RESEÑA DE SUPERBOY #25

SUPERBOY #25 (Enero 2014)

Guión: Scott Lobdell (argumento), Justin Jordan y Michael Alan Nelson (Dialogos)

Dibujo: Ed Benes

Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Poco antes de la destrucción del planeta y sobre los cielos de Argo City, Superboy y Kara Zor-El deben enfrentarse al Erradicador, una encarnación de la entropía que pretende asegurarse de que la joven no sobreviva al final del planeta.

Cientos de años antes, en el valle de Wartros, la versión contemporánea de Kara debe enfrentarse a una docena de salvajes clones mientras sus poderes se desvanecen rápidamente bajo los efectos del sol rojo. El entrenamiento militar que su tía Lara le impuso le será ahora de gran utilidad para salir airosa de la difícil situación. 

Y precisamente es Lara quien, siglos en el futuro, encuentra a Superman en la torre de la Casa de El teniendo con él una breve escaramuza e ignorando que se está enfrentando a su propio hijo.

Los tres héroes con mayor o menor dificultad consiguen vencer los retos que cada periodo temporal les presenta, pero parece que todo va a complicarse cuando el mismísimo H'El entra en escena para pedirle cuentas a Kara.

CRÍTICA

Como era de prever, escasa enjundia para este segundo capítulo de “Krypton Returns” donde la ¿trama? planeada por Scott Lobdell se entretiene en distintas escenas de acción brillantemente narradas y dibujadas por Ed Benes pero que apenas aportan desarrollo a la historia.

La parte gráfica es de lejos lo mejor de este cuaderno, donde el dibujante se luce en todas sus facetas consiguiendo, por ejemplo, una Supergirl impresionante en cada una de sus apariciones.

Menos logrado está el aspecto del nuevo villano: El Erradicador, que a diferencia del personaje (y el artefacto) de los noventa pretende cepillarse todo lo que tenga visos de sobrevivir a Krypton. Su apariencia es un cruce entre un extra de “The Walking Dead” trufado de esteroides y un árbol de navidad de escaso presupuesto, pero pese a su escasa originalidad y amenaza me temo que no será la última vez que lo veamos.

Lo que también habrá que ver es si esta saga remonta en los dos capítulos siguientes hasta un nivel mínimamente aceptable. Visto lo visto, es difícil que el asunto dé para algo más que un cómic de consumo rápido y olvido fácil, pero con Lobdell y sus amigos al frente de este circo, ese podría ser el mejor resultado posible.

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