SUPERGIRL #26 (Febrero 2014)
Guión: Tony Bedard
Dibujo: Yildiray Cinar
Reseña de Antonio Monfort
RESUMEN
El cazarrecompensas estelar Lobo está en la Tierra para dar caza a un impostor que está utilizando su nombre sin su consentimiento. Sin embargo, su búsqueda no está dando resultado y Rhialla, su contratista, a riesgo de que el mercenario tome represalias, le dirige hacia las instalaciones de la Doctora Veritas, quien según ella puede tener información sobre el impostor.
Más o menos al mismo tiempo, Supergirl está de vuelta a la Tierra y acude a las instalaciones del Bloque para que Veritas verifique que el envenenamiento por Kryptonita ha desaparecido por completo.
Cuando la doctora es avisada de la llegada del Czarniano, le pide a Supergirl que le ayude a detenerle. Kara cree que podrá iniciar un dialogo con él, pero Lobo no tiene ganas de charla y la pelea es inevitable. Para sorpresa del cazarrecompensas, Supergirl resulta ser un rival mucho más duro de lo que parecía, tanto que quizá ni el propio Lobo sobrevivirá al enfrentamiento.
CRÍTICA
En la larga lista de las malas ideas que trajo consigo el “New 52” el rediseño del cazarrecompensas y mercenario galáctico Lobo está seguro en el “Top Ten”.
Este personaje nacido de la atribulada cabeza del genial Keith Giffen y el dibujante Roger Slifer vendió comics como churros en los noventa y, aunque últimamente parecía que nadie daba con la fórmula para volver a hacerle divertido, seguía siendo un personaje característico del cosmos DC con montones de fans repartidos por el mundo. Por todo ello, rediseñarlo hasta hacerle parecer una acicalada versión galáctica de un modelo de Calvin Klein es una pifia tan monumental, que es difícil pensar que vaya a perdurar en el tiempo, pero de momento es lo que nos ha tocado aguantar.
Si conseguimos no compararlo con el viejo Lobo, este nuevo personaje puede dar juego, de hecho, en el cuaderno que nos ocupa se “come” el protagonismo de Kara con patatas, y es que una vez más la prima de Superman se nos presenta como un personaje desangelado, fuera de lugar, que se dedica a vagabundear de un lado a otro y a llorar por su planeta perdido sin que ningún guionista sepa qué hacer con ella en la Tierra o dotarla de una personalidad y secundarios medianamente interesantes.
La historia que nos ocupa parece más interesada en cumplir con el esquema del “combate de la semana” dejando para otro día que haya buenas razones para el conflicto o asentar al personaje lo suficiente como para que importe a los lectores.
El dibujo es cumplidor, que no extraordinario. Transmite movimiento y fuerza en las escenas de acción, gracias a una valiente composición de página y a una buena corrección anatómica, pero flojea en los rostros femeninos y en los fondos. Todo ello da una sensación de irregularidad, si bien prometedora y que podría corregirse en próximas entregas.
No es por tanto el dibujo el problema de una serie que no acaba de encontrar su personalidad, ni el gancho en sus historias. El supuesto punto de partida tras “Krypton Returns” no parece haber funcionado y la serie se mantiene en un planteamiento muy similar a lo que era en sus últimos números antes de dicha saga, muy lejos del revulsivo que necesitaría para ofrecer un producto verdaderamente interesante.
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Soy fan aserrimo de superman.
ResponderEliminarPero la verdad es que lobo ocupa un lugar importantisimo entre mis favoritos.
Superman
Lobo
Batman
Lo que han hecho con el. es imperdonable..... malditos new 52.!!!!
Ojala ardan en el infierno
jajajaja, de acuerdo contigo...
EliminarSé cómo va a acabar esto.El impostor que se hace pasar por Lobo resultará ser,tachán tachán,el auténtico Lobo !!! ¿Qué otra cosa se puede esperar?
ResponderEliminarSinceramente, es lo que estoy esperando que realmente ocurra...
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