jueves, 18 de agosto de 2016

RESEÑA DE COMING OF THE SUPERMEN 1-6

COMING OF THE SUPERMEN (Abril – Septiembre 2016)

Guión: Neal Adams
Dibujo: Neal Adams
Reseña de Antonio Monfort


RESUMEN

En Metropolis, tres nuevos superhombres hacen su aparición y combaten una incursión de Kalibak y sus parademonios. Mientras, el verdadero Superman está en un conflicto de Oriente Medio, donde por mediación de un demonio del desierto acabará teniendo que hacerse cargo de un pequeño huérfano de la zona. El mismo demonio le mostrará ya de vuelta en Metropolis y por medio de una proyección que nada menos que el padre de Darkseid gobernó en Egipto hace miles y miles de años.

Los tres superhombres resultan ser de Kandor, y aunque su naturaleza es kryptoniana, su larga exposición a un sol rojo ha mermado sus poderes considerablemente, hasta el punto de que el hombre de acero debe intervenir y salvarles de una segunda incursión de Kalibak. Las heridas de los kryptonianos son tratadas en un laboratorio tras el cual está Lex Luthor, que no duda en intentar hacerse con muestras de la sangre alienígena. Superman intenta impedirlo, pero el hijo de Darkseid ataca de nuevo y esta vez ha secuestrado al pequeño Rafi, el huérfano que ahora está a cargo de Clark Kent.

Dadas las circunstancias, los kandorianos hacen una revelación y es que nuevo Krypton, el planeta donde ahora habitan, ha sido tomado en parte por Darkseid y sus parademonios. Su propósito al venir a la Tierra era, de hecho, sustituir a Superman para que éste pudiera ir mientras tanto a su mundo para ayudarles a expulsar a los invasores.

Dado que su intención es traer a Rafi de vuelta, el hombre de acero debe ir hasta nuevo Krypton en una nave y no por sus propios medios. Una nave sonsacada a Lex Luthor y en la que se cuela Lois Lane como polizón. Una vez en nuevo Krypton, Superman comienza la batalla contra las fuerzas de Apokolips, pero con lo que no cuenta es con una alianza entre Darkseid y Luthor para proporcionar armas específicamente diseñadas para derrotarle. La primera de ellas es una nave que generará una mancha solar que convertirá el sol amarillo de la tierra en rojo, lo que debilitará tanto a Superman como a los habitantes de Nuevo Krypton, que habitan el lado opuesto de nuestra órbita. Con la ayuda de Orion, de los Nuevos Dioses, Superman intentará detener el arma, pero solo lo conseguirá parcialmente y sus poderes quedaran considerablemente mermados.

Por su lado, Lois Lane se escabulle entre los callejones de la zona controlada por Apokolips y acaba encontrando a Rafi, el niño secuestrado, ahora en poder de la Abuelita Bondad. Precisamente encontrar al chaval es algo que también consigue Superman, pero en su caso lo hace a puñetazo limpio y a base de mandar por las malas al ejército de Kalibak de vuelta a través del Boom tubo.

En las instalaciones de la Abuelita Bondad, Superman y Lois liberan a Rafi ayudados por Mr. Miracle y Big Barda quienes ahora se incorporan a la fiesta. Nuevo Génesis también ocupará un tercio de nuevo Krypton, pero con la tecnología del Boom tubo, ni los escudos más potentes pueden salvarles de la invasión de Apokolips.

Por su lado, en la Tierra a Darkseid no le van bien las cosas. Sus desavenencias con Luthor están a punto de echar abajo su plan y es que Lex ha demostrado ser un rival mucho más difícil de manipular de lo que él imaginaba. El científico se olía los verdaderos planes del señor oscuro y había decidido de antemano boicotear su colaboración, haciendo solo temporal el efecto del arma contra los Kandorianos. Con los planes frustrados por Lex y Superman, Darkseid vuelve a un nuevo Krypton donde poco podrá hacer cuando sus fuerzas son superadas por los kandorianos. Pero el verdadero reto seguirá siendo el Boom tubo, que deberá ser desarmado manualmente por el propio Superman que conseguirá invertir su vórtice.

