Desde que Barry Allen hizo su aparición en la serie de
Arrow, todos los fans del universo DC hemos seguido expectantes las noticias en torno al spin-off que este personaje tendría en solitario ya transformado en Flash.
Arrow acertó de pleno al presentarnos a
un Barry joven, con un toque nerd y un pasado que le atormentaba: la muerte de su madre en extrañas circunstancias cuando él tenía 11 años. Una muerte de la que fue culpado el padre de Barry y de la que sus recuerdos parecían algo imposible. Porque ¿cómo va a un niño a convencer a nadie de que un tornado rojo y amarillo con la forma de un hombre en su interior, había sido el asesino de su madre? Pero esto no es todo, porque
Arrow no solo dio en clavo con el trasfondo del personaje sino que, en el par de episodios en los que intervino, se nos mostró también de forma espléndida el accidente que transformaría a Allen en
el hombre vivo más rápido.
En definitiva, con todas las cartas sobre la mesa, todo apuntaba a que la serie sobre Flash tendría ya un gran interés anticipado. Algo que el canal CW se esforzó en alimentar mostrándonos hace unas semanas un tráiler de 5 minutos realmente increíble, cargado de acción, tono épico y con unos efectos visuales muy por encima de lo que la TV (sin contar las grandes producciones de la HBO) nos tienen acostumbrados. Tras este anticipo, la expectación ya estaba al máximo. Podíamos estar ante el inicio de una serie fantástica, con un look muy comiquero y con toda la esencia de Flash en ella. Y además relacionada con el universo de Arrow, que actualmente es uno de los grandes éxitos de la cadena, formando por primera vez una suerte de universo compartido de DC Comics en la pequeña pantalla.
Aunque la serie no se estrenará de forma oficial hasta el mes de Octubre, la todopoderosa Internet ya alberga en sus entrañas el episodio piloto de The Flash. Posiblemente se trate de una versión que tenga alguna diferencia con respecto a la que se estrene en TV (quizá alguna escena se corte, algunos efectos se traten más, etc), pero en esencia estamos ante lo que será el piloto de la serie. Y siento decirlo, pero las expectativas me han jugado una mala pasada, porque no ha sido para nada lo que me esperaba.
A partir de este momento, el resto de mi comentario contiene SPOILERS.
Ver The Flash es como regresar a esos tiempos en los que veía Smallville. Y mucho más que cuando veo Arrow, ya que la ausencia de superpoderes y de freaks of the week de la serie del arquero te apartan un poco de esa sensación de deja vu. Pero en Flash, cada vez que Barry corre no puedo evitar que me vengan a la mente los 10 años en los que Clark Kent se pasó corriendo por Smallville y Metropolis con el mismo efecto de supervelocidad. Se utilizan los mismos primeros planos, el mismo filtro de color, incluso diría que los escenarios son básicamente los mismos que en Smallville (y posiblemente que en Arrow) pero con un lavado de cara. Las series del CW es lo que tienen, que en lo que a diseño de producción y estilo de rodaje, son todas un puñetero copy paste.
En este episodio piloto la presentación de personajes y de tramas es la misión fundamental. Y no está mal. Ya sabemos que Barry vive obsesionado con la muerte de su madre y con la injusticia de que su padre esté pagando por ello sin ser culpable. Es un detalle que John Wesley Shipp sea el padre de Barry, pero hubiera molado mucho más que fuese Jay Garrick, el Flash original. Eso sí que hubiera sido un guiño a aquella serie de los 90 en la que Shipp fue el primer Flash live action.
El personaje de
Barry Allen está muy bien construido. El chavalín cae simpático, no se puede negar. Grant Gustin no es un actor endiabladamente guapo y tiene cuerpo de no haber levantado una pesa ni así se le fuera a caer encima, pero
es divertido, simpático, tiene cierto atractivo y resulta bastante cumplidor como actor. Sin duda está años luz por encima de cómo interpretaba Stephen Amell en la primera temporada de
Arrow, así que eso ya lo tenemos ganado de base. No obstante, y aunque sea paradójico,
el ritmo de la serie me ha parecido demasiado rápido. Se cuenta mucho en muy poco tiempo; se presenta a Barry, se presenta a sus amigos y entorno, a la chica que le gusta, se vuelve a contar el accidente que le transforma en Flash (con pequeñas diferencias con respecto a lo rodado para
Arrow; por ejemplo, se omite que Barry estaba hablando con Felicity Smoak justo antes de que el superacelerador se descontrolara), se le enfrenta a un villano clásico de su galería... Demasiado para 46 minutos. No es que quede mal, pero queda comprimido. O al menos, así lo he sentido yo.
