Guión: Tom Taylor
Dibujo: Bruno Redondo (color: Rex Lokus)
Reseña de Javi Olivares
RESUMEN
Viajando en su ranchera transportada por un equipo de robots Superman de la Fortaleza de la Soledad, los Kents van a la Mansión Wayne para visitar a su hijo. Y a pesar de las reticencias de Bruce, Martha entrará a ver a Clark mientras que Jonathan se llevará a Bruce a tomar una copa.
Esta situación sirve para recordar una aventura que Superman, Batman y Lois Lane vivieron unos años atrás. Bruce fue disparado y casi asesinado por una banda que estaba en contra del programa de refugiados de Wayne. Clark, para protegerlo, lo mandó a él, a Selina y a Alfred a la granja de sus padres, donde fueron acogidos como familia. Investigando y colaborando juntos, los tres amigos llegaron al fondo de la trama y apresaron a los culpables, publicando además un reportaje de denuncia. Bruce les prometió que jamás olvidaría lo que habían hecho por él.
En el presente, la charla entre Jonathan Kent y Bruce Wayne, cerveza en mano, se produce a modo de padre e hijo. Jonathan se muestra más decepcionado y enfadado que nadie por lo que Clark ha hecho, pero la gran pregunta es: ¿y si el mundo llegar a necesitar a Superman en un futuro y continúa encerrado? Y, más aún, ¿hizo Bruce todo lo que pudo por ayudar a su amigo cuando todo el incidente comenzó?
Con esa duda corroyéndole, Bruce irá a visitar a su prisionero para, sencillamente, decirle que siente mucho lo que le pasó a Lois. Batman le asegura a Superman que, aunque el mundo está mejor ahora sin él, sin duda sería un mundo mucho mejor aún si Lois Lane continuara con vida.
Y, tras esto, se marcha…
COMENTARIO
Y con este segundo anual de
Injustice 2, la colección llega a su fin y hasta aquí lo que se daba. La historia de las dos partes del videojuego, que ha sido ampliada y completada por varios años de cómics en formato digital e impreso, termina definitivamente aquí. Hasta donde yo sé, no hay noticias sobre una tercera parte de
Injustice y, por lo tanto, no habrá otra ampliación de la historia en formato cómic. Y en cierto modo creo que es mejor dejar las cosas en este punto, en el que ya se ha contado todo lo que se tenía que contar y antes de que pueda haber una sensación de hastío o de chicle estirado, algo que esta colección solo ha dado en muy, muy pocos momentos.
Este epílogo centrado en Bruce y Clark, en su pasado y en su actual situación, se antoja sumamente acertado como punto final de la colección. Porque
Injustice siempre ha sido, por encima de todo, una historia de Superman y Batman. Con muchísimos afluentes, pero ellos dos han sido el motor de una trama en la que los blancos y los negros estaban tan presentes como los grises. Incluso partiendo de una premisa tan dura como el asesinato a sangre fría y por venganza de un hombre, siempre podías buscarle un atenuante al pensar que, ese hombre, era el Joker y había matado a docenas de personas, y que su asesino, Superman, lo había visto matar a su esposa embarazada. ¿Era cuestionable y condenable el acto de Superman? Sí. Pero ¿cuánta gente habría actuado de igual manera? La respuesta, si la sondeáramos, seguro que sería aterradora. Además de la otra gran cuestión que subyace detrás de esta, y que es:
¿hasta qué punto es Batman corresponsable de todo lo ocurrido? ¿Cuál es su complicidad, a sabiendas que llevaba media vida jugando al gato y al ratón con un asesino de masas desquiciado y retorcido, y dándole cada vez nuevas oportunidades de seguir perpetrando atrocidades? ¿Tiene Batman las manos manchadas de la sangre de Lois y de las victimas del Régimen posterior de Superman, por culpa de haber querido mantenerlas limpias de la sangre del Joker?
¿Está, en definitiva, justificado el asesinato de uno para salvar a muchos?
Interesantísimas cuestiones que hacen que Injustice, más allá de entretenerte y divertirte, te hagan reflexionar sobre estos personajes y sus acciones, verlos de formas diferentes, cambiar de piel y entender sus algoritmos mentales para saber cómo actúan y por qué. Y esto ha quedado perfectamente reflejado en este último número, en el que la gran pregunta en el aire, lanzada por un paternalísimo Jonathan Kent a Bruce Wayne, es: ¿hiciste todo lo que pudiste por tu amigo cuando te necesitaba?
La respuesta no la tenemos, pero incluso Batman ha tenido que reflexionar sobre ella en esa secuencia final entre él y Superman. Y aunque Superman, en esta historia, sea poco menos que un monstruo sin redención, toda esta espiral de muerte y tiranía viene de un primer acto que, aunque terrible, se puede llegar a comprender en cualquier humano. Tal vez, el problema, es que Superman siempre es considerado como el mejor de todos, el más humano de los seres humanos incluso siendo extraterrestre, y verlo reaccionar así, es ya dinamitar la leyenda. El resto, iría rodando como bola de nieve cuesta abajo.
Así pues, solo queda concluir hoy esta batería de reseñas que hemos dedicado a Injustice durante todos estos años, con un enorme y sonoro GRACIAS. A Taylor, Redondo, Albarrán, Derenick, Lokus, Xermánico, Sampere, tantos que han pasado por aquí de forma regular u ocasional. A todos los que han imaginado y dado forma a la que posiblemente sería la película de superhéroes perfecta, con los mejores villanos, los momentos más impactantes, con reglas y roles reinventados, y con una historia apasionante. Ha sido un viaje increíble y echaremos de menos nuestra cita semanal con esta cabecera, pero como todas las grandes obras, ahí queda para siempre para el recuerdo.
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