ATENCIÓN: La siguiente crítica contiene SPOILERS de la película. Sigue leyendo bajo tu responsabilidad.
Casi de puntillas y sin aviso previo, se ha estrenado directamente en formato doméstico esta
nueva película de la Liga de la Justicia titulada
Justice League Adventures: Trapped in Time. Una aventura que apenas llega a una hora de duración y con un
tono y un dibujo bastante más infantil que las adaptaciones más "serias" de la DC animada (como la recientísima
Justice League: War), y que homenajea sin tapujos esas aventuras animadas de los
Super Friends de los años ochenta. Pero no necesariamente lo infantil debe ser sinónimo de no apto para los ya creciditos. De hecho, en general nos encontramos ante una película que se ve en un suspiro y en la que, gracias a Dios, sí que
podemos ver al Superman que lidera, inspira, y que es alma y motor de la Liga de la Justicia.
La historia comienza en el presente con una batalla entre la Legión del Mal capitaneada por Lex Luthor y la Liga de la Justicia comandada por Superman. En la lucha, que se desarrolla en el ártico, cada superhéroe se enfrenta a su villano y al final Lex Luthor termina ultracongelado como un palito de cangrejo en el hielo. Avanzamos entonces 1000 años hacia el futuro para encontrarnos en el museo de Superman en el siglo 31. Dos jóvenes ansiosos de formar parte de la Legión de Superhéroes, el grupo inspirado por las hazañas de Superman en el pasado, recorren las salas. Son Dawnstar y Karate Kid, que en una de las salas encuentran expuesto el pedazo de hielo en el que Lex Luthor permanece congelado. Por una imprudencia, Karate Kid provoca que el hielo se rompa y Luthor despierta y se escapa, pero además se encuentra con una poderosa herramienta: el reloj de arena que le da control sobre el Amo del Tiempo, y lo utiliza para viajar al pasado (lo que para Luthor era su presente). Dawnstar y Karate Kid le siguen, y no tarda en producirse una batalla entre la Liga y la Legión del Mal reunida de nuevo. Pero Lex juega su as en la manga: envía a alguno de sus secuaces al momento en el que el pequeño Kal-El llegó a la Tierra con la intención de que saquen al bebé del planeta. Tras una lucha en Smallville entre héroes y villanos, finalmente los malos logran su objetivo y tanto Superman como la Liga (que no puede existir sin él), desaparecen.
Pero Dawnstar y Karate Kid deducen que si encontraran al Lex de ese tiempo congelado en el hielo, el Lex que ha regresado del futuro no podría existir allí y todo se revertiría. Los dos jóvenes llegan al ártico y allí se encuentran con la resistencia de Grodd, Capitán Frío y Black Manta, pero finalmente encuentran y descongelan a Lex y, efectivamente, los héroes aparecen de nuevo. Pero ahora todos se enfrentan a una nueva amenaza. Liberado de su "amo" Lex Luthor, el Amo del Tiempo intenta convertir toda la Tierra en oscuridad y la Liga, ayudada por Dawnstar y Karate, luchan para impedírselo. Finalmente es el poder luminoso de Dawnstar lo que inclina la balanza al lado del bien y los héroes vencen la batalla y encierran al villano. Los dos futuros legionarios regresan a su época, pero al llegar encuentran que donde debería haber una estatua de Superman, hay una de Lex Luthor. Así que deciden regresar al pasado.
Y así termina la película. Seguramente os habréis quedado pensando en qué viene después, pero ese cliffhanger es el final. No me cabe duda de que habrá una segunda parte, o al menos debería haberla, porque sin duda el final no es que se abierto, sino que directamente para mí no es un final. Es más, por la corta duración de la peli, su subtítulo "Adventures" y su abiertísimo final, quién sabe si esto no es una especie de película piloto para lo que podría ser una serie de películas infantiles de la Liga que continúen en esta línea.
De todos modos, como habréis notado en mi breve sinopsis del argumento, la película tiene ritmo. En 52 minutos saltamos de presente a futuro y de vuelta al presente, con excelentes batallas entre superhéroes y villanos y algunas escenas tan cargadas de acción como de diversión (especialmente divertida toda la secuencia de Smallville en la que los héroes y los villanos corren, vuelan, saltan y pelean por un bebé Kal-El que parece el balón de un extravagante partido de fútbol). Sin duda secuencias como esas son ejemplo de que la película es animación para un público infantil, con una acción muy "blanca" y situaciones en las que está muy claro quiénes son los buenos y quiénes los malos. No faltan los típicos discursos de los villanos mencionando sus planes y que "nadie podrá detenerlos" (aunque nadie los escuche) para que, al instante siguiente, aparezca media docena de héroes ante ellos. Y por supuesto hay que pasar por alto algunas cosas como el fascinante traje espacial de Batman con orejas de murciélago incluidas, que Lex Luthor despierte como si tal cosa después de 1000 años congelado, o mi favorita, el fascinante Bluetooth de Aquaman que funciona debajo del agua. Eh, pero hablamos de una peli para niños. ¿Qué importancia tienen detalles así cuando vemos errores muchísimo más garrafales en cualquier superproducción?
Superman huyendo con Wonder Woman en brazos de la atracción de un agujero creado por el Amo del Tiempo. ¿No os recuerda a nada?
Pero igual que ya hice en mi reseña de
Justice League: War, quiero dejar también
mis impresiones sobre el Superman que hemos visto en esta película. Y señores,
este SÍ que es el Superman que me gusta ver en cualquier Liga de la Justicia. Desde la primera aparición de la Liga queda claro que
Superman es su líder, su comandante, el que distribuye a los héroes con órdenes concretas y el que lleva la voz cantante. Aquí no necesita que nadie lo rescate,
ni abusa de su visión calorífica (¡solo la usa 2 veces en toda la peli, que las he contado!), y en todo momento escuchamos cosas como
"la Liga de la Justicia de Superman" o que
"sin Superman, la Liga de la Justicia jamás habría existido". De hecho, un detalle que me ha encantado, es que cuando los villanos impiden que Kal-El se quede en la Tierra con los Kent y lo envían lejos del planeta,
Superman desaparece, obviamente... pero también todos los demás héroes. Porque sin la inspiración y liderazgo de Superman, los demás simplemente no tienen razón para unirse. ¿No es ese el Superman al que uno se siente orgulloso de seguir? ¿Y no da un poco de pena que este concepto de Superman líder e inspirador parezca solo válido para los niños? Ni en los cómics, ni en las películas adultas de DC, encontramos ahora mismo en el Hombre de Acero a ese referente,
pero en una película infantil no tienen reparos en mostrar al boy-scout en todo su esplendor. Es como para pensar en ello...
En cuanto al dibujo, mucho menos elaborado que el de las adaptaciones "mayores" de la casa, y sin duda parece más propio de un capítulo de serie de TV que otra cosa. Pero esto no es malo, simplemente es que es el estilo que le va a una historia con un tono tan ligero, y además la animación es rematadamente buena, lo cual crea un aspecto visual perfectamente disfrutable. Superman lleva su traje New 52 aunque con una S similar a la de la Golden Age y a la de Man of Steel, mientras que el resto de personajes también han sufrido modificaciones en sus atuendos. Quizá me hubiera gustado más ver al Superman "calzonado" en una película tan claramente deudora de los Super Friends, pero supongo que la tendencia es que los niños relacionen que Superman ya no es ese superhéroe que se pone la ropa interior por fuera.
Concluyendo, aunque películas como
Justice League: War son obviamente superiores en calidad argumental y artística, esperaba encontrarme en
Justice League Adventures: Trapped in Time una aventura infantil y poco apropiada para mis 32 añazos. Menuda sorpresa cuando ha terminado la película y me he dado cuenta que me lo había pasado en grande y que, además, había visto a un Superman del que sentirme orgulloso. Así que aceptad un consejo:
dejad salir a vuestro niño interior y no os la perdáis.
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