RESEÑA DE JUSTICE LEAGUE OF AMERICA #7

JUSTICE LEAGUE OF AMERICA #7 (Marzo 2016)

Guión: Bryan Hitch

Dibujo: Bryan Hitch Con tintas de Daniel Henriques, Andrew Currie y Bryan Hitch

Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Gracias al bastón proporcionado por Batman, Cyborg es capaz de rastrear el origen de la energía que lo hace funcionar. A través de ello, Victor y su gente se dan cuenta de que toda la energía de los convertidos fluye en la misma dirección, esto es, hacía Rao, quien concentra en su persona las energías no solo de la catedral de la Tierra sino también las de otros cientos de mundos que forman una red conectada entre sí. El propósito de Rao no es otro que extender su vida vampirizando la de aquellos bendecidos por él. Pero su plan no se queda ahí. Utilizando el ADN de Superman, planea convertir en Kryptonianos a todos los terrestres y de este modo poder conseguir de ellos una energía mucho más potente  y que le hará más poderoso que nunca. Pero lo que Rao no sabe es que mantener retenido a Superman, puede ser mucho más difícil de lo que imagina.

CRÍTICA

El arco que dio inicio a esta colección se va acercando a su cierre pero más que ir solventando misterios, las piezas parecen estar más sueltas que nunca. Y es que da la impresión de que la historia se le está quedando grande a Bryan Hitch, que pese a las toneladas de diálogo que acumula este episodio, no consigue que quede demasiado claro quién es Rao y qué pretende. El ritmo se resiente de tanta explicación y la sensación de confusión en el lector empieza a ser importante.

En cuanto al dibujo, Hitch sigue peleado con las tintas que parecen traicionar a los lápices y da la sensación de que el ritmo mensual, pese a los retrasos, no le deja dar lo mejor de sí. El dibujante sigue empeñado además en sus primeros planos cinematográficos que tan bien le funcionaron en sus trabajos para Marvel, pero aquí no hacen sino quitarle expresividad a los personajes y acartonarlos. Pese a todo, no estamos hablando de un mal dibujo, ni mucho menos, Hitch es espectacular en muchos aspectos y su mayor problema es que sabemos que podría serlo mucho más de lo que lo está siendo en estas páginas.

Con todo, y pese a que esta historia empieza a oler a que hay mucho ruido pero pocas nueces tras ella, el cómic es una compra más que digna y se disfruta. Quizá no es una obra maestra y quizá una colección creada ex profeso para lucimiento de un autor debería dar algo mejor que lo que aquí encontramos, pero tampoco es plan de ponernos exigentes. ¿O sí?

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