Sin esa tecnología, Nueva Génesis y Kandor están a salvo por ahora. Rafi queda al cuidado del Alto Padre y Superman y Lois pueden volver a la Tierra de nuevo.

CRÍTICA

Neal Adams puede hacer lo que le dé la gana. ¿Por qué? Porque sí. Cuando eres un artista mítico que has revolucionado el lenguaje del género y aportado un verismo casi inigualado al medio además de haber rediseñado brillantemente muchos personajes de la casa, no importa cuántos años pasen. Eres el fucking master of the universe.

Algo así deben pensar en DC para dejar a este hombre hacer bizarradas como esta que acabamos de leer, más aun habiendo tenido el precedente de la no menos bizarra Batman: Odissey.

Neal debe tomar algún producto muy chungo para desayunar, producto que afortunadamente no afecta a su inigualable habilidad con los lápices, pero que le provoca unos viajes que le llevan directamente a los más locos años setenta de donde habrá sacado esta historia. Y es que hay dos formas de tomarse esta miniserie. La buena, que es como un homenaje al Superman de principios de dicha década. Un Superman que podía hacer literalmente cualquier cosa. CUALQUIERA. Sin despeinarse, porque es Superman y punto. Es lo que hace. Un Superman tan poderoso y seguro de sí mismo que llega a resultar cargante, y que lo que va solucionando, lo soluciona básicamente a puñetazo limpio. Sus secundarios siguen atrapados igualmente en sus roles de aquellos años. Lois es pesada y agobiante hasta la extenuación y pese a que ella y su peinado con permanente se empeñan en seguir a Superman a todas partes, no hace gran cosa en la historia.

A los villanos solo les falta el gato para tener todos los clichés del mundo y es que no encontraremos aquí precisamente a las mejores encarnaciones de Lex Luthor, a menos que busquemos el científico loco de planes imposibles… y no, no me estoy refiriendo a Jesse Eisenberg (hay que ver, que poco hemos cambiado) y muchísimo menos de Darkseid que aquí está como oponente más o menos, al nivel de Willie Coyote.

En definitiva, años setenta en estado puro y directamente en vena. Un cómic que recupera la, llamémosle, inocencia de aquellos años, y quizá, para algunos, también sentido de la maravilla. Para otros, los que se tomen esto por el lado malo, no dejará de ser un WTF!! en toda regla casi página tras página.

Elijas la opción que elijas para tomarte la historia, lo que no se le puede reprochar a Adams es su inconmensurable talento con el lápiz. Bien es cierto que no son estos sus mejores trabajos, pero da igual. Cuando uno es tan bestialmente grande dibujando cualquier trabajo es de de genial para arriba y este, pese a su a veces insoportable look retro, no es una excepción e infinidad de sus viñetas y ya no digamos sus portadas, se disfrutan hasta la exageración.

De modo que no os dejéis engañar por el título. Coming of the Supermen, debería llamarse Back to the seventies. Un regreso a los tiempos en que un Dennys O'Neil, un Elliott S. Maggin o incluso, claro que sí, un Richard Donner y un John Byrne hacían más falta que el comer a nuestro personaje. Si ese viaje de vuelta es algo deseable o disfrutable, que sea el criterio de cada lector el que decida.

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4 comentarios:

  1. Esto es un one-shot o es parte de la continuidad?. Con tanto cambio ya estoy perdido...

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    1. No no, la continuidad es Rebirth, Superman Rebirth, Action Comics, y Superwoman Rebirth.

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  2. Si para poder ver a un superman que no esta debilida,que no es oscuro,que no es idiota si no un superman NORMAL,hay que leerse este tipo de comic,mal van las cosas.

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