miércoles, 8 de enero de 2014

RESEÑA DE SUPERMAN #26

SUPERMAN #26 (Febrero 2014)

Guión: Scott Lobdell
Dibujo: Ken Lashley
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Clark y Diana (Wonder Woman) están pasando una agradable velada en solitario cuando la proyección astral de la mente de Lois Lane se presenta en el apartamento. La ahora todopoderosa mente de la reportera no puede ser contenida por su cuerpo que sigue en coma en el hospital. Esta nueva condición desconcierta a la periodista, que no duda en pedir ayuda a su gran amigo, de quien ya conoce su identidad superheroica.

Superman se dispone a hacer lo posible para averiguar qué está pasando a Lois y empieza por devolver su proyección al hospital. Una vez allí, ambos ven al general Sam Lane, quien visita el cuerpo de su hija. El ex militar está a punto de convertirse en senador para, según él, controlar algo llamado “la torre” y cuyo significado nadie conoce. También allí mismo, Clark se encuentra con un preocupado Jonathan Carroll, actual pareja de Lois quien no se ve capaz de competir con Superman por el afecto de la reportera. Clark intenta disuadirle de sus temores aunque tiene otras preocupaciones, y es que Lois le ha asegurado que en cuanto despierte del coma revelará al mundo su identidad secreta.


Pese a ello, el Hombre de Acero sigue recabando ayuda para Lois y contacta con la doctora Shay Veritas, quien le confirma que su amiga no se está curando, sino que se está transformando en algo nuevo y desconocido. Pero Superman no tendrá tiempo de sopesar esta información. El Parásito ha atacado el hospital donde está Lois y ha encontrado un verdadero filón energético en el cuerpo de la periodista.


CRÍTICA

Si todos los números que escribe Scott Lobdell fueran como este, quizá los que nos preocupamos por la marcha de las series de Superman no nos pasaríamos la vida dándole palos. No es que la historia aquí presentada sea una maravilla, el devenir de los próximos números se ve venir a la legua y los tópicos campan por doquier, pero si echamos la vista atrás en esta colección, nos encontramos con un número sensiblemente superior a lo que estamos acostumbrados.

Para empezar tenemos a un Superman que actua como Superman (o como Superboy mayorcito al menos). En las escenas iniciales, es significativo ver a Clark con ropas civiles mientras que Diana sigue con su uniforme de heroína. Y es que parece que por un segundo alguien ha recordado (me cuesta creer que haya sido Lobdell, pero al fin y al cabo, él firma el número) una de las diferencias fundamentales entre ambos personajes: qué uno es un granjero con poderes y la otra una diosa (o similar).

También tenemos en el cómic un cierto grado de desarrollo de personajes, vemos qué papel juega Lois en la vida de Clark y cómo ello afecta a su relación con Diana, hay momentos para personajes secundarios como Sam Lane y John Carroll… sí, no es mucho, ni es sorprendente ni es original, pero eh, ¡Es Scott Lobdell! Es lo más cerca que ha estado nunca a escribir un cómic decente, vamos a apoyarle.

En el dibujo, Ken Lashley también está inspirado, con un trazo que recuerda a Jesús Merino en su paso por esta serie, y emborronado por alguna que otra chapucilla de vez en cuando que nos recuerda que no lo es. Pese a todo un dibujo más que aceptable, con una composición de página dinámica en las escenas de acción y buena narrativa en las escenas de diálogo. Es verdad que patina algún rostro y alguna que otra expresión, pero el cómputo global es sobradamente positivo.

En conclusión, a estas alturas ya no vamos a hacernos ilusiones de que esta serie remonte (mientras Lobdell siga al frente, seguro que no) o de que vayamos a sacar de aquí una saga potente, pero resulta todo un alivio que aparezca un número que no insulte (demasiado) nuestra inteligencia. Hace la espera más llevadera a que vengan tiempos mejores.

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2 comentarios:

  1. Yo rescataría de este número el gran amor que le tiene Diana a Clark descrito en una sola viñeta.

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