RESEÑA DE INJUSTICE: GODS AMONG US (AÑO 3) #24

INJUSTICE: GODS AMONG US (AÑO 3) #24

"FIN DEL JUEGO"

Guión: Brian Buccellato
Dibujo: Bruno Redondo y Juan Albarrán

Reseña de Javier Olivares

RESUMEN

Billy Batson continúa caminando hacia donde Trigon y Mxyzptlk luchan. Los héroes y los villanos sufren las consecuencias del entorno mágico, despojados casi de sus poderes, débiles y desorientados y a punto de ser transportados al infierno como consecuencia del combate. Pero en ese momento, Raven despierta y pregunta qué está pasando. Wonder Woman la pone al corriente y la hija de Trigon se dirige hacia su padre, y aprovechando ese instante de distracción, Billy dice su palabra mágica convocando un trueno que Dr. Fate canaliza hacia los dos superseres... haciéndolos desaparecer y desapareciendo él también junto a ellos sin que nadie sepa su su paradero. Todo ha terminado.

La Resistencia se ha refugiado en un búnker subterráneo en Alaska a 200 metros de profundidad, construido por Batman para mantenerlo alejado de los poderes de Superman. Mientras, en el Hall of Justice, Superman pide perdón a los suyos por haber permitido que su vendetta personal contra Batman nublara su juicio, y les dice que lo importante es por lo que luchan, por un mundo sin guerra y sin más Jokers ni zonas cero. Les agradece a todos que sigan junto a él pese a las decisiones difíciles que han tenido que tomar por el camino.

Y en el refugio de Alaska, Constantine y su hija Rose se marchan a un lugar mágico donde nadie podrá encontrarlos. Batman tiene que afrontar la triste realidad de que a John no le ha importado demasiado la guerra de la Resistencia contra Superman, sino tan solo mantener a salvo a su hija y tratar de darle a Superman una buena patada en sus partes. Cosa que, antes de marcharse, es lo que le pide a Batman que haga cuando vuelva a ver al kryptoniano...

FIN DEL AÑO 3

CRÍTICA

Pues bueno, se acabó lo que se daba... por este año. Ya sabemos que Injustice tiene confirmado un Año 4 cuyo primer número impreso llegará a las tiendas el 13 de Mayo (así que su edición digital, unas semanas antes), por lo que este final es solo un hasta luego. Pero ahora que el Año 3 llega a su fin, es buen momento para hacer algunas recapitulaciones.

Injustice es una de esas colecciones imprescindibles con las que cada semana hay que tener una cita, y eso no ha cambiado durante este tercer año. Por utilizar de nuevo una comparación mil veces hecha, esta colección es como una serie de TV que va por temporadas. Algo así como la Smallville de Superman o la Gotham de Batman, Injustice cuenta el camino, porque el final ya se sabe. ¿O es que alguien ha llegado a olvidar que esto es la precuela de un videojuego?

Fantástica viñeta que, si no homenajea descaradamente Superman Returns, es una bendita casualidad...

Bueno, pues precisamente en este camino es donde este Año 3 ha perdido un poco de fuelle. Si la colección siempre ha ido a un ritmo constante de corredor de maratón y de cuando en cuando se marcaba un sprint que ríete tú de Usain Bolt, este Año 3, en mi opinión, ha ido al trote suave. ¿Y es eso malo? Hombre, pues teniendo en cuenta que ahora mismo la mayoría de cabeceras más que andar –porque de correr ni hablamos–, se arrastran como pueden, Injustice Año 3 ha continuado siendo de lo mejor de la casa. Pero con respecto a un Año 1 formidable y a un Año 2 todavía mejor, este Año 3 es como la Alien 3 de David Fincher. Necesaria, sí; un poco incomprendida y subestimada, también. Pero inferior a sus predecesoras. O al menos, desde mi particular prisma en el que la magia y sus personajes no son de mi excesivo agrado, y si bien este año nos han dejado muy buenos momentos, ninguno ha tenido el impacto de otros anteriores. Insisto: en-mi-opinión. No es una verdad absoluta. De esas hay muy pocas.

Debo decir también que la escena final de Constantine diciéndole a Batman "¡venga, hasta luego y suerte, que te vaya bonito y apáñatelas como puedas!" ha parecido un mindfuck en toda regla del que aún estoy recuperándome. O sea, vale, entiendo el rollo de "padre que es capaz de pactar con todos los demonios del infierno por mantener a su hija a salvo", pero ¿entonces en ningún momento ha prestado Constantine una auténtica ayuda a la Resistencia? ¿Y tal y como apareció, se larga con su hija a otra parte donde no les molestarán, y deja a Batman con todo el marrón? Qué queréis que os diga, fans de Hellblazer... vuestro personaje molará mucho, que no voy a discutir eso (y menos yo, que me gustó hasta la peli de Keanu Reeves), pero está claro que en su interacción con otra clase de personajes, superhéroes para más señas, la cosa flojea.

En cuanto al dibujo, centrándonos en este último número, de nuevo Bruno Redondo y Juan Albarrán firman un trabajo extraordinario lleno de detalles, de expresividad, de acción, con perspectivas de cámara muy diferentes y con una estupenda narrativa visual. Además de un fantástico coloreado de Rex Lokus que, como ya hemos comentado en otras ocasiones, no hace sino engrandecer el colosal trabajo del lápiz de Bruno y los acabados de Juan.

En fin, para no extenderme más, despedimos esta última reseña del Año 3 con una sensación de ni frío ni calor. Por un lado, me fastidia que la semana que viene no tengamos Injustice, pero por otro siento que mi hype por el próximo año 4 no está en los niveles que estaba cuando íbamos a pasar del 2 al 3. Pero también sé que si hay una colección que me apetece seguir leyendo durante mucho tiempo es esta, y que su peor número es mejor que muchos arcos argumentales enteros de otras colecciones. Supongo que con ese currículo, todo lo demás que podamos pedirle a Injustice dependerá de nuestra desorbitada exigencia como lectores.

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