RESEÑA DE SUPERMAN #31

SUPERMAN #31 (Julio 2014)

INFECTADO (PARTE 4)

Guión: Scott Lobdell

Dibujo: Ed Benes y Jack Herbert

Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Los mejores científicos del mundo intentan desesperadamente encontrar una cura para la infección que está transformando a Superman lentamente en el monstruo conocido como Doomsday. Sin embargo, todos estos esfuerzos están de momento siendo infructuosos y ninguno de ellos sabe cómo afrontar el problema.

En medio de esta crisis, Lois Lane, a petición del propio Superman, acude para entrevistarse con el maltrecho Hombre de Acero. El héroe de Krypton le pide a la periodista que avise al mundo de que ya no se puede confiar en él y que esto seguirá siendo así mientras su patología no tenga mejoría. Lo que Superman no sabe es que Lois sigue poseída por Brainiac, quien sigue representando una amenaza latente para el planeta y que provoca en él una visión de los Nuevos Titanes enfrentándose a una amenaza imparable. Decidido a salvar a los Titanes, Superman huye de la prisión y acaba expeditivamente con Constructo, el villano al que se enfrentaban los héroes juveniles… El problema es que él mismo puede resultar mucho más peligroso que ninguna amenaza a la vista.

CRÍTICA

Si preguntáramos a alguno de sus colegas guionistas en esta saga, y tuvieran la oportunidad de ser sinceros, posiblemente nos dirían que Scott Lobdell es como ese inútil compañero de trabajo que a todos nos toca alguna vez, y que no solo no cumple con lo suyo sino que encima complica la vida a los demás. Es la sensación que transmite el cómic que acabamos de leer. Si hasta ahora, la saga “Doomed” había funcionado sorprendentemente bien, encajando las distintas series de Superman con una coherencia inusitada y parcheando algunos de los problemas argumentales que habían surgido en las historias previas de cada una, el episodio que nos ocupa es el más irrelevante de todos los que llevamos hasta ahora. No solo lo que ocurre aquí no aporta nada al argumento de la trama (típico ya de esta cabecera en tiempos de Lobdell) sino que además introduce elementos que no vienen a cuento, como la cansina posesión de Lois por parte de Brainiac o a los Nuevos Titanes (sí, Scott, también te han cancelado esa serie… supéralo). Elementos con los que lleva mareando la perdiz un montón de episodios antes de llegar aquí, y siempre sin llegar a nada relevante. Ahora ha encasquetado sus chapuzas a esta saga y al resto de su equipo de guionistas. Veremos qué ocurre. Como esta saga va a ser más larga que un día sin pan y tendremos Doomsday hasta casi septiembre, pues igual alguno de los otros argumentistas le enmienda la plana y da con la solución para el asunto de Brainiac, que ya huele, y todo acaba por tener medio sentido y todo. El tiempo lo dirá. Lo único que está claro es que si eso ocurre, no será gracias a las aportaciones de Lobdell.

El dibujo vuelve a ser una mezcolanza de artistas que echan una mano para que el bueno de Ed Benes pueda terminar a tiempo. Este señor, aparte de dibujar señoras estupendas, sigue siendo un dibujante mucho mejor de lo que los guiones de esta serie han merecido, lo que también podría aplicarse al resto de sus compañeros en este cuaderno. Pese a la falta de un aspecto gráfico unificado, el dibujo pasa con nota donde el guión se queda en un nuevo suspenso.

Y se acabó lo que se daba. Por lo que respecta a esta cabecera adiós a “Doomed” y, mucho mejor, adiós a Lobdell. Él mes que viene nos encontraremos con una serie muy distinta en estas páginas bajo la batuta de Geoff Johns y del tránsfuga de John Romita Jr. A estos se la trae al pairo Doomsday y van a escribir su serie sin preocuparse de que todas las demás estén ocupadas con el temita de la infestación doomsdayera. Y es que para eso llega uno a ser Geoff Johns, para hacer lo que te venga en gana incluso en este desaguisado artístico que es hoy en día DC Comics.

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