30º SALÓN INTERNACIONAL DEL CÓMIC DE BARCELONA

Un año más, el Salón Internacional de Barcelona anunciaba a bombo y platillo la excelencia de una nueva edición (la trigésima ya de su existencia) que, supuestamente, era la más grande de todas las realizadas hasta el momento. Más stands, más autores invitados, más previsión de asistencia (según el informa oficial, ha cerrado hoy con un total de 108.000 visitantes), más concursos, cosplay…

Y más de lo mismo, vaya.

¿Quién soy yo para criticar un evento tan reconocido como el Salón? Pero sinceramente, en todas las ediciones que he ido (que ya no sé si son 4 o 5), solo me sorprendió la primera vez, y porque no lo había visto nunca. El resto de años me ha parecido que el Salón tiene poco de internacional, ya que, aunque sus invitados sí lo sean, sus stands son todos patrios. Poco puede encontrar un coleccionista en el Salón que no pueda comprarse por Internet. Yo mismo iba con la intención de comprarme un par de las últimas figuritas de acción de Superman que aún no tengo (nada extravagante, os lo aseguro: figuras de acción de DC Direct de las más comunes y recientes), y no pude encontrarlas en ninguno de sus stands. En cualquier otra tienda de Barcelona las hubiera encontrado sin ninguna duda.

Javier Olivares (yo, a la izquierda) y Juan Carlos Hernández en la cola para la entrada del Salón.

La temática principal de este año eran los robots, con un par de exposiciones (una de Mazinger Z) e incluso un brazo mecánico gigante que dibujaba. Pero exposiciones y concursos aparte, el objetivo de un certamen de esta índole siempre suele ser el de crear un punto de encuentro de compra-venta para coleccionistas y comerciantes. Y otro año más, me ha dado la sensación de que todos los stands tenían lo mismo. Las novedades editoriales están en todas partes, y es raro que puedas encontrar un cómic antiguo en concreto. Y no me refiero a cómics carísimos de los que solo se venden en subastas. Mi amigo Juan Carlos Hernández, con quien visité el Salón, tenía la intención de comprarse el Elseworlds Superman: Kal (de 1995), pero no pudimos encontrarlo en ningún sitio.

De lo más interesante del Salón era esta pequeña exposición con unos cuantos originales de The New 52. Aquí os dejo alguna foto de los originales del Action Comics #1 (de Rags Morales) y el Superman #1 (de George Pérez y Jesús Merino). Siempre me ha gustado ver estas páginas artesanales en las que vemos el trazo del lápiz y el entintado antes de pasar por el coloreado (normalmente digital).

De entre todos los stands, una vez más hay que destacar el de la editorial distribuidora de DC Comics. Si en años anteriores era Planeta, este año ha sido el turno de ECC Ediciones de lucirse con un stand quizá no tan enorme, pero sí muy resultón, con un diorama a tamaño natural de la nueva Justice League y una sección de tienda de las más completas del Salón. Como invitados contaron con dibujantes como Rags Morales (Action Comics) y Greg Capullo (Detective Comics), a quienes se unió por sorpresa Jesús Merino (Superman).

Rags Morales y Jesús Merino durante la sesión de firmas y dibujos.

El stand de la Escola Joso también nos resultó interesante por una conferencia que dio Pere Pérez, el dibujante de la actual serie de cómic de Smallville Season 11, en la que explicó el proceso creativo de las páginas (que debe dibujar de una forma específica para que puedan partirse en dos para el formato digital), o de los cameos que siempre mete en sus dibujos. Por ejemplo, ya os puedo anticipar que humorista andaluz siempre presente en su obra, Chiquito de la Calzada (como me comentó en la entrevista que le hice poco antes del lanzamiento del nuevo cómic de Smallville), también tendrá una intervención en Smallville Season 11… haciendo de médico forense. Estaremos atentos.

El estupendo diorama de los héroes de la Justice League que presidía el stand de ECC. Para llevárselo a casa, ¿no os parece?

Pero pese a todo, mi impresión sobre el Salón es la misma de siempre: que si vives en una gran ciudad con buenas tiendas de cómics, no es más que una curiosidad, un lugar donde encontrarte con amigos que haga tiempo que no veas o para intentar conseguir, si lo deseas, una firma o dibujo de algún autor que te guste (previa laaaaarga cola, por supuesto). Lo que yo me llevo, un año más, es el recuerdo de haber pasado un día estupendo con Juan Carlos y su familia, con Mariano Bayona, y con haber conocido en persona a Pablo Dale (Dev-Em, de Terapia Mutante), a algunos de mis compañeros y jefes de ECC Ediciones, y de haber visto a otros amigos que hacía tiempo que no veía, como Leonardo Paciarotti. Para eso me sirve a mí el Salón. Para todo lo demás, a mí, a estas alturas, ya no me impresiona.

Juan Carlos, yo, y Pablo Dale. Abajo, Juan Carlos y yo con la Justice League. 

Puedes comentar esta noticia en el Foro de Superman en español.