RESEÑA DE SMALLVILLE: ALIEN #8

SMALLVILLE: ALIEN

PARTE 8/12, 7/02/2014) 

Guión: Bryan Q. Miller

Dibujo: Edgar Salazar y Dym (portada Cat Staggs)

Reseña de Javier Olivares Tolosa

Mientras Lois y Barbara caminan por la lluviosa Gotham charlando de sus cosas como dos amigas normales, son atacadas por una banda de ladrones a los que dan una soberana paliza sin despeinarse. Después de reducirlos, encuentran lo que andaban buscando: el rastro del hombre vestido de Superman que apareció muerto y al que se refieren como "Dave". Hallan un agujero en el suelo y pisadas que salen de él, y Lois dice que le resulta familiar en el mal sentido.

Mientras, en Rusia, el abnegado y fiel Otis no deja de preocuparse por su jefe Luthor, algo que llama la atención de los soldados que le preguntan por su vida antes de trabajar para Lex, a lo que el ayudante responde con misteriosas evasivas.

Por su parte, Lex y Clark exploran la nave espacial del Monitor. Lex le cuenta a su compañero de aventura que la lluvia de meteoritos que provocó el accidente del Karolyev (recordar la saga Guardián) fueron los restos de una Tierra paralela, y que eso sugiere la existencia de otras. De hecho, los dos se topan con una cámara en la nave en la que hay un gigantesco tubo que contiene los planetas Tierra que ya no existen.

Pero antes de poder reaccionar ante la increíble visión, el Monitor aparece y les dice que su mundo ya ha sobrepasado con creces su vida útil, y que ellos dos no vivirán para ver su final...

CRÍTICA

De las 22 páginas de este número, las primeras 15 me ha parecido que no aportan prácticamente nada. Lois y Nightwing encuentran de dónde salió el "Clark muerto"; Otis preocupado cual plañidera por su jefe, alimentando esa extraña impresión de que al ayudante de Luthor le gustaría ser "algo más que empleado" de su queridísimo Lex (en serio, ¿soy el único al que la relación Lex-Otis le parece cada vez más ambigua y encaminada a un "Brokeback Lexcorp"?). Y cuando por fin llegamos al interior de la nave con Lex y Clark, enseguida aparece el Monitor y termina todo con un nuevo cliffhanger.

Supongo que lo más interesante del cómic es el "tubo de tierras", que para los seguidores clásicos de DC les habrá recordado a esas viejas crisis y, al menos, arranca un agradable sentimiento de nostalgia decera. Bueno, y no negaré que tengo curiosidad por saber cuál es esa vida pasada de la que Otis reniega a hablar. Quizá es que antes se llamaba Otissa y entonces estaría todo explicado, porque de lo contrario no entiendo al personaje... ni sé si quiero entenderlo. 

Buen dibujo, mejor que el de la semana pasada, con buena expresión corporal de los personajes, algunos fondos más trabajados (si bien otras viñetas siguen adoleciendo de la característica carencia de fondos de estos últimos números que tan bien trata de suplir el colorista), y algunas expresiones faciales bastante buenas. En general el dibujo es correcto, hasta bueno en algunos momentos, ya que técnicamente no hay nada que reprocharle, pero no llego a conectar con él como con el de otros autores. No le veo alma, solo una ejecución correcta, y hoy en día eso para mí no es suficiente.

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