"DAREDEVIL" (O CUANDO LO BUENO ES BUENO SIN IMPORTAR DE DÓNDE VENGA)

Siempre tendemos a pensar que nos conocemos a nosotros mismos como la palma de nuestra mano, y que nuestras preferencias se hayan encerradas y a salvo en una especie de urna acorazada custodiada por la razón. Y realmente dirigimos gran parte de nuestra vida basándonos en ellas, en nuestro posicionamiento en uno u otro sentido, hasta el punto de poder aseverar sin problema alguno nuestra fascinación hacia uno u otro producto. Dicho lo cual, me declaro desde siempre fan incondicional de DC, sin detrimento alguno por otra parte hacia la Marvel. Y tal hecho no me impide disfrutar de esa especie de 'bando rival', aunque realmente nunca me lo he tomado demasiado en serio. 

Y entonces llega ‘Daredevil’, adaptación televisiva bastante fiel al cómic sobre el abogado ‘Matt Murdock’, convertido en el enmascarado ‘Daredevil’ que supone una bofetada a mano abierta en la cara a cuenta de las preferencias antes mencionadas, sobre todo si uno es seguidor de DC.

Su primer episodio ya supone toda una declaración de intenciones, directo, sin ambages, mostrando solidez a todos los niveles. Si nos adentramos un poco mas en ella y llegamos a la secuencia final del segundo (de lo mejorcito que he visto en TV), supondrá que no habrá marcha atrás y seremos atrapados por el subsiguiente buen hacer de la serie que nos llevará de la mano hasta el final de temporada.

No es casualidad que uno de los puntos fuertes de ‘Daredevil' sea la plataforma elegida para ser exhibida, Netflix, donde toda la temporada es liberada de una vez, y que unida a su calificación (TV-Mature), aporta cierta rienda suelta para poder desplegar todo el potencial con el que es capaz de lidiar el héroe de la Cocina del Infierno ante la cruenta trama.

Como puntos fuertes, destacaría el nivel interpretativo de todo el reparto, con un Charlie Cox en la piel de 'Matt Murdock/Daredevil' realmente espléndido. Mención aparte merece Vincent D’Onofrio como ‘Kingpin' con una interpretación que hace casi obligado el visionado en versión original por la cantidad de matices que es capaz de trasmitir con su voz. Pero si además contamos con actrices de la talla de Rosario Dawson o Ayelet Zurer, el producto resultante deviene aun mas atractivo, hasta el punto de parecer que estemos asistiendo a una nueva revisión del superhéroe en la gran pantalla. 

Otro de sus puntos fuertes sin duda alguna es su tono, mucho mas oscuro del que uno está acostumbrado a ver en series de TV de esta temática y gracias al cual se nos puede ofrecer una mayor cota de realismo. No deja de ser curioso el hecho de que ‘Daredevil’ resulte especialmente sombría en contraposición a los productos ofrecidos por la Marvel en la gran pantalla, donde el tono desenfadado es la nota predominante; ni que decir tiene que sucede justo lo contrario con DC, que maneja ese tono oscuro en el cine y ofrece otro mas relajado y juvenil en la pequeña pantalla. Y es éste, en el medio en el que nos movemos, uno de los puntos diferenciadores de ‘Daredevil’, que decide adentrarse en un terreno mas vasto que aquel destinado exclusivamente a un público mas adolescente; y vaya si lo consigue, siendo testigos por momentos de secuencias de una violencia y una crudeza que rozan lo gore.

No es de extrañar, que en estas coordenadas, se esté barajando el salto directo de la serie y su protagonista a la gran pantalla, algo impensable hoy día en DC, donde sus universos televisivo y cinematográfico están muy bien delimitados. Calidad y seriedad para dicho salto no le faltan, desde luego, homenajes a su creador Stan Lee aparte.

Siguiendo con los puntos fuertes, la dirección de cada episodio es soberbia, y aunque formen parte de un todo por ser una serie continuista, cada uno de ellos por separado goza de entidad propia siendo por separado tremendamente disfrutables, y resultando algunos en concreto pequeñas joyas que gozan de su propia impronta, como el que nos introduce a ‘Kingpin'.

Me ha llamado la atención especialmente el cuidado puesto en el apartado sonoro, posiblemente destinado a enfatizar uno de los sentidos de su invidente protagonista, y que resultan para un purista del audio como yo, todo un acierto. Además de estar muy cuidado, goza de una contundencia brutal, logrando trasmitir con acierto cada golpe mostrado en pantalla, un apartado este que no suele estar muy cuidado en este tipo de producciones.

Para ser sincero, y tras finalizar su primera temporada no se me ocurren puntos débiles de mención, mas allá de una empatía algo forzada a veces por parte su reparto secundario ante determinados acontecimientos, pero es justo señalar que sería rizar mucho el rizo. Asimismo también su guión deja sin atar determinados acontecimientos, y que en realidad no resulta algo negativo sino que su función reside en dejar la puerta abierta a futuras temporadas. Uno puede obviar esto, si en el otro lado de la balanza contamos con unas coreografías de lucha soberbias, unos diálogos acertados a la vez que mordaces y una banda sonora exquisita que se ajusta como guante de seda a cada episodio. En este apartado en concreto, el comienzo de su episodio final es de 10. 

Llegados a este punto, alguno se preguntará si ‘Daredevil’ es la mejor serie de TV actual de superhéroes, y mucho me temo que disquisiteces aparte sobre versus a veces absurdos entre DC o Marvel, así es. Asimismo, se me antoja una serie muy a tener en cuenta independientemente del género al que pertenece pues cuando algo posee calidad se hace muy difícil de encasillar.

Desde aquí os animo a que deis un paso adelante y disfrutéis de éste producto como se merece con independencia de quién lo firme... Lo de fiarse o no de mí, viene después.

Alberto Díaz Otero (ADO)

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