Hay algunas sorpresas, licencias más bien, que pueden llamar la atención de los más versados en el universo del velocista, pero que pasarán inadvertidas para el resto. Iris West es afroamericana en esta versión, y su padre, el detective West, hace también las veces de tutor de Barry desde el momento en que éste perdió a sus dos padres en la misma noche, a una asesinada y al otro por supuesto asesino. Así que Barry e Iris se han criado juntos pero eso no impide que él esté enamorado de ella. Un amor más bien no correspondido, lo cual sin duda será el desafío romántico que toda serie del CW necesita. Y si ello le sumamos la presencia de Eddie Thawne como el novio de Iris, la cosa todavía se complica más. ¿Y por qué? Pues porque en el universo de los cómics de Flash, Thawne es Flash Reverso, a quien Barry vislumbra en el extraño tornado rojo y amarillo que asesinó a su madre. Pero evidentemente, Barry no puede relacionar esto y Thawne todavía no es el villano que está destinado a ser. O quizá ni siquiera sea él, como luego comentaremos.
Por supuesto
todo héroe necesita un equipo, y Barry no es una excepción. Tras el accidente que le proporciona sus poderes y que lo deja 9 meses en coma (un coma del que se despierta perfectamente peinado, todo hay que decirlo), Barry contará con la ayuda del director de STAR Labs cuyo prestigio se ha venido abajo, y de dos de sus ayudantes. Un equipo muy similar al
team Arrow que tanto nos gusta, en el que no falta ni la chica guapa ni un chico latino para dar la diversidad racial al grupo. Bueno, y
no nos olvidemos del profesor Harrison Wells, la auténtica sorpresa del episodio. Y no lo digo porque parezca el gemelo de John Shea (¿dónde andará este hombre desde
Lois&Clark, por cierto?), sino porque al final del episodio, y esto es un
SUPER SPOILER, vemos que Wells tiene una habitación ultrasecreta de tecnología avanzadísima, en la que
posee acceso a información del futuro (está claro que el nombre
Harrison Wells, al que solo le falta la "G" en medio, no es una referencia casual al más famoso "viajero del tiempo") relacionada con
la muerte de Flash en una "Crisis" que ocurrirá dentro de 10 años, en el 2024 (y en la que Flash llevaba ya su escudo con el fondo blanco, Antonio... respira tranquilo). Esto, unido a que Wells no está paralítico por el accidente aunque así lo finge, y a su repentino interés por ayudar a Barry con su recién comenzada carrera de héroe, da mucho que pensar sobre que
Harrison Wells y no Eddie Thawne podría ser el Profesor Zoom, el Flash Reverso, y por ende el asesino de la madre de Barry. Solo por ese cliffhanger el visionado del episodio y probablemente de toda la temporada ya está más que justificado. Y es que no olvidemos que
Geoff Johns está en medio de todo esto, y como ya demostró con su
Flash: Rebirth, es uno de los escritores que mejor entiende al velocista. Bueno, y a Superman. Y a Green Arrow. Y a la Liga. Demonios, lo que no sé es
por qué no le encadenan en una habitación y le obligan a dejan escribir a él todo DC Comics y otro gallo nos cantaría.
En el aspecto visual, la serie pincha. En el supertráiler nos mostraron lo mejor; el resto del episodio no impresiona. Como decía,
el efecto de velocidad de Flash no es muy distinto al de Tom Welling corriendo en Smallville, y eso hoy en día, después de haber gozado de escenas de supervelocidad maravillosas como la de Mercurio en
X-Men: Días del futuro pasado, se queda muy corto. Aunque entendamos que esto es TV y que nunca estará al mismo nivel que el cine, si Flash solo tiene un poder, que es la velocidad, y ésta no se muestra de una forma impresionante visualmente, vamos apañados. Además, la
repetición de decorados y escenarios tan constante en el CW tampoco ayuda a que la serie adquiera un look fresco.
