El director Bryan Singer ha dejado una entrevista en
ComicBookMovie.com de la que me informa mi amigo y también informador habitual Alberto Díaz Otero. En ella habla por primera vez desde hace mucho tiempo sobre
Superman Returns, y pese al profundo coraje que me produce leer ciertas cosas que dice, voy a intentar mantenerme objetivo y limitarme a traducir la parte más interesante de su declaración:
VFK: ¿Te sorprendió la reacción de la gente ante la película
[Superman Returns]?
BRYAN SINGER:
Es difícil para mí. Mi respuesta visceral sería: "no lo hice tan mal." Ya sabes, el verano es una época peliaguda. Ya sé que cuesta culpar a la época del año, pero hay ciertas expectativas para una película veraniega. Creo que Superman Returns fue un poco nostálgica y romática, y no creo que fuera lo que la gente estaba esperando, especialmente en verano. Lo que me di cuenta es que no había una larga cola de mujeres para ir a ver una película basada en un cómic, pero sí que la había para ir a ver El diablo viste de Prada, que es algo en lo que podía haber pensado. Pero cuando haces una película no estás pensando en esas cosas, estás pensando: "wow, quiero hacer una película romántica que homenajee el film de Richard Donner que tanto me gustó. Y eso es lo que hice...No voy a traducir todo palabara por palabra, pero resumiendo, después continúa hablando sobre que en la película de Donner
"la relación entre Lois y Superman era muy blanca y negra, y en Superman Returns era más complicada". También dice que
"creo que hice esa película de cómics que el público femenino de El diablo viste de Prada sí que iría a ver", una declaración que realmente, esto sí que tengo que decirlo, me parece lamentable y muy desfavorable a la película dicha así, porque da la impresión de que esté reconociendo que
Superman Returns, una película de SUPERMAN, por favor, fue una película relamida y enfocada a que las mujeres fueran a verla. Después reconoce que, "
si pudiera volver atrás, endurecería el primer acto, quizá hubiera abierto con la escena del avión o algo". Y termina admitiendo que su amor por el personaje y por los films de Donner le jugaron una mala pasada, porque quiso hacer
"una película romántica y nostálgica y no una cinta de acción de 8 octanos como Transformers", y recrear
"esa Metropolis bucólica y de cómic". Y lo peor de todo es que, después de admitir la profunda simbología religiosa (la historia de Moisés, de Cristo y el sacrificio) en la película, reconoce que
"era algo un poco raro para una película de verano", y que
"si pudiera hacer otra, sería un reinicio, mucho menos romántica y más llena de acción, con un tono muy diferente al de Superman Returns, algo que puedo decir ahora que ya me he distanciado del tema."Creo que esto es una gran cobardía por parte de Singer, decir ahora que si pudiera lo haría de otro modo, o culpar al verano (¡¡culpar al verano, por Dios!!) de que
Superman Returns no triunfara como querían. Por respeto a quienes sí amamos esta película, debería mantenerse firme en su trabajo y defenderlo, y tratar de que, al menos, se recuerde la cinta como el broche de oro que es a la era Donner. Salir ahora con sueños frustrados de si le hubieran dejado hacer otra, cuando ya hay otra en marcha y seguro que será todo lo contrario a
Superman Returns, me parece una falta de respeto a sí mismo y a todos los que siempre hemos defendido y defenderemos
Superman Returns como una gran película. Una gran película, eso sí, que quizá no era la que el mundo necesitaba después de 19 años de ausencia cinematográfica de Superman. Pero no por ello merece que su propio director lloriquee y se lamente.
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