miércoles, 11 de junio de 2014

RESEÑA DE ACTION COMICS #31

ACTION COMICS #31 (Julio 2014)

INFECTADO (PARTE 1)

Guión: Greg Pak
Dibujo: Aaron Kuder, Rafa Sandoval, Cameron Stewart
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Tras su batalla con Doomsday, Superman es recogido por la Liga de la Justicia magullado y cubierto por un extraño polvo generado por Doomsday. Luthor, ahora parte de la Liga y agregado del gobierno, quiere ponerlo en cuarentena y estudiarlo pero Superman, que se ve poseído por fuertes impulsos agresivos, escapa con el consentimiento de Wonder Woman y Batman que deciden investigar el estado de su amigo por su cuenta y al margen de los estamentos oficiales.

Superman se refugia en un paramo de Alaska, donde se recupera lentamente vigilado por Krypto. La aparición de unos cazadores furtivos desencadena en él una furia inusitada que le hace destruir el helicóptero en el que viajan los forajidos con total descontrol.


En sus laboratorios de Virginia, Acero se recupera de su pelea con Doomsday, para lo que se recubre de un nuevo acero orgánico que impedirá su degeneración celular. Allí recibe la visita del ahora senador Sam Lane quien le conmina a encerrar a Superman en sus instalaciones, algo con lo que el ingeniero no está ni mucho menos de acuerdo. Por su lado, la degeneración de Superman parece seguir imparable. Ni la fortaleza de la soledad, ni Krypto, reconocen ya su patrón de ADN, pero Clark está convencido de que puede mantener el control apelando a su lado más humano, lo que le lleva de vuelta a Metrópolis, una ciudad que quizá ahora no esté preparada para alguien como él.

CRÍTICA

Mira tú por dónde, esta historia que se preveía otro descalabro argumental de los que la casa nos tiene acostumbrados, está resultando ser una lectura la mar de entretenida. Bien es cierto que un Doomsday que se convierte en… ¿niebla? ¿polvo? ¿partículas?, para ser inhalado por Superman y que éste se transforme en el monstruito en cuestión, pues no invita a la coherencia o al sentido común, pero hasta ahora la trama a base de ritmo y acción, además de una coherencia entre las distintas series inusitada en nuestros días, ha hecho que comulguemos con ruedas de molino y nos tengan la mar de interesados. Veremos cómo sigue el invento que de momento, como entretenimiento sin pretensiones funciona de maravilla.

El apartado gráfico es un popurrí de artistas que nos lleva a una sola pregunta: ¿Por qué Rafa Sandoval no es el artista fijo de esta o cualquier otra serie de Superman? Sus dibujos se comen con patatas a los de Aaron Kuder y superan en expresividad a los de Cameron Stewart, que para ser justos tampoco están nada mal. Con tanta mezcla de estilos dispares, el cómic da la sensación de ser un producto de mercado, con fechas de entrega que cumplir mucho más que la labor trabajada de uno o varios artistas. Y es que no vamos a descubrir a estas alturas que esto no es sino cómic comercial, que necesita de rapidez en las entregas antes que personalidad artística, pero tampoco hace falta que nos lo recuerden a cada viñeta.

Con todo, episodio cumplidor de esta saga que está resultando una grata sorpresa. No es una saga épica que pasará a la posteridad pero ha mejorado lo que hasta ahora encontrábamos en las series mensuales del personaje y le ha dotado de una coherencia de la que hasta ahora adolecía. No está nada mal para empezar, ¿no?

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