RESEÑA DE SUPERMAN #27

SUPERMAN #27 (Marzo 2014)

Guión: Scott Lobdell

Dibujo: Ed Benes

Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

El Parásito ha encontrado a Lois en el hospital donde permanece en coma. La sobrecarga de energía psíquica que posee, hace de ella un festín inigualable para el supervillano.

Superman consigue apartarla momentáneamente del mismo para luego combatirle con la inesperada ayuda de John Carroll, actual pareja de la reportera.

Mientras, en otro punto de la ciudad, Catherine Grant lidia ante la prensa con las consecuencias de haber revelado en su web que el general Sam Lane va a ocupar un puesto en el senado, especialmente cuando el autor del titular, Clark Kent, permanece en paradero desconocido. Cat recibe además la visita de Morgan Edge, su antiguo jefe quien le ofrece comprar su web nada menos que por trece millones de dólares.

De vuelta en el hospital, Superman se da cuenta de que los poderes del Parásito pueden ser la solución para la condición de Lois y de paso para el hecho de que la chica conozca ahora su identidad de Clark Kent. Así, el héroe permite que el monstruo entre en contacto de nuevo con la joven, para luego fulminar al villano antes de que sea demasiado tarde. El plan del Hombre de Acero da resultado y efectivamente Lois despierta del coma sin poderes psíquicos ni recuerdos de su experiencia, pero Jonathan Carroll no está tan seguro de que la actuación de Superman haya sido la correcta, e incluso el propio héroe de Metrópolis teme preguntarse a sí mismo si sus intenciones a ese respecto han sido completamente altruistas.

CRÍTICA

La trama de los poderes psíquicos de Lois Lane concluye sin absolutamente ninguna sorpresa. Decir que se veía venir es quedarse corto y la perdiz psíquica que Lobdell viene mareando desde hace ya tiempo, se apaga como una luz que nunca llegó a encenderse del todo.

Por lo demás, el número es el acostumbrado festival de acción de la etapa Lobdell, aderezado aquí con algún que otro chascarrillo gracioso en los diálogos del Parásito y un conflicto en el propio Hombre de Acero que le hace flaco favor al personaje. Intencionadamente o no (puede ser sencillamente por la sobredosis de puñetazos en cada número) el Superman que escribe Lobdell suele dar la sensación de ser violento e inestable. Aquí no es una excepción, pero además se nos presenta como alguien lo bastante calculador como para poner en peligro a Lois con tal de “curarla” y de paso hacer que gracias al Parásito olvide su secreto. Ese gesto frio e impropio del personaje debería llevarle a algún tipo de conflicto moral y quizá desarrollar una trama interesante, pero aquí se prefiere pasar de puntillas y seguir dibujando destrucción en masa que sin duda es mucho más “cool”.

Las subtramas de Cat Grant y del general Lane, siguen ahí, en el horizonte, tan exiguas que es difícil recordarlas de un mes para otro y sin que lleguen a importar verdaderamente a nadie, pero son lo más parecido a una continuidad en esta serie, donde el argumento sigue reducido a una anécdota.

En cuanto al dibujo, no se puede negar que Ed Benes es un gran dibujante si bien, en este episodio parece empeñado en convencernos de lo contrario, con un entintado (propio según parece) que duele a la vista y una parquedad en los rostros de plano conjunto que roza lo insultante. El dibujo funciona en las escenas de acción y sus figuras siguen siendo sólidas y contundentes, pero tanto el entintado como el color le dan al cuaderno un acabado irregular que da una apabullante sensación de apresuramiento. Con todo, el apartado gráfico sigue siendo con mucho lo mejor de esta serie.

Por tanto, un episodio más de la andadura de Scott Lobdell en Superman donde retoma todas las características de su etapa, lo que probablemente guste a sus seguidores (sorprendentemente los tiene) pero que deja a esta serie del Hombre de Acero muy por debajo de la mayoría de títulos que se pueden disfrutar en el mercado actual.

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