sábado, 28 de junio de 2014

RESEÑA DE SUPERBOY #32

SUPERBOY #32 ( Agosto 2014)

Guión: Aaron Kuder
Dibujo: Jorge Jiménez
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Tras derrotar al Parásito, Superboy confiesa a sus nuevos amigos de Laboratorios STAR que está en contacto con su otro yo. Un Superboy distinto que Harvest trajo aquí para quizá encontrar una cura a la plaga que les está matando y que no está seguro si es el clon al que reemplazó u otro distinto.

Para ello se dirige a las instalaciones de NOWHERE en Alaska, donde la misteriosa organización aun conserva algunos de sus efectivos. Así, al encuentro de la expedición y con intenciones muy poco amistosas aparecen Rose Wilson, Hammersmith y Leash dispuestos a detener a los intrusos. Aunque no son rival para Superboy, Rose consigue herir al muchacho en uno de sus ojos. El joven venido del futuro decide entonces abandonar a sus amigos y continuar explorando por si solo. Así, llega a lo más profundo de la remota instalación donde su otro yo le está esperando. Se trata de una versión de si mismo traída al presente antes de su encuentro con Kon.


La voz en su cabeza le pide que le libere, que en ellos está la clave para su curación, pero cuando entran en contacto algo ocurre. Una anomalía temporal se desencadena y donde había dos, ahora hay decenas de Superboys procedentes de distintas realidades paralelas.


CRÍTICA

La nueva etapa de esta serie bajo el timón de Aaron Kuder y el arte de Jorge Jiménez tiene muy poco que ver con lo que había sido la serie hasta su llegada, reflotándola y dándole un brío que no había tenido desde sus más titubeantes inicios.

Es loable por tanto, que pese a marcar claramente una nueva etapa, Kuder no se olvide de uno de los grandes cabos sueltos que la serie había dejado a lo largo de su andadura; esto es el “otro” Superboy que descubrimos que Harvest tenía en estasis allá por el número 18. Por arte de birlibirloque parecía que aquel Superboy había vuelto al futuro (a saber cómo o cuando) y había sustituido a Kon en el Teen Titans Annual 2 convirtiéndose en este Superboy que ahora seguimos. Ahora sabemos que no, y Aaron Kuder está dispuesto a tirar de ese hilo llevándonos, a tenor de lo que muestra el final del número que nos ocupa, a territorios francamente interesantes.

Superboy es una serie difícil, con un protagonista desarraigado, salido de un laboratorio, con un entorno y unos escenarios extrañísimos y difícilmente comprensibles. Con estos mimbres difícilmente se puede tejer algo mejor que lo que nos está dando esta serie actualmente, hasta el punto de que es una verdadera lástima su inminente cancelación ya que de seguir así, Kuder conseguiría lo que parecía imposible: hacer esta serie interesante y este personaje digno del aprecio de los fans.

No menos radical y brillante ha sido la transformación gráfica que ha experimentado esta colección. El arte de Jorge Jimenez hace que los guiones de Kuder brillen a su máximo esplendor, dándonos viñetas llenas de expresividad y buena narrativa. El español es sin duda el mejor dibujante de la serie desde los tiempos de R.B. Silva, y tampoco a aquel tiene nada que envidiarle. Si este equipo hubiera cogido la serie en el número 10 y no en el 30, hubiéramos visto una serie muy distinta y difícilmente hubiera llegado a cancelarse como ha ocurrido ahora. Lamentablemente, eso solo habrá ocurrido en alguna de esas realidades paralelas que aparecen en el cómic.

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1 comentario:

  1. serie que va mejorando con cada nuemero,lo que sique sin gustarme es el traje de superboy me parece mucho mejor el traje del superboy original que esta en estasis

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