RESEÑA DE INJUSTICE: GODS AMONG US #17

INJUSTICE: GODS AMONG US #17

Guión: Tom Taylor

Dibujo: David Yardin, Le Beau Underwood, Jonas Trindade

Reseña de Javier Olivares Tolosa

Acompañamos a Selina Kyle (Catwoman) en una noche de "trabajo". Va a robar dinero y joyas de la caja fuerte de un empresario corrupto que ha dejado sin empleo a muchísima gente. Mientras lo hace, Catwoman va pensando en la situación del mundo: ahora la gente de la calle se considera con derecho a matar a los criminales, aunque en muchas ocasiones no sean más que pobres desgraciados que se ven empujados a robar por culpa de los auténticos ladrones: banqueros, empresarios y dirigentes corruptos. Esa misma noche se ha encontrado con uno de esos casos: Joey Guiton, un ladrón de poca monta, una buena persona al fin y al cabo, asesinado por la gente que ahora está inspirada por la acción de Superman de matar al Joker. Selina decide robar al empresario y darle parte del botín a la familia de Joey.

Mientras Selina abre la caja fuerte, Superman aparece detrás de ella. Catwoman aprovecha que el empresario se despierta y aparece empuñando una pistola para escapar por la ventana, pero Superman la atrapa al vuelo sin dificultad. Pero Selina iba preparada, y uno de sus pendientes de esmeraldas no es una esmeralda... sino una diminuta gema de kryptonita robada a Batman. Superman se marea y pierde el equilibrio y Catwoman aprovecha para escabullirse a las alcantarillas esperando que el revestimiento de plomo de las tuberías evite que Superman la encuentre.

Pero Superman sí que la encuentra fácilmente. Con un fino rayo de visión calorífica calienta el pendiente y Selina se lo tiene que quitar. Superman le dice que no quería asustarla y solo viene a hablar, y le informa de la muerte de Nightwing y de que Batman va a necesitar a alguien con quien hablar. Selina le reprocha que por qué no es él, ya que son los mejores amigos, pero Clark dice que han pasado demasiadas cosas. Catwoman le echa una buena bronca a Superman por no ser capaz de hablar con su amigo, y también le dice que deje de detener criminales y dedique un poco de tiempo a actuar contra los que realmente gobiernan el mundo en las sombras.

Después de esto, Selina va a la mansión Wayne. Encuentra a Alfred borracho en un sillón, totalmente destrozado. En la cueva, Batman está golpeando un saco hasta quedarse sin carne en los nudillos. Selina lo para y le dice que esta noche no sea Batman, que no lleve la máscara y que se se deje derrumbar, que ella estará allí. Bruce cae de rodillas en los brazos de Selina.

CRÍTICA

Tras la muerte de Nightwing en el número anterior (cargado de acción y violencia), esta semana es un capítulo más intimista centrado en las consecuencias de esa muerte. Catwoman se alza aquí como narradora y como un personaje con mucho trasfondo social, casi como una especie de Robin Hood. La historia deja momentos muy dramáticos, como esa conversación entre Superman y Selina (vemos a Superman realmente preocupado por el bienestar del que antes era su amigo), o la narración de Selina de cómo la gente se está alzando en verdugos contra los criminales de poca monta después del asesinato de Joker a manos de Superman. Vemos que el problema no es solo que Superman haya perdido el rumbo, sino que pese a todo continúa inspirando a la gente aunque, en este caso, para hacer el mal. Seguro que no era la intención de Kal-El, pero... se le ha ido de las manos totalmente. 

Por otro lado, la entrada de Selina en la mansión Wayne y el cómo encuentra a Alfred y Bruce completamente rotos, es tremenda. Pocas veces se ve a Batman derrumbarse como un niño, y la verdad es que la escena es dramática, dura y muy triste. 

En cuanto al dibujo, Selina/Catwoman está muy bien dibujada. En general es un buen dibujo, aunque hay un par de viñetas espantosas, en especial una de Batman con los dientes fuera como un caballo relinchando. Pero a grandes rasgos, un buen dibujo. 

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