lunes, 30 de diciembre de 2013

RESEÑA DE SUPERBOY #26

SUPERBOY #26 (Febrero 2014)

Guión: Marv Wolfman y Frank Hannah
Dibujo: Andrés Guinaldo
Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Jon Kent es el hijo de Superman y Lois Lane, quien tras ser dado por muerto fue secuestrado por Harvest y llevado al futuro. Allí crecerá manipulado por su captor para odiar a todos los metahumanos y ambos se dedicaran al exterminio sistemático de superseres con eficacia extrema (ver Superboy v.4 nº 19). Sin embargo, cuando los Nuevos Titanes viajaron al futuro, Jon acabó herido en una pelea contra Conner Kent, su propio clon, y está a punto de ser eliminado (Teen Titans v. 4 Annual nº 2), pero la abducción de Conner por el Oráculo (Action Comics v.2 Annual 2) le salva en última instancia y es recogido por las versiones futuras de Gar Logan y Rose Wilson, quienes harán creer a los Titanes que se trata de su Superboy para que se lo lleven con ellos.

Al inicio de este número, Jon Kent despierta en unas instalaciones médicas donde ha sido llevado por los Titanes, que siguen creyendo que se trata de su amigo Conner. Su primera acción es intentar acabar con Wonder Girl, pero su debilitado estado y los poderes de la chica dejan claro que la tarea es imposible por el momento y decide seguir con la farsa de su identidad. A espaldas del resto del grupo, utiliza sus poderes para borrar los datos recopilados sobre él y eliminar a una de los médicos, que era metahumana. Jon descubre que al matar a un metahumano puede absorber su energía y restaurarse. También descubre que el mayor logro del llamado Superboy había sido reunir al grupo de héroes conocido como la Legión de Superheroes, lo que le da la idea de reunir su propio equipo para continuar con sus planes de exterminio.


CRÍTICA

Primer número de la nueva etapa de Superboy, con un personaje totalmente distinto como protagonista y una leyenda del comic al cargo (o eso dicen) de los guiones. Nada menos que el gran Marv Wolfman.

Sorprende en primer lugar que, puestos a dar semejante giro a la serie, se haga siguiendo tan de cerca las premisas establecidas por Scott Lobdell a lo largo de su trabajo en los números pretéritos de esta serie y de su trabajo en la de los Titanes, y es que el origen de este Jon Kent no puede ser más enrevesado (véase Superboy v.4 nº 19) ni más propio de las paranoias de Lobdell con las líneas temporales. Visto lo visto, no mucho margen le queda al señor Wolfman para mover los hilos. Le ha tocado bailar con la más fea y hacer interesante un personaje que, a priori, cae mal por los cuatro costados.

De momento consigue un cómic inteligible, mejor construido y más interesante de lo que venía siendo la serie hasta ahora y donde empieza a darle buena forma a un protagonista que pese a ser bastante despreciable, nos pica la curiosidad lo suficiente como para preguntarnos qué va a hacer en futuras entregas. Algo es algo. De todos modos, si con esta maniobra se pretende recuperar las ventas, la cosa no empieza muy fina porque es difícil que alguien entienda de qué va toda esta peripecia si no es lector tanto de Superboy como de los Nuevos Titanes. No es precisamente un lienzo en blanco para recién llegados que digamos. La acción comienza sobre la marcha y supeditada a lo ocurrido en la serie de los Titanes, y es que el Annual nº 2 de dicha colección hubiera sido un principio mucho más comprensible para esta nueva etapa.


El dibujo tampoco les va a ayudar mucho a capturar nuevos lectores, la portada de Rafa Sandoval y Norm Rapmund le da cien vueltas al tosco interior de Andrés Guinaldo, que parece tener problemas con las figuras, con los fondos y muy especialmente con los rostros, que en ocasiones rayan lo espantoso. Esto es Superboy, y por tanto me atrevería a decir que peores cosas hemos visto por aquí, pero si esto se trataba de relanzar la serie y evitar su más que probable cancelación, no se puede decir que la empresa haya puesto toda la carne en el asador.


Nos queda ver en las futuras entregas si Wolfman consigue la suficiente libertad creativa para hacer lo que sabe hacer tan bien y resucitar una serie que languidece desde el número uno, o sigue el camino de su antiguo camarada George Perez y abandona el barco a los seis números jurando en arameo. Si le echaran una mano con algún dibujante prometedor (que los hay, y mucho en la casa) pues tampoco estaría de más y quizá, solo quizá, así se conseguiría el quíntuple salto mortal sin red que supone salvar esta serie.

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6 comentarios:

  1. Pero q horrible captura de superman la ultima.
    El simbolo casi tocandole el ombligo.
    La capa..... ni que decir.
    Asta yo en paint hago un mejor trabajo.
    Por lo demas espero que mejore la coleccion.
    Saludos.

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  2. Demasiado parecidos los dos Superboys creo yo,apenas hay diferencia.Y encima no le dejan hacer los guiones a Wolfman solo.Mala pinta tiene.

    Hacía falta un cambio más drástico e incluso empezar con un nuevo n° 1.

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  3. Que tenia de malo el Conner kent anterior al new52??? el dicho dice que no hay que arreglar lo que no se ha roto, Lobdell es una maquina de hacer malos comics, ni el grandisimo Wolman va a poder salvar esta coleccion!

    Y el mismo destino tendran los titanes, que esos personajes no son mis titanes!!

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    1. Cuanta razón, amigo mio. Se puede decir más alto pero no más claro

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  4. Si esta serie no la levanta Marv Wolfman creo que no la levantara nadie. Una lástima el dibujo, ya que como historia tenemos un galimatías de los que hacen época, por lo tanto hay mucha tela que cortar.

    Bendito Wolfman y sus Jóvenes titanes en los 80's , el guionista que se saco de la chistera al mejor Luthor que se recuerda y sobre todo creador de Blade. Lo dicho, esta colección está en buenas manos y veremos hasta que punto DC lo tendrá encorsetado para que pueda trabajar y en que condiciones.

    Enhorabuena para Antonio y su acertadisima reseña

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    1. Gracias Francisco José, se hace lo que se puede. Wolfman es muy grande. Veremos lo que le dejan hacer

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