctora le dice que debe hacerlo, y que aunque sabe que se preocupa por las implicaciones morales de cruzar esa línea, hasta que no acabe con Juicio Final podrían morir millones de personas y no debe preocuparle otra cosa.

Entretanto, Lana intenta entrar en Smallville pero el ejército se lo impide, así que se cuela en el jeep de Lois (que consigue que le abran gracias a sus poderes mentales) y ambas se presentan y entran juntas. Cuando Lois le dice que trabaja en el Planet, Lana le pregunta si sabe dónde está Clark Kent, pero ninguna de las dos sabe el paradero de su amigo. Lois la invita a ponerse un traje anti-radiación y echar un vistazo, y observan la cantidad de personas de la ciudad que han entrado en ese misterioso coma, entre ellos los padres de Lana. Lana le envía mensajes a Clark para decirle que le necesitan allí, pero él le dice que debe ocuparse de otra cosa y Al mismo tiempo, en el Daily Planet, Clark (aunque ya no trabaja allí) pide consejo a Perry White acerca de "una historia" que quiere investigar. Perry le recuerda que es un buen hombre y que hará lo correcto, e incluso le invita a que la próxima conversación que tengan sea para que vuelva al Planet. 

Doomsday vuelve a aparecer en África convirtiendo todo en fuego y muerte a su paso. Desde la distancia, John Henry Irons ve el incendio y se enfunda en su armadura de Steel para ir a ver qué ocurre, encontrándose cara a cara con la criatura. Sin importarle la terrible temperatura ni las advertencias de su traje sobre que el ser desprende una toxina que se transmite por el aire, Steel trata de luchar contra Juicio Final y pierde enseguida, quedando gravemente herido. Wonder Woman entra en escena y lucha contra el monstruo, ensartándolo con su espada que sorprendentemente se funde en el cuerpo de Doomsday. Diana se da cuenta que la criatura desprende una especie de veneno, pero aún así se lanza contra él. Superman llega en ese momento y juntos van a lanzar un ataque contra la bestia con todo lo que tienen, pero Juicio Final desaparece en un portal de la zona fantasma.

Poco más tarde, en el búnker de emergencia de la Liga de la Justicia, los superhéroes reciben una llamada de Lex Luthor quien les informa que Doomsday actúa como una especie de parásito que drena la vida de los seres y del entorno para crecer y fortalecerse, pero que todo lo que ha absorbido no es sino un aperitivo y que lo que realmente busca es la gran comilona que supone... Superman. La solución que propone Luthor es que Superman se marche del planeta y así tal vez Doomsday también se vaya tras él. Los compañeros del último hijo de Krypton protestan ante la aparente locura que ha dicho Luthor, pero el propio Superman dice que tiene razón y accede a irse, pero va a llevarse a Juicio Final consigo. Diana se despide de Clark con determinación, porque para la amazona el deber es más importante que el amor y sabe que Clark está haciendo lo correcto. El Hombre de Acero da instrucciones a sus compañeros para que protejan el mundo y le da a Bruce una copia de la llave de la Fortaleza de la Soledad.

Superman localiza a Doomsday, que ha aparecido en la India. El kryptoniano da un terrible puñetazo a la bestia y lo saca volando de la Tierra, llevándoselo nada menos que hasta Venus. El Hombre de Acero recibe grandes heridas por parte del monstruo durante el trayecto pero finalmente acaba con Doomsday con una brutal ráfaga de visión calorífica y regresa a la Tierra, a Smallville.

Malherido, Superman se queda atónito cuando un nuevo portal de la zona fantasma se abre allí mismo y Juicio Final aparece de nuevo. El monstruo ha sobrevivido y ha seguido al Hombre de Acero. El combate se reanuda y Superman parece en desventaja, pero todo dura muy poco: Superman parte por la mitad al monstruo, que desaparece transformándose en un humeante y tóxico polvo morado. El Hombre de Acero cae de rodillas y se desploma inconsciente en el suelo.

CRÍTICA

Supongo que una buena forma de comenzar este comentario sería que Superman: Doomed es lo mejor y más interesante que hemos podido leer hasta la fecha en el actual universo de Superman dentro de la "continuidad" de los New 52. Y como "continuidad" me refiero a las dos series troncales, que son Superman y Action Comics. Ya sabemos de sobra las idas y venidas de estas dos cabeceras que tan pronto están abajo como están aún más abajo, con esporádicos momentos de asomar un poco las orejas que rápidamente Lobdell y compañía se empeñan en pisar. Pero el arranque de Doomed ha resultado prometedor en algunos aspectos, más que en los que ha resultado decepcionante o previsible.

Una cosa muy buena a destacar es el dibujo. Ken Lashley está brillante, con un dibujo moderno y muy a lo Jim Lee que funciona de maravilla con la cantidad de acción que hay en este número, y que se complementa con un formidable trabajo del colorista. A nivel visual, el número es una fantasía para cualquier lector de cómics.

Pero no es todo bueno. Para disfrutar enteramente de esta historia habría que evitar en todo momento compararla con La muerte de Superman que todos conocemos, y evidentemente esto es muy difícil. Llamémosle reinterpretación o como se quiera, pero esto que vemos aquí va a tirar por unos derroteros muy distintos a la obra maestra de Jurgens y cía. Lejos de morir, Superman aquí va a quedar infectado por esa toxina que desprende Doomsday. Un enfoque diferente y que en cierto modo no es tramposo, porque en ningún momento se ha llamado a esto "la muerte de Superman", sino "Superman: Condenado", pero es evidente que con Doomsday de por medio, uno se esperaba más. Ese es el primerísimo punto flaco de la historia. Juicio Final es presentado por la doctora Veritas como una criatura con la que Superman apenas podría luchar. Algo que convierte la arena en obsidiana a su paso del calor que desprende. Pero realmente el combate dura más o menos lo mismo que el de la temporada 8 de Smallville: un visto y no visto. Sí, todo ese rollo de Venus está muy bien y yo también me he sorprendido de que Superman partiera en dos a Doomsday, pero... ¿ya está? ¿Ese era el superpeligro de la criatura tan temida? Porque realmente Superman se lo ha ventilado enseguida.

En ese aspecto la resolución es visualmente muy buena, pero argumentalmente cojea. Primero, porque hace parecer a Doomsday mucho menos fuerte y terrible de lo que nos lo habían vendido. Eso de que por donde pasara todo muriese, daba al villano un aura de malignidad, como si fuese una especie de demonio que termina con la vida allá donde pisa. Pero después se queda en agua de borrajas. Además, la explicación de su utilización de los portales de la zona fantasma también queda cogidita con pinzas, pero de alguna manera había que justificar la presencia del monstruo donde la trama lo necesitara, ¿no? E igualmente no puedo decir que me haya convencido que Doomsday sea una versión con pinchos del Parásito, que drena energía de las formas de vida para crecer y fortalecerse. Esta vuelta de tuerca parece un intento de distinguir al personaje de su versión original, pero no me termina de enganchar.

Pero todo esto es excusable. Es muy difícil tratar de aprovechar elementos de una historia tan icónica como La muerte de Superman y que no surjan comparaciones. Doomed logra desmarcarse bastante de la original, tanto por el propio planteamiento (Superman no muere), como utilizando a Doomsday a modo de detonante para todo el asunto de la infección. Así que aquí lo importante no es la batalla en sí, sino lo que esté por venir. O así quiero entenderlo, aunque quién sabe si esto devendrá en un nuevo enfrentamiento entre Superman y un Doomsday que logre resucitar. El problema no es ese; el problema son los New 52. ¿Dónde y cuándo encaja Superman: Doomed? Es el tiempo presente, sí, pero Morrison ya hizo referencia a una "segunda muerte" de Superman (¿y cuál demonios fue la primera?) en su etapa en Action Comics. ¿Se refería a esto? No es posible, ya que era anterior a todo lo que hemos visto aquí. Así que, una vez más, nos encontramos con una buena historia, o al menos con una historia con mucho potencial, pero enmarcada en un universo con una continuidad confusa (y esto haciéndole un favor...), y en el que parece que cada arco argumental está hecho para leerse de forma independiente. Tratar de buscar la cronología exacta de todo lo que hemos visto de Superman (Unchained incluido, porque es otra colección cuyo timeline es indescifrable) en los New 52, es la cuadratura del círculo. Y solo olvidándonos de ello podemos disfrutar de sagas como Superman: Doomed.

Pero mira, yo lo voy a hacer, porque el arranque ha sido poderoso, bien escrito (se nota que Pak pone algo de coherencia a Lobdell) y, teniendo en cuenta los elementos con los que trabaja, también original, además de brillantemente ilustrado. Tengo ganas de saber cómo continúa y si, por una vez, DC le regala a Superman y a sus lectores una saga que haga época. Aunque para ello tengamos que ponernos la cosa esa que se les pone a los burros en la cabeza para que miremos solo hacia lo que tenemos enfrente. Yo por mí estoy dispuesto.

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