RESEÑA DE SUPERMAN: LOIS LANE #1 (ONE SHOT)

SUPERMAN: LOIS LANE #1

"NOSTALGIA"

Guión: Marguerette Bennett

Dibujo: Emanuela Lupacchino, Meghan Hetrick, Ig Guara, Diogenes Neves

Entintado: Guillermo Datego, Hetrick, Ruy Jose y Marc Deering

Portada: Kenneth Rocafort

Reseña de Javier Olivares

RESUMEN

Lois Lane recuerda su infancia en una base militar de Alemania, cuando jugaba con su hermana pequeña Lucy y un helicóptero se estrelló en su patio. Mientras, al otro lado de la ciudad, unos hombres irrumpen a la fuerza en el apartamento de Lucy y de Amanda, "una amiga", a la que secuestran. Lucy consigue escapar y llega a casa de su hermana Lois, desmayándose en sus brazos. 

Vamos viendo flashbacks de la infancia de Lois y Lucy, siempre juntas y siempre de base militar en base militar por todo el mundo, acompañando a su padre el General Lane y a su madre Ella, que estaba muy enferma pero jamás perdía la sonrisa. En off, la voz de Lois va narrando que ella tuvo que hacerse cargo de criar a Lucy cuando su madre murió, y que evidentemente no estuvo a la altura como "madre". En el presente, Lucy le explica lo que ha pasado y que esos hombres se han llevado a su "compañera de piso" Amanda (que evidentemente es su pareja pero ella parece algo reticente a decirlo), que por lo visto se había estado medicando con una droga experimental cuyos efectos secundarios eran transformar a Amanda en un monstruo. Lois se compromete a investigar lo que está ocurriendo.

Así, echando mano de sus contactos como reportera, Lois va desentrañando el misterio y consigue algunos nombres, llegando a la conclusión que los secuestradores no eran distribuidores de drogas, sino que andaban persiguiendo a esa droga en concreto. En los barrios bajos, Lois contacta con un camello para comprarle la droga de la que todos hablan, pero en ese momento los mismos hombres que se llevaron a Amanda descienden de un helicóptero y se llevan a los drogadictos y a Lois con ellos. Pero los supuestos secuestradores resultan no ser tal cosa, sino parte de una organización del gobierno que encontró hace años un hongo extraterrestre con el que investigaron con fines médicos, pero que tras un robo en el laboratorio terminó convertido en droga y campando por las calles. Ahora, estas personas intentan atrapar a todos los adictos para desintoxicarlos y enmendar su error. Aprovechando la confusión, Lois se escapa de donde la tienen encerrada y busca a Amanda, encontrándola en una celda. Las dos emprenden una huida del complejo mientras los agentes luchan contra los adictos transformados en monstruos (sin herirlos), hasta que consiguen escapar a lomos de un enorme monstruo volador que les ayuda y del que Amanda dice que es Simon, el gato de Lucy y ella.

Cuando llegan al apartamento de Lois, la reportera recibe una llamada del agente de la organización que le promete que los demás adictos serán desintoxicados y liberados. Lois está dispuesta a contar la historia, pero en ese momento el monstruo alado que las ha traído a casa vuelve a recuperar su forma original y resulta ser... Lucy. Lois comprende que era su hermana a quien estaban buscando, ella era la adicta y no Amanda. Lucy tiene un grave problema y cae en brazos de su hermana llorando. Lois le promete que no la dejará y que la ayudará a limpiarse.

CRÍTICA

Aquellos lejanos tiempos de la Edad de Plata en la que Lois Lane tenía su colección propia cargada de historias rocambolescas y con un punto feminista, pasaron ya a mejor vida hace bastante tiempo. ¿Por qué recuperarlos ahora en un one shot si no es con una buena razón? Pues bien, no he encontrado esa razón en este cómic, que tiene puntos muy buenos, sí, pero cuya mera razón de existir se me antoja un misterio. ¿Aporta algo a la continuidad del universo de Superman de los New 52? Hombre, pues si contamos el que la hermana de Lois es un monstruo yonki mutante a causa de una droga que ni Heisenberg tendría narices a sintetizar, sí, el cómic aporta tramas futuras. Pero poco más. Nada de lo que nos cuentan en estas 40 páginas tiene un auténtico valor para comprender mejor al personaje de Lois Lane o para darle un mayor contexto o profundidad en el futuro.

Lo que sí me ha gustado, y de hecho es a lo que le habría dedicado el cómic entero, es la historia de la infancia de Lois y Lucy y ese trasfondo de su madre enferma. Es la parte más humana de la historia y a la que menos espacio se dedica, cuando en mi opinión es la que albergaba más potencial. Siempre se ha sabido que Lois era una "mocosa del ejército", como suelen llamar a los niños que se crían en bases militares por el trabajo de sus padres. Y en este cómic en el que han tenido la oportunidad de explorar ese pasado de Lois, quizá incluso relacionarlo de alguna manera con la llegada de la nave de Superman o de algún villano (por inventar, que no quede), además de desarrollar ese drama de la muerte de la madre y sus consecuencias para Sam Lane y sus hijas (más allá de que de mayor Lucy sea adicta a la extraña droga de la que se habla), se ha pasado de puntillas por todo. Parecía más importante cubrir la cuota de las minorías (dicho con todo respeto) e insinuar claramente la homosexualidad de Lucy Lane y centrarse en su adicción a esa inverosímil droga. En cierto modo el argumento me ha recordado muy vagamente a la historia de Corazones Perdidos, salvo que aquélla era profunda y bien desarrollada y en ésta todo ha ido demasiado apresurado.

Artísticamente, tantos dibujantes siempre suelen hacer que el trabajo no dé una sensación homogénea, pero en este caso se sale airoso de la empresa. El dibujo, con sus diferencias según el artista, es bueno en líneas generales e incluso muy bueno en momentos puntuales, sobre todo en las secuencias de flashback de la infancia de Lois y Lucy, que me han encantado. 

En fin, ¿era necesario este cómic o aporta algo que nos vaya a ser imprescindible? No. Pero ¿es un mal cómic? Pues tampoco. Habrá que quedarse con eso, con que es un buen cómic que, si no existiera, pues tampoco pasaría absolutamente nada.

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