SUPERMAN: THE ANIMATED SERIES 2X04

Episodio: 2x04 Speed Demons (Demonios de la velocidad)
Fecha de emisión: 13 de septiembre de 1997
Director: Toshihiko Masuda
Guión: Rich Fogel
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Por razones de caridad, Superman y Flash han aceptado participar en una carrera que dilucidará quién de los dos es el hombre vivo más veloz. Para poder rastrearles alrededor del globo, ambos llevan unos brazaletes especiales. Mientras la carrera se desarrolla (con una ligera ventaja para Flash, de momento) el responsable de los brazaletes se escabulle entre la multitud para llegar a una cabaña donde Ben, su hermano pequeño, controla una extraña maquinaria. El extraño se hace llamar el Mago del Clima y está utilizando la energía que los dos corredores generan (sin que estos lo sepan) para hacer funcionar un invento capaz de alterar la climatología. El personaje empieza a chantajear a los militares con sus capacidades, dándoles veinticuatro horas para ingresarle un billón de dólares o desencadenará una catástrofe climatológica. Para probar sus poderes, desata una terrible tormenta en el norte de Australia, por donde pasan Superman y Flash que detienen su carrera para ayudar con los problemas causados por el clima a un petrolero en la zona. 

Tras conocer la amenaza, Flash afirma reconocer al extorsionador. Al parecer, se trata de Mark Mardon, un sujeto con el que ya ha tenido algún encuentro. Rápidamente, los dos superhéroes van a por el chantajista, que empieza a tener problemas con su hermano Ben, en profundo desacuerdo con la idea de matar impunemente. Mardon no le hace caso, y desencadena sobre los héroes una impresionante tormenta de nieve que consigue ralentizar el avance de los corredores hasta el punto de congelarles. Tras librarse del ataque, Superman y Flash deducen que el Mago del Clima les está controlando a través de los brazaletes de rastreo y los destruyen inmediatamente. Por su parte, el Mago del Clima da un nuevo ultimátum al ejército: si sus demandas no se ven satisfechas desencadenará un tornado que arrasará Metropolis.

Para Ben es la gota que colma el vaso. Ya no está dispuesto a participar en lo que podría ser una masacre e intenta detener a su hermano. Aunque no lo consigue, éste le deja marchar y mientras se va con el coche, una tormenta de nieve le hace perder el control y está a punto de estrellarse. Afortunadamente, la anomalía climática que ha utilizado para atacar a su hermano, ha sido detectada por el ejército y Superman y Flash llegan a tiempo para rescatarle. Mientras el tornado empieza a azotar Metrópolis, Ben confiesa la ubicación de su hermano. Desoyendo a Superman, Flash corre a detener al mago del clima pero es derribado por lo que parece ser un escudo de relámpagos. Superman busca otra vía menos directa y perfora un túnel con su cuerpo bajo la casa y consigue un paso al interior, pero la vara que sostiene el Mago es capaz incluso de detenerle. Con la llegada de Flash el brujo es derribado y pierde el control de su máquina que amenaza con hacer explosión, pero el Hombre de Acero consigue sacar de allí tanto al criminal como al velocista a tiempo para salvarlos. Tras dejar a Mardon en la cárcel Superman y Flash liman sus asperezas y deciden, una vez más, retomar su carrera por ver quién es el más rápido de los dos.

CRÍTICA

Las carreras entre Superman y Flash han sido todo un clásico en el Universo DC desde los tiempos de la Edad de Plata, cuando allá por el Superman (v.1) nº 199 en 1967 se enfrentaron por primera vez con fines, como no, benéficos.

Haberlas traído al campo de la animación ha sido un acierto más para la serie y nos ha proporcionado uno de sus episodios más frescos y memorables, lleno de situaciones divertidas y momentos llenos de absoluta magia al estilo DC Comics. 

Una particularidad del episodio es que no se nos aclara cuál es el Flash que está aquí bajo la máscara. ¿Se trata de Barry Allen o de Wally West? No sería descabellado afirmar que el Flash del universo animado de Bruce Timm es una mezcla de ambos, pero tanto aquí como en la futura Justice League el comportamiento de este Flash recuerda mucho más al Wally West desenfadado y burlón de sus primeros tiempos y de su estancia en la Liga de la Justicia europea que al serio y responsable Barry Allen de la Edad de Plata y de los recientes cómics posteriores a “Renacimiento”.

También muy apropiada resulta la elección del villano, no solo por permitirnos atisbar una pincelada de la brillante galería de “Rogues” del velocista escarlata (¿Alguien ha pensado alguna vez lo bien que funcionaría una serie animada con ellos?) sino por ser un villano perfecto para complicar una carrera que se va a desarrollar por todo el mundo y donde los héroes pasarán más tiempo enfrentándose a los elementos que a otra cosa. La caracterización de este Brujo del Tiempo es espléndida y sirve para articular todo el argumento del episodio y para aportar un reto adicional a los héroes.

En conclusión, un episodio brillante, divertido y correcto como pocos, que no puede sino encantar a cualquiera que sienta algo por los personajes del Universo DC.

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