RESEÑA DE SUPERMAN #30

SUPERMAN #30 (Junio 2014)

Guión: Scott Lobdell

Dibujo: Ed Benes

Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Para desconcierto de Superman y el ejército, algo ha dejado a los habitantes de Smallville en un estado catatónico. Mientras busca respuestas repasando unos extraños símbolos allí aparecidos que parecen tener origen kryptoniano, el Hombre de Acero encuentra allí al Erradicador de Krypton, quien le confiesa que la Tierra va a ser destruida pronto y al parecer, por culpa del propio Superman.

Mientras nuestro héroe se recupera del encuentro y pide ayuda a la Liga de la Justicia, Lois Lane avanza en su transformación a un intelecto de nivel 12. Su todopoderosa mente entra en contacto con el Coleccionista de Mundos, quien cada vez está más cerca la Tierra. Quizá por ello y sin que Superman lo perciba, los habitantes de la miniaturizada Kandor despiertan de su letargo y pugnan por salir de su ciudad embotellada.

Pero el hijo de Krypton tiene otras preocupaciones más inminentes. Según una alerta recibida por Cyborg en el satélite de la Liga de la Justicia, “algo” desconocido ha destruido salvajemente una isla en las Bahamas…

CRÍTICA

Si a los guionistas “normales” puede fastidiarles pero bien que la editorial les exija cambios en sus argumentos para adaptarse al crossover impuesto por las altas esferas, alguien como Scott Lobdell cuyas historias ya son de por sí puro relleno, parece encontrarse como pez en el agua en estos vaivenes.

Y es que este nuevo preludio a “Doomed” (aun no sabemos cómo será la saga, pero leyendo los prólogos, más que de leerla dan ganas de echar a correr…) es el perfecto ejemplo de cómo rellenar veintitantas páginas sin contar NADA, o siendo generosos, algo que podría contarse en tres o cuatro viñetas. Por tanto poco se puede decir del argumento de este cómic salvo que no existe y que está rellenado (ya ocurría en el número anterior y en este va a peor) por interminables cuadros de texto que nos cuentan todo aquello que YA SABEMOS desde que el mundo es mundo.

Esta vez ni siquiera contamos con las típicas escenas de acción gasta páginas que al menos se prestan al lucimiento del dibujante. Pese a ello, Ed Benes sigue consciente de cuáles son sus puntos fuertes y se esfuerza en buscar excusas para dibujar mujeres ligeras de ropa todas, por supuesto, con aspecto de supermodelo recién salida de la caja.

Con este panorama solo se puede llegar a la conclusión de que actualmente la serie Superman está pensada exclusivamente para un lector de más o menos doce años, que nunca ha leído esta cabecera y que posiblemente tampoco volverá el mes que viene. Esperemos que Johns y Romita Jr. nos saquen pronto de este atolladero que falta nos hace.

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