ARROW T2: DE VIGILANTE A SUPERHÉROE EN UNA TEMPORADA CARGADA DE GUIÑOS A DC

A nadie se le escapa que hoy en día los superhéroes están de moda en todos los medios, solo hay que ver que hoy por hoy, las películas más taquilleras de este año 2014 son películas de superhéroes. Y tampoco se puede negar que en el cine, Marvel es la que lleva hoy en día la voz cantante, sobre todo por su gran planificación. En cambio, en el universo televisivo, DC siempre ha estado en cabeza (y por qué no decirlo, Superman ha sido el mayor exponente seriéfilo) y, en la actualidad, Arrow es el mayor exponente del mundo superheroico en la pequeña pantalla.

El aficionado al cómic suele ser muy exigente a la hora de ver adaptaciones de sus héroes a imagen real; se busca fidelidad, originalidad, emoción y referencias. Y en esta segunda temporada de Arrow podemos ver reflejadas muchas de estas características. Y después de esta pequeña introducción, pongámonos a desgranar esta segunda temporada.

Esta temporada se podría definir como la transformación de Oliver Queen de ser un vigilante enmascarado embarcado en una Vendetta personal a convertirse en el héroe que Starling City necesita. Este reflejo se observa muy bien en la relación que tiene con el detective Lance, pasando de ser éste su mayor perseguidor, a convertirse en uno de sus mayores aliados.

Y es que uno de los puntos fuertes de Arrow está en la química que tiene Oliver Queen con su equipo de colaboradores, Diggle y Felicity. Los tres hacen un equipo indisoluble, y sustentan al héroe en los momentos más difíciles, y son los grandes culpables de su transformación en héroe. Además contamos con la incorporación de Roy Harper al  Team Arrow y que poco a poco irá asumiendo el rol clásico de su contrapartida del cómic, y la aparición de Canario Negro, cuya identidad es la primera gran sorpresa de la trama, y personaje clave en el universo de Green Arrow en las viñetas, y que será importante tanto para las tramas superheroicas como en las tramas personales.

Y en las tramas personales, quizá es donde nos encontramos la mayor cruz de la serie, su aspecto de culebrón marca de la CW. Y aquí Thea Queen y Laurel Lance se llevan la peor parte, y es que las tramas que las envuelven son dignas de cualquier serie teen estilo Melrose Place o Sensación de Vivir. Laurel está para abofetearla en todo momento y su trama alcohólica me pareció tediosa. Por otra parte, quizás el comportamiento de Thea sea mucho más comprensible por todo lo que le ocurre y las grandes revelaciones que experimenta (muy telenovelescas) y posiblemente puedan sorprendernos con algo bueno para la siguiente temporada. 

Por supuesto, como toda serie americana que se precie, tenemos tramas judiciales y políticas (cómo gustan las campañas electorales al otro lado del charco) vinculadas con Moira Queen (la madre de Oliver) y Sebastian Blood, uno de los villanos de esta temporada.

Otro punto negativo lo encontramos en la estructura de los capítulos, ya que la narración doble entre el presente y el pasado en la isla desierta (que, parafraseando a un amigo, parece que hay una parada de metro en la isla, porque de desierta tiene solo el nombre) rompe muchas veces el ritmo del capítulo, aunque hay que decir que ambas tramas están mucho más conectadas que en la temporada anterior.

La principal mejora de esta temporada, en comparación con la anterior, es el cambio de ser una serie estilo Freak of the Week a tener una trama algo más serializada, y donde las diferentes subtramas que se van abriendo, aunque en un principio parezcan inconexas, poco a poco se van entrelazando. Y detrás de esta trama, moviendo los hilos, tenemos otro de los grandes aciertos de esta serie, Deathstroke. Siempre se ha dicho que un héroe es solo tan grande como grandes sean su villanos, y Slade Wilson, interpretado de manera muy correcta por Manu Bennet, es un rival que está a la altura de las expectativas. Un Deathstroke desatado, inteligente, manipulador y con solo un objetivo: destruir el alma de Oliver Queen y después, matarle… ¿Os suena una películita llamada The Dark Knight Rises? ¿He oído el nombre de Bane por ahí? La sombra de Nolan es alargada… pero ¿qué más da?

Además, dejamos de lado el aspecto algo más realista, para adentrarnos en un terreno algo más comiquero, introduciendo un elemento como es el Mirakuru, una suerte de Suero de Supersoldado, que abre un gran abanico de posibilidades para poder ver en un futuro personajes de DC con superpoderes.

Y hablando de personajes DC con superpoderes, uno de los grandes alicientes de esta temporada era el poder ver a Barry Allen de nuevo en la pequeña pantalla, y en los dos capítulos que aparece el futuro velocista escarlata podemos ver el carisma que tiene y que vaticino que será uno de los puntos fuertes de la serie que protagonizará. Además es en esta serie donde podemos ver “el accidente” que dotará a Barry de superpoderes, muy fiel a los cómics pero dando una vuelta de tuerca para dotar de verosimilitud este evento.

Otros personajes del Universo DC que podemos ver en pantalla son Amanda Waller, que parece ser que en la próxima temporada cobrará más importancia, el Escuadrón Suicida u otros villanos más o menos conocidos del universo de Green Arrow o del universo DC en general, como el Rey Reloj, el Doctor Ivo o la Liga de los Asesinos. 

Como he dicho en la introducción, a los comiqueros nos encantan las referencias (en el universo cinematográfico de Marvel tenemos el mayor exponente, y en menor medida en El Hombre de Acero) y esta serie está repleta de ellas, Algunas muy claras, como la mención a Ra’s Al Ghul, incluso con la aparición de la guapísima Katrina Law como Nyssa Al Ghul, o el cameo de Harley Quinn; otras más disimuladas como la referencia a Blue Devil o Ferris Airways; y otras muy tontas, pero que te sacan una sonrisa, como son la aparición de las letras DC y el número 52 en todas partes, por ejemplo la placa del detective Lance es “Delta Charlie 52”.

En el apartado técnico tenemos también una de cal y otra de arena. Podemos ver una gran cantidad de coreografías de pelea espectaculares, los actores no serán los mejores dotados interpretativamente pero son unos grandes especialistas y eso le da mucha consistencia a las escenas de acción. Y otro aspecto positivo es el diseño de producción, el uniforme de Deathstroke es espectacular y muy similar al visto en el juego Injustice o en los nuevos 52, o la máscara de Sebastian Blood. En contra y de lo que la mayoría de series de la CW adolece es la poca cantidad de escenarios, parece que siempre están en los mismos sitios, o la proliferación de planos cerrados y largas conversaciones repetitivas. 

Para concluir, Arrow quizás no es la mejor serie del momento, no pretende jugar en las mismas ligas que Breaking Bad o True Detective, tiene demasiado culebrón y los actores no ganarán nunca un Oscar, pero no te vas a aburrir viéndola, es entretenimiento puro, grandes sorpresas, muertes inesperadas, cliffhangers que te dejan totalmente descuadrado y un tramo final con un ritmo vertiginoso. Una serie imprescindible para cualquier fan de los superhéroes y si eres conocedor de DC, disfrutarás con todos los guiños.

Un artículo de Pako Garrido para www.supermanjaviolivares.net

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