RESEÑA DE SUPERGIRL, EPISODIO 3X09 "REIGN"

SUPERGIRL, EPISODIO 3X09 "REIGN"

Fecha de emisión: 4-12-2017

Director: Glen Winter

Guión: Paula Yoo y Caitlin Parrish

Reparto: Melissa Benoist (Kara/Supergirl), Mehcad Brooks (James Olsen), David Harewood (Hank Henshaw / Martian Manhunter), Jeremy Jordan (Winn Schott), Chyler Leigh (Alex Danvers), Katie McGrath (Lena Luthor), Odette Annable (Samanta Arias/Reign), Carl Lumbly (M'yrnn J'onzz), Emma Tremblay (Ruby Arias), Chris Wood (Mon-El), Adrian Pasdar (Morgan Edge), con Chad Lowe como Thomas Coville y Erica Durance como Alura.

Reseña de Javi Olivares

RESUMEN

Samanta despierta en su cama y no recuerda nada de su viaje al desierto en el que descubrió no solo su origen alienígena y su versión de la Fortaleza de la Soledad, sino que es la Asesina de Mundos conocida como Reign y que su existencia es la destrucción.

Mientras se aproximan las fechas navideñas, Kara todavía tiene que lidiar con la incómoda situación de verse a diario con el hombre que aún ama y con la preciosa, inteligentísima y maravillosamente simpática esposa de éste. Así de difícil es el día a día de Kara con Mon-El, y eso que las cosas no han empezado todavía a ponerse feas para ella.

El símbolo de Reign comienza a aparecer por todas partes, grabado a fuego. Samanta sufre ausencias en las que actúa como Reign y asesina a criminales, entre los cuales intenta asesinar también a Morgan Edge, cosa que éste aprovecha para lanzar una campaña mediática contra la única kryptoniana que conoce. Supergirl visita a un viejo conocido en la prisión: Thomas Coville, el ex-líder del culto a Rao, que le explica la verdadera naturaleza de Reign. Ella es la oscuridad, el mal, el demonio al que Kara debe matar si no quiere que ella, y toda la Tierra con ella, perezcan. Una información que Supergirl no está dispuesta a creer.

Y así, mientras otras personas como James y Lena disfrutan del inicio de su relación sentimental, una Kara destrozada emocionalmente debe enfrentarse a su enemiga natural sin saber que, bajo la máscara, se encuentra una de sus más recientes mejores amigas. El combate es tremendo, pero Reign es implacable y Kara es derrotada y lanzada al vacío, estrellándose contra el suelo y teniendo que ser atendida por cuerpos sanitarios del DEO... aunque todavía sin saber si podrán salvar su vida.

Y mientras, en el apartamento de Samanta, su hija Ruby se encuentra a su madre de espaldas, mirando hacia el infinito. Pero al llamarla, lo que se vuelve hacia ella ya no es su madre. 

COMENTARIO

Si tuviéramos que tomar un ejemplo gráfico para acompañar la expresión "renovarse o morir", bien podría ser esta tercera temporada de Supergirl. Conociendo todos sus defectos y limitaciones, y a pesar de estar en una cadena (la CW) cuyo tono está muy enfocado a un target muy concreto (el teenager), los últimos episodios de la serie no solo han construido una fantástica colección de personajes y situaciones, sino que han dado forma a una primera mitad de temporada de una potencia y calidad que ni nos esperábamos. 

Todos recordaréis la temporada 8 de Smallville, que giraba en torno a Clark enfrentándose a ese enemigo ancestral kryptoniano, Doomsday, que permanecía latente en una forma humana hasta que llegaba el momento de emerger y cumplir su destino. Los paralelismos entre aquella historia y ésta de Supergirl, son muchísimos, pero señores, Supergirl ha sabido llevarlo. Ha acertado en el modo de construir a los personajes y hacer que te importen, para empezar. Les ha dotado de trasfondo y los ha hecho algo con lo que empatizar. Y por eso, a pesar de que el look de la villana no lo salva ni el ver a Odette Annable embutida en látex negro, esta trama sí que ha conseguido su objetivo: presentarnos y desarrollarnos la gran batalla de Kara, su primera gran derrota, y mostrarnos a un ser que, pese a su aspecto de cosplayer de Comic-Con de barrio, es una amenaza real y físicamente imparable incluso para nuestra chica de acero. 

Todo esto, en el marco de una situación emocional de absoluta fragilidad para la protagonista, reencontrada con su gran amor, que de pronto está casado con la tía más estupenda de este y de otros planetas, una mujer con la que ni ella puede ni quiere competir. Y al mismo tiempo, el drama de la villana, esa madre y ejecutiva 24 horas al día, se desarrolla de forma paralela para mostrarnos que aquí no hay blancos ni negros, sino que el destino es caprichoso y a los personajes les resulta imposible desprenderse de sus azares. 

Aparte de una factura técnica impecable (la cámara giratoria se mete entre los personajes metiéndonos en la escena), momentos como la secuencia final de Kara siendo atendida en un claro homenaje a Superman Returns (y van ya unos cuantos en la serie), son una delicia para el fan, y la sensación de coherencia y continuidad que aportan personajes como el sectario Coville, hacen que la serie se sienta con un propósito, con un eje, con una trama, en definitiva. 

Así pues, terminamos este año con este episodio y con la serie en lo más alto, despidiéndonos hasta después de fiestas navideñas, que será cuando veremos regresar a Supergirl para saber qué ha sido de ella y cuál será el próximo paso de esta historia. Una historia que, por ahora, nos está dejando los mejores momentos de una serie por la que, hace unos meses, jamás habríamos apostado. Qué gusto da cuando podemos decir cosas como estas, porque, a la postre, lo único que queremos todos los que estamos aquí, es que cuantos más productos de Superman y de mayor calidad, mejor. Y ahora, por suerte para nosotros, Supergirl está en pico de forma. Esperemos que las navidades y los turrones no le pasen factura y que continúe en esa misma forma el año que viene. Hasta entonces... nos leemos por aquí, en otras noticias y reseñas.

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