RESEÑA DE JUSTICE LEAGUE #37

JUSTICE LEAGUE #37 (Febrero 2015) 

Guión: Geoff Johns

Dibujo: Jason Fabok

Reseña de Antonio Monfort

RESUMEN

Mientras la plaga sigue extendiéndose, Superman y Batman han encontrado al paciente cero del virus Amazo, un patólogo de Lexcorp llamado Armen Ikarus cuyas actuales capacidades metahumanas parecen desatadas. Una muestra de su sangre es imprescindible para trabajar en la cura, pero Ikarus tiene la habilidad de mutar para conseguir casi cualquier habilidad que necesite consiguiendo que detenerle sea casi imposible.

El paciente cero se dirige a Lexcorp, donde Wonder Woman se une a la lucha por detenerle. También allí, Lex Luthor, que sigue sin confesar sus verdaderas razones para crear el virus, recibe otro ataque contra su vida de manos del mercenario conocido como Bullet y parece que esta vez va a tener éxito. Pero los problemas no acaban ahí. Cuando creían haber conseguido la muestra de sangre, la trinidad se da cuenta de que Batman ha sido expuesto también a la toxina.

CRÍTICA

Otra entrega trepidante de una saga que mucho tiene que torcerse para no acabar siendo una de las más redondas de esta serie y eso no es decir poco. El guión de Johns no solo retrata perfectamente a cada personaje con pocas líneas sino que se permite mezclar acción con intriga, sembrando inquietud en el lector a base de pistas y tramas que hacen que den ganas de saltar sobre el siguiente número. La reinterpretación que hace esta historia de un villano clásico como Amazo es una genial vuelta de tuerca que no deja indiferente a nadie. Podíamos sacar pequeñas pegas, como por ejemplo por qué tantos miembros de la Liga están afectados pese a sus habilidades o qué demonios hace Batman mareando la perdiz en medio de semejante baile cuando está claro que acabará quedando expuesto. En cualquier caso, pecata minuta, ante una historia fantástica y vertiginosa como pocas.

En el arte, Fabok sigue sublime y hace que cada página sea una delicia. Quizá el diseño de este paciente cero podría haber sido algo mejor, pero todo empequeñece cuando alguien dibuja con semejante precisión y fluidez, regalándonos una Wonder Woman guerrera que quita el aliento.

En general, otra entrega más que mantiene el nivel de la que posiblemente sea la mejor serie de DC Comics en nuestros días.

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