Una de las
escenas cruciales del episodio y que todos esperábamos con ganas, es el momento en el que
Barry pide consejo a Oliver Queen y éste le sugiere que inspire a la gente, que sea un héroe que pueda salvarlos en un
flash (sugiriéndole el nombre), y que siga su propio consejo y se ponga una máscara. Bueno, pues ya está.
Ya nos lo habían destripado en el tráiler, así que poco más. Además, el pobre Stephen Amell parece que solo pasa por allí en una escena en la que se le ve bastante perdidillo, pero que está claro que era necesaria para que la legión de fans que ya tiene
Arrow tengan otro motivo para engancharse a
The Flash. Otra cosa es que luego sigan interesados en lo que han visto.
El traje de Flash es difícil de digerir. El
team Barry le proporciona al joven
un uniforme que estaba destinado a los bomberos de la ciudad, ignífugo y resistente a la fricción y temperatura que Flash genera al correr. Los rayos de la capucha son comunicadores con su equipo, y acaban convirtiéndose en escudo del pecho del traje. Pero
el color no ha cambiado en la post-producción, o al menos no en esta versión que circula por la red. Sigue siendo un rojo oscuro y apagado, de textura de cuero. Es un buen traje, se reconoce claramente a Flash, pero un poco más de color no estaría mal. Sin duda se continúa la línea marcada por el uniforme de Arrow en su serie, y el de Barry parece cortado por el mismo sastre.
El villano de turno también merece un comentario. Muchos Flash-fans se habrán emocionado al reconocer a un villano clásico de la galería de Flash como
Weather Wizard (aunque no se le llame así), pero para mí tan solo era un
freak of the week con un poder que será muy espectacular y muy efectivo, pero que no termina de resultar demasiado amenazador. Estará muy chulo que Barry pueda detener un tornado corriendo en la dirección opuesta (aunque desde el punto de vista de la Física, debería hacer precisamente lo contrario, igual que comentamos en el post sobre la escena de
Superman cambiando el sentido de la rotación terrestre), pero no vi amenaza alguna en esa escena ni en ese villano. Era como ver uno de los primeros episodios de
Smallville en los que parecía que todo el mundo había adquirido poderes por la kryptonita, y lo peor es que en
Flash han insinuado que
Barry no es el único metahumano creado por efecto del accidente con el superacelerador. Espero que no se repita la fórmula de
Smallville y que ahora media Central City sean monstruitos con poderes.
Otro aspecto a comentar son las
referencias al universo DC que encontramos en el episodio. Bastantes y bien variadas, aunque
ni una sola a Superman, a Wonder Woman o a nada que nos haga pensar que esto podría llegar algún día a ser parte del universo compartido que WB está creando para la gran pantalla. En STAR Labs, una celda abierta muestra en una placa el nombre de su antiguo ocupante:
Grodd; Barry Allen pone a prueba sus límites en
una pista de aterrizaje de Ferris Air; en el periódico donde Wells ve la noticia de la Crisis, se menciona una fusión de las empresas
Wayne Tech y Queen Inc. Y como curiosidad, los guiños no se limitan solo al universo DC; los que también seguimos la formidable serie británica
Sherlock (la protagonizada por Benedict Cumberbatch y Martin Freeman), no podemos evitar detectar
el particular estilo visual de ésta en la primera escena de Barry Allen analizando la escena de un crimen. Un guiño este que me ha resultado particularmente agradable e inesperado.
En definitiva, y para no hacer esto más largo que el propio episodio, el piloto de
The Flash es simplemente aceptable. Ya habíamos visto ya lo mejor de él en el tráiler y el resto peca de tópico y cargado de clichés hasta la saciedad. No obstante, las referencias al universo DC, los guiños al universo propio de Flash y todo el asunto de la Crisis incluyendo el misterio del personaje del profesor Wells,
hacen que la serie merezca una oportunidad. A fin de cuentas nadie daba dos duros por
Arrow y al final ahí está, sobradamente establecida y cada vez mejor. Así que
corre, Barry, corre.
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