RESEÑA DE SUPERGIRL EPISODIO 2X10 "WE CAN BE HEROES"

EPISODIO 2X10 "WE CAN BE HEROES"

Fecha de emisión: 30-01-2017

Director: Rebecca Johnson

Guión: Caitlin Parrish y Katie Rose Rogers

Reparto: Melissa Benoist (Kara/Supergirl), Mehcad Brooks (James Olsen), David Harewood (Hank Henshaw / Martian Manhunter), Jeremy Jordan (Winn Schott), Chyler Leigh (Alex Danvers), Chris Wood (Mon-El), Floriana Lima (Maggie Sawyer), con Sharon Leal como M'gann M'orzz y Brit Morgan como Livewire

Reseña de Javi Olivares

RESUMEN

James y Winn continúan con sus actividades nocturnas como Guardián, atrapando a numerosos criminales que dejan bien envueltos para regalo para la policía. Mientras, Kara está entrenando a Mon-El para prepararlo como compañero de aventuras superheroicas. El joven muestra entusiasmo y aptitudes, pero es impulsivo y eso de proteger a los civiles por encima de todas las cosas o lo de tomarse en serio las consecuencias, no parece que se le dé muy bien.

Paralelamente, Livewire se ha fugado de la prisión en la que estaba confinada, o al menos eso es lo que parece en primera instancia. Pero más tarde se revela que ha sido secuestrada por un hombre que pretende utilizarla como batería para alimentar a sus supersoldados eléctricos y sacar tajada de ellos. Tras un par de intentos, finalmente Supergirl, Mon-El y Guardián derrotan al malo de turno y Kara deja escapar a Livewire, que en el último momento la ayudó a vencer al secuestrador. Ya la atrapará en el futuro.

Por otra parte, Megan, la marciana blanca, tiene un ataque en su celda y entra en una especie de coma del que Alex le dice a Hank que no va a despertar. La única solución para traerla de vuelta y que no muera es compartir el vínculo marciano, pero Hank no quiere darse la oportunidad de perdonar a un espécimen de la raza que aniquiló a la suya. Pero finalmente Hank hace lo correcto y al compartir el vínculo descubre la bondad de Megan, que estuvo dispuesta a desobedecer órdenes de sus superiores e incluso a morir por salvar a marcianos verdes. Pero aunque Megan y Hank han hecho las paces, hay un nuevo peligro en camino. Megan le explica que el ataque que sufrió fue por bloquear un ataque psíquico. Y los atacantes eran los marcianos blancos, que han descubierto el paradero de la fugada Megan en la Tierra y van a por ella.

Además, durante la primera pelea contra los soldados eléctricos, Kara descubre que James es Guardián y se enfada mucho con él. Al final, a la chica de acero no le queda más remedio que aceptar las explicaciones de James acerca de que ser Guardián es la mejor versión de sí mismo. Pero esa no será la única sorpresa para Kara, que al final del episodio recibe la visita de Mon-El para confesarle que está enamorado de ella hasta las trancas. La chica de acero no sabe ni qué decirle, así que se despiden como amigos y deciden seguir siendo solo compañeros de aventuras... por ahora. 

CRÍTICA

Comparado con el episodio de la semana pasada, este 2x10 “We can be héroes” (forever and ever, como decía la canción), es una obra maestra. Pero ¿ha sido un buen episodio? Pues hombre, lo cierto es que no pasa de normalito tirando a entretenido y poco más, pero al menos sí que podemos decir que dos de sus tres tramas principales funcionan bien. Algo es algo. 

Vamos con lo que sí funciona. La subtrama del marciano es sin duda lo mejor del episodio. Este personaje, ausente de la Liga de la Justicia cinematográfica por decisión de Dios sabe qué mentes prodigiosas, está demostrando cada vez más que su presencia aporta calidad a la serie (excepto cuando los guionistas lo hacen alérgico al aire maldooriano por arte de magia, claro), y su historia con Megan da muy buen resultado. No sé yo si esto daría para un spin off, pero desde luego sí que han conseguido que este Hank Henshaw nos importe y que, a pesar de lo convencional de su relación de "enemigos acérrimos que terminan entendiéndose (y seguramente enamorándose)", ésta funcione sorprendentemente bien en pantalla. 

Otra cosa que también funciona, y esto ya lo comenté la semana pasada, es Mon-El. Chris Wood está haciendo del personaje algo divertido, y la relación con Kara seguro que dará juego. Con permiso de la relación entre Maggie y Alex, que acapara todo el protagonismo romántico, claro. Pero veremos si le dejan su pequeño espacio a este romance entre superhéroes. Sea como sea, la escena final es simpática y Mon-El se suele robar todas las escenas en las que aparece. 

Esto en cuanto a lo que funciona. Lo malo es que todo lo demás cae como fichas de dominó. El Guardián... buff, mejor ni hablar de él. Pobre James Olsen y pobre Mehcad Brooks, que tiene que ver cómo su personaje va más perdido que un pulpo en un garaje y que la serie no tiene ni idea de cómo manejarlo. De fotógrafo amigo de Superman a director de CatCo al que nadie hace caso y que parece que no trabaja nunca, y ahora vigilante nocturno que hace cosplay del Steel de Shaq O'Neil y se cree un auténtico superhéroe de nacimiento. La trama de James/Guardián es como las pelis de Sharknado, si te la tomas a cachondeo, vale, pero como te la quieras tomar en serio, posiblemente te petará una vena del ojo. Y cuidadín, porque en este episodio hay incluso un momento de tensión a lo Batman v Superman. Esperaremos la película, Guardián v Superman: El amanecer de la vergüenza ajena. 

Más cosas que no funcionan. La trama de Livewire y su villano random de chichinabo. El Guardián. La ausencia total de avance en la trama central de la temporada. El Guardián. Los abochornantes diálogos en su mayor parte (salvo las escenas de los marcianos y la secuencia final entre Kara y Mon-El, el resto de diálogos te hacen pensar en si alguien ha cobrado por escribirlos y si no está a tiempo de devolver el dinero). El Guardián. ¿Y he mencionado al Guardián? Pues el Guardián. 

Y poco más que decir. Aun a costa de que me llaméis "jater", no puedo ser más ecuánime con una serie que parece escorar cada vez más hacia la parodia no buscada. O lo que es lo mismo, que provoca risa cuando no es su intención. Salvo cosas muy puntuales, el conjunto no funciona, Melissa sigue siendo una actriz solvente y que brilla con luz propia cuando la dejan, pero está enterrada en toneladas de diálogos absurdos y situaciones inverosímiles que la convierten en muchas ocasiones en el macguffin del resto de personajes. Esto, unido a la ausencia de tramas relevantes, a la proliferación de romances para llenar escenas y a que lo que mejor funciona de la serie no es precisamente cuando aparece Supergirl, está haciéndome muy difícil defender esta temporada. Pero en fin, queda más de la mitad, así que no perdamos la esperanza